Información del libro

Cristo es nuestra sabiduríapor Watchman Nee

ISBN: 0-7363-0085-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 1 Sección 1 de 4

CRISTO
ES NUESTRA SABIDURIA

Lectura bíblica: 1 Co. 1:30

La Biblia declara que Cristo es nuestra vida de muchas maneras. No obstante, el significado de la expresión “Cristo es nuestra vida” no es tan simple. Veamos 1 Corintios 1:30. Podemos dividir este pasaje en dos secciones. La primera dice: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jes&uactue;s”. Esto se refiere a la relación que nosotros tenemos con Cristo. La segunda dice: “El cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría”. Esto se refiere a la relación que Cristo tiene con nosotros. Dicho de otra manera, este versículo muestra que nosotros estamos en Cristo, y que Cristo está en nosotros. Debemos prestar atención a estos dos aspectos. Algunos cristianos dan énfasis al primer aspecto, y otros, al segundo. Si somos parciales y damos énfasis a uno de los dos, esto nos ocasionará problemas y afectará nuestra vida cristiana. Debemos tener un conocimiento apropiado de ambos. Debemos saber que estamos en Cristo y que El está en nosotros.

Dios nos dio al Señor Jes&uactue;s, no como maestro ni como modelo, sino para que sea nuestra vida; de tal manera que Su vida se manifieste por medio de nosotros. Si no tenemos la vida de Cristo, no podemos ser cristianos. Sin embargo, si la tenemos y no sabemos cómo llegó a ser nuestra, no podemos manifestarla. ¿Cómo puede Cristo ser nuestra vida? Esta es una pregunta muy importante. El Señor Jes&uactue;s es Dios y a la vez hombre. Entonces, ¿cómo puede El ser nuestra vida? Esto parece imposible. Nosotros no podemos solucionar este problema, pero Dios sí puede. El puede hacer lo que el hombre no puede. Dice 1 Corintios 1:30 que Dios hizo esta obra. Si no fuera así, Cristo no habría podido ser nuestra vida. La primera parte de este versículo dice: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jes&uactue;s”. Esto indica que la primera parte de la obra fue llevada a cabo por Dios. Y añade: “El cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría”. Esta segunda parte de la obra también fue realizada por Dios. Nosotros no podemos hacer que el Señor Jes&uactue;s sea nuestra sabiduría; El “nos ha sido hecho sabiduría de parte de Dios”. Por lo tanto, el hecho de que Cristo sea nuestra vida, es algo que Dios mismo ha logrado. Nada de esto sería posible si Dios no lo hubiera hecho. Sin El no podemos hacer nada. Dios hizo que Cristo sea nuestra vida.

ES OBRA DE DIOS
QUE ESTEMOS EN CRISTO

Dios desea que Cristo sea nuestra vida. Pero ¿qué hizo para lograr esto? El primero nos puso a nosotros en Cristo y luego puso la vida de Cristo en nosotros. Dios primero estructura nuestra relación con Cristo. Si no tenemos una relación con Cristo, no podemos tenerlo como nuestra vida. Primero nosotros somos puestos en Cristo y luego Cristo en nosotros. Este es el orden en que Dios act&uactue;a.

¿Por qué nos puso Dios en Cristo? Porque somos pecadores y tenemos la vida adámica. Así que, para que Dios pueda darnos una vida nueva, primero debe eliminar este problema. Pero Dios no puede llevar a cabo esto en nosotros directamente, porque si lo hiciera, moriríamos. Si Dios eliminara los pecados directamente en nosotros, moriríamos eternamente.

Por un lado, Dios quiere poner fin a nuestros pecados y a nuestra vida adámica; y por otro, no desea que muramos. ¿Qué hizo entonces? Nos puso en Cristo por medio de la operación de Su poder. Como resultado, todo lo que Dios hizo en Cristo resolvió nuestra situación. Todos nosotros estamos incluidos en Cristo, y todo lo que Dios hizo en El, llega a ser Su obra en nosotros. Cuando Dios juzgó a Cristo, el resultado fue el mismo que si nos hubiera juzgado a nosotros directamente. Esta es la verdad bíblica básica con respecto al Señor Jes&uactue;s como nuestro salvador.

