Información del libro

Estudio-vida de 1, 2 y 3 Juan, Judaspor Witness Lee

ISBN: 0-7363-3089-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 23 de 49 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 1 JUAN

MENSAJE VEINTITRÉS

LA ENSEÑANZA DE LA UNCIÓN DIVINA

(2)

Lectura bíblica: 1 Jn. 2:20-27

En el mensaje anterior señalamos que según 2:20-27 el Padre y el Hijo son uno. Es absolutamente correcto decir que el Hijo no está separado del Padre, ni el Padre del Hijo. Con todo, existe una distinción entre los tres de la Deidad, una distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

JESÚS Y CRISTO

El Señor es Jesús y es Cristo. Si bien no hay separación alguna entre Jesús y Cristo, sí hay distinción entre los dos títulos: Jesús y Cristo. El nombre Jesús significa “Jehová nuestro Salvador” o “Jehová nuestra salvación”, y el título Cristo significa “el Ungido”. El nombre Jesús denota principalmente al Señor en Su humanidad, encarnación, vivir humano y crucifixión, y el título Cristo denota al Señor como el Ungido de Dios y especialmente lo que Él es en resurrección y ascensión. Jesús y Cristo se refieren ambos a la misma persona. Aunque esta persona no puede dividirse, con todo, existe una distinción entre los títulos Jesús y Cristo.

EL PADRE Y EL HIJO

Aunque el Hijo y el Padre son uno, no debemos decir que no hay distinción alguna entre el Padre y el Hijo. Ciertamente hay una distinción entre el Padre y el Hijo, mas no hay ninguna separación. Cuando el Padre está presente, el Hijo también está presente. Asimismo, donde el Hijo está, allí también está el Padre. Al Padre y al Hijo no se les puede separar. Por esta razón, en el versículo 23 Juan dice que cualquiera que niegue al Hijo, tampoco tiene al Padre, y que el que confiese al Hijo también tiene al Padre.

Siempre que hablemos de la Trinidad, debemos ser sobrios y cuidadosos con las definiciones y ejemplos que demos. Hemos visto en 2:20-27 que Jesús, Cristo, el Padre, el Hijo, el Verbo de vida y la vida eterna son uno. Sin embargo, existe una distinción entre ellos. Ya hicimos notar que Jesús y Cristo se refieren a la misma persona. No obstante, existe una distinción entre el nombre Jesús y el título Cristo. No debemos decir que ellos denotan lo mismo, pues sus connotaciones son muy diferentes. Puesto que nuestro Señor es rico y todo-inclusivo, Él necesita diferentes nombres y títulos que lo describan. Así que, Él es Jesús y también Cristo. Como Jesús, Él es Jehová nuestro Salvador, y como Cristo, Él es el Ungido de Dios.

No debe haber ninguna duda en nosotros de que el Padre, el Hijo y el Espíritu son verdaderamente uno y que son un solo Dios. Aunque creemos en la Trinidad, definitivamente no creemos en tres Dioses. El triteísmo, la creencia de que existen tres Dioses, es una herejía, y debemos condenarla. Sin embargo, aunque Dios es uno, existe una clara distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu en la Deidad.

LOS DOS ASPECTOS DE LA VERDAD
TOCANTE A LA TRINIDAD

La verdad acerca del Dios Triuno tiene dos aspectos o dos facetas, el aspecto de que es uno y el aspecto de que es tres. Estos dos aspectos de la verdad tocante a la Trinidad están implícitos en la palabra triuno. Este adjetivo de hecho es de derivación latina y está compuesta de dos partes: tri-, que significa tres, y -unum, que significa uno. La palabra triuno, por consiguiente, significa “tres y uno”. Por una parte, nuestro Dios es uno solo, y, por otra, es tres. Según el aspecto que nos muestra que Dios es uno, no hay separación alguna entre el Padre, el Hijo y el Espíritu; pero según el aspecto que nos muestra que Dios es tres, hay una distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. El Señor Jesús dijo: “Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí” (Jn. 14:10). Debido a que el Padre y el Hijo moran recíprocamente el uno en el otro, no se les puede separar; con todo, permanece una distinción entre el Padre y el Hijo.

Con respecto a la Trinidad, no debemos irnos a ninguno de los dos extremos, al extremo de recalcar que son tres o al extremo de enfatizar que son uno. Algunos cristianos se han ido al extremo de enfatizar el hecho de que son tres al punto que descuidan que son uno; mientras que otros se van al extremo de recalcar demasiado que son uno, al punto que descuidan que son tres. Por tanto, debemos ser equilibrados, y para ello, es necesario recalcar ambos aspectos de la Trinidad, es decir, el aspecto de que son tres y el aspecto de que son uno. Debido a que en los mensajes anteriores señalamos que el Padre y el Hijo son uno, en este mensaje quisiera complementar lo dicho anteriormente y decir que si bien el Padre y el Hijo ciertamente son uno, hay una clara distinción entre ellos. En este sentido, el Padre es el Padre, el Hijo es el Hijo, y el Espíritu es el Espíritu. Asimismo, aunque hay una clara distinción entre los tres de la Deidad, los tres siguen siendo uno.

En The Principles of Theology [Principios de Teología] W. H. Griffith Thomas dice lo siguiente:

Algunas veces también se objeta al término persona. Como en todo lenguaje humano, esta palabra está sujeta a que se le tache de inadecuada e incluso de errónea. Ciertamente no se debe insistir demasiado en ella, pues de lo contrario esto nos inducirá al triteísmo. Así que, si bien usamos este término para denotar las distinciones que existen en la Deidad, no lo usamos para referirnos a una distinción que sea equivalente a una separación, sino más bien a una distinción asociada con una unidad esencial en la que los tres moran el uno en el otro en una relación de coinherencia...

Por consiguiente, aunque nos vemos obligados a usar términos como sustancia y persona, no debemos pensar que son equivalentes a lo que entendemos como sustancia o personalidad humana. Estos términos no son explicativos, sino aproximadamente correctos, como debe suceder con cualquier otro esfuerzo que se haga por definir la naturaleza de Dios”.

Aprecio mucho lo que dice Thomas Griffith con respecto a que no debemos insistir demasiado en el término persona, pues de lo contrario esto nos inducirá al triteísmo, a la creencia de que existen tres Dioses. Aplicando el mismo principio, cuando digamos que el Padre, el Hijo y el Espíritu son uno, no debemos insistir demasiado en ello, pues de lo contrario caeremos en otra clase de error. Algunos han usado la luz del sol como ejemplo: el sol es el Padre, los rayos son el Hijo y el resplandor es el Espíritu. Otro ejemplo es el de cómo el hielo, el agua y el vapor representan respectivamente al Padre, al Hijo y al Espíritu. Estos ejemplos pueden usarse como ayuda provisional, pero no se debe insistir demasiado en ellos, pues esto nos podría inducir al error.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top