Estudio-vida de Deuteronomiopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6649-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-6649-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
En los mensajes anteriores abarcamos tres asuntos: unas palabras de introducción al Estudio-vida de Deuteronomio, los puntos cruciales contenidos en Deuteronomio y un recuento del pasado. Antes de abordar la extensa sección donde la ley es proclamada nuevamente al pueblo (4:44—26:19), lo cual empezaremos a hacer en el próximo mensaje, quisiera decir algo acerca del Cristo revelado en Deuteronomio.
El libro de Deuteronomio revela a Cristo principalmente en dos aspectos. Primero, este libro nos muestra a Cristo como la meta, el objetivo, que Dios preparó para nosotros (8:7-10). Como dicha meta, Cristo es la buena tierra todo-inclusiva. La buena tierra, la tierra de Canaán, es un tipo del Cristo todo-inclusivo, el Cristo que lo es todo para nosotros.
La buena tierra les proporcionaba a los hijos de Israel todo lo que necesitaban: agua, trigo, cebada, vides, higueras, granados, olivos, animales, leche, miel, piedras, hierro, cobre. Todos estos ítems, la mayoría de los cuales se mencionan en 8:7-10, son tipos de Cristo. Cristo es el agua que brota en valles y montes. Él es el trigo, que representa al Cristo encarnado y crucificado, y la cebada, que representa al Cristo resucitado. La vid tipifica a Cristo como Aquel que se sacrifica para alegrar a Dios y al hombre; la higuera tipifica la dulzura y satisfacción que nos brinda Cristo como suministro de vida; el granado tipifica la abundancia y belleza de la vida de Cristo; el olivo tipifica a Cristo como hombre que está lleno del Espíritu y ha sido ungido con el Espíritu, el óleo de júbilo; la vida animal tipifica a Cristo con Su vida redentora; la leche y la miel tipifican a Cristo en Su riqueza y dulzura; las piedras, el hierro y el cobre tipifican a Cristo como material útil para edificar y combatir. Este Cristo todo-inclusivo, el Cristo tipificado por la buena tierra, es nuestra meta.
En segundo lugar, el libro de Deuteronomio revela a Cristo como aquella vida que posee las fuerzas y la capacidad para llegar a la meta fijada por Dios. Por consiguiente, Cristo es tanto nuestra meta como el camino, la vida, las fuerzas y la capacidad requeridos para llegar a esa meta.
En el libro de Deuteronomio, así como en la Biblia entera, Dios es manifestado, el hombre es puesto en evidencia y Cristo es revelado. Es muy fácil comprender que la Biblia nos manifiesta a Dios, mostrándonos que Dios es un Dios de amor, justicia, fidelidad y bendición. Puesto que la Biblia pone completamente en evidencia nuestra condición, al leer la Biblia también nos resulta fácil ver lo que somos y dónde estamos. Sin embargo, no es fácil darnos cuenta