Dios le dijo a Adán en el huerto de Edén que si desobedecía Su mandato y comía del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, recibiría el juicio. ¿En qué consistía este juicio? Dios le dijo a Adán: “Porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2:17). Comer del fruto que Dios prohibió es pecado, y cuando uno peca, muere. La muerte es el castigo por el pecado. Si un hombre peca, será castigado. “Porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Esto significa que todo aquel que peca, muere. El hombre no debería pecar, porque el resultado del pecado es muerte. El pecado es un hecho inevitable, y el resultado ineludible es muerte. ¿Qué se debe hacer entonces? Por un lado, Dios tiene que eliminarnos por completo; y por otro, tiene que darnos vida. Esta es la &uactue;nica manera en que podemos ser salvos. Gracias al Señor que El estableció la salvación para nosotros. Esta incluye el envío de un salvador para que muera en nuestro lugar. Por eso Cristo nació para morir por nosotros. Sin la carne, no podría haberse realizado la muerte substitutiva. Cristo se hizo carne, y de esta manera fue posible que muriera por nosotros. Por medio de Su muerte llevó sobre Sí mismo nuestro castigo, lo cual produjo nuestra salvación. ¿Cómo pudo Cristo morir por nosotros? Lo pudo hacer porque Dios nos puso a todos nosotros en El. Esta enseñanza bíblica es crucial. No podemos comprender cómo ejerció Dios Su poder y autoridad para ponernos en Cristo. Todo lo que sabemos es que 1 Corintios 1:30 nos dice claramente que por El estamos en Cristo Jes&uactue;s. “Por El [Dios]” significa que es Dios quien lo hizo.

¿Qué significa estar en Cristo? Explicaré esto con un ejemplo. Pekín produce entre sus artesanías cierta clase de cajas barnizadas, las cuales contienen otras cajas de menor tamaño. Cada caja contiene otra que embona perfectamente en su interior. Exteriormente hay una sola caja; pero cuando uno la abre, encuentra otra más pequeña adentro, y luego otra. Esta es la forma en la que nosotros estamos en Cristo. Estar en Cristo, contrasta con el hecho de que El está en nosotros. Como descendientes de Adán, todos estábamos en él. Adán es como la caja grande, y nosotros las cajas pequeñas. Todas las cajas pequeñas salieron de esa gran caja. Todos nosotros procedemos de él. Cuando se abre una caja, adentro se hallan muchas otras. Ponemos muchas cajas dentro de una, y sólo vemos una. Desde nuestra perspectiva, vemos muchos hombres individuales; pero desde la perspectiva de Dios, todos somos un solo hombre en Adán. Debido a que todos nosotros estábamos en Adán, “la desobediencia de un hombre” constituyó muchos pecadores. Y puesto que somos uno en Adán, todos nosotros estamos condenados. Dios nos salvó seg&uactue;n este mismo principio. El nos puso a todos en Cristo, y “por la obediencia de uno solo, los muchos serán constituidos justos”. Puesto que somos uno en Cristo, todos hemos recibido la justificación de la vida (Ro. 5:18-19). Dios nos ve a todos como una sola persona en Adán. De la misma manera, nos ve a todos como una sola persona en Cristo. Adán es como una caja grande, y Cristo como una segunda caja grande. Dios nos sacó de la primera y nos puso en la segunda. Somos uno en la primera gran caja, la cual representa a Adán, y también en la segunda, la cual representa a Cristo. La Biblia llama al Señor Jes&uactue;s “el segundo hombre” y también “el postrer Adán” (1 Co. 15:47, 45). El Señor Jes&uactue;s es el &uactue;ltimo Adán, y Dios nos puso en El.

Cuando Jes&uactue;s de Nazaret vivía en la tierra, era un solo individuo, pero cuando fue a la cruz, Dios nos incluyó a todos nosotros en El1. [Nota 1: Al hablar de la vida del Señor en la gloria, podemos decir que Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4). En ese entonces, el pecado no existía y la vida era Cristo. Después de que El murió y resucitó, impartió esta vida en quienes creen en El y estableció con ellos una relación personal. Cuando Cristo fue crucificado, la vieja creación fue juzgada. En ese momento Dios nos puso en El y nos unió a El (Ro. 6:3-6). Aunque el pecado ya había entrado en el hombre, la muerte de Cristo lo eliminó. La muerte y la resurrección de Cristo (1) pusieron fin al pecado y al viejo hombre, que habían sido introducidos por medio de Adán, y (2) nos dieron la vida eterna que existía desde antes de la fundación del mundo. En este librito damos énfasis al Cristo de Romanos 6; no hablamos del Cristo de antes de la fundación del mundo.] Por lo tanto, cuando Cristo fue crucificado, aquella cruz no fue sólo Su cruz, sino también la nuestra. Puesto que Dios nos puso en Cristo, la cruz ya no es sólo Suya; es una cruz de la que participan todos aquellos que están en El. Si Dios no nos hubiera puesto en Cristo, no tendríamos nada que ver con la cruz. Pero lo hizo, y por lo tanto, estamos estrechamente relacionados con ella. Agradezcamos y alabemos a Dios porque cuando Cristo fue crucificado fuimos incluidos en El. Su experiencia en la cruz llegó a ser la nuestra. Esto es lo que Romanos 6:6 quiere decir cuando declara: “Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El”.

Si no estuviéramos en Cristo, no podríamos ser crucificados juntamente con El. Con base en esto alguien dijo: “Si no estamos en Cristo, no podemos morar en El”. Este es una concepto espiritual y bíblico. Debemos recordar que para andar con El, debemos andar en El. Si primero no estamos en El, no podemos andar con El. Esta es nuestra fe fundamental, la cual debemos entender claramente.

“Mas por El estáis vosotros en Cristo Jes&uactue;s”. Esto es algo exclusivamente realizado por Dios. Como nosotros no sabíamos esto, era necesario que la iglesia predicara el evangelio para que lo llegáramos a oír. La iglesia anuncia al hombre el hecho estremecedor de que Dios puso a la humanidad en Cristo. Por lo tanto, cuando el Señor Jes&uactue;s fue crucificado y juzgado por Dios, el hombre también fue juzgado en El. Esto significa que el juicio sobre Cristo llega a todos los hombres, puesto que están relacionados con El. Este es el evangelio. El evangelio nos dice que Dios hizo algo en Cristo y que nos incluyó en El. Cuando Dios juzgó a Cristo, también nos juzgó a nosotros con El. Dios resolvió el problema del pecado y del yo. Gracias a Dios que morimos en Cristo. Esta es la razón por la que Romanos 6:11 dice: “Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jes&uactue;s”.

Hemos muerto en Cristo Jes&uactue;s. ¿Qué debemos hacer después de conocer este hecho? Después de creer en este hecho, debemos expresarlo de alguna manera. Esta es la razón por la cual al creer en el Señor y ser salvos, deseamos ser bautizados. ¿Qué significa el bautismo? Es ser incluidos en Cristo Jes&uactue;s y en Su muerte (Ro. 6:3-4). Dicho de otra manera, Dios nos puso en Cristo, pero nosotros tenemos que manifestar esto a otros. Nuestro bautismo muestra la manera en que fuimos puestos en Cristo. Cuando somos sumergidos en el agua, ¿nos quedamos ahí? No, salimos rápidamente. Salir del agua significa que hemos resucitado con Cristo. Por lo tanto, emerger del agua atestigua que El resucitó; o sea, que nuestro bautismo es la confirmación de la obra que Dios realizó por nosotros en Cristo. Es una representación espiritual que expresa físicamente lo que Dios hizo por nosotros en Cristo.

Cuando Cristo fue crucificado, Dios nos incluyó en El y terminó así con nuestro viejo hombre, el cual estaba en Adán. Dios puso fin a Adán. Esa cuenta se liquidó y se cerró. Anteriormente nos encontrábamos en Adán, y la &uactue;nica forma de ser librados de él era la muerte. Al estar unidos a Cristo en Su muerte, somos terminados y librados de Adán. Este es el primer aspecto de la obra de Dios. El segundo aspecto consiste en poner a Cristo en nosotros. En 1 Corintios 1:30 dice: “El cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría”.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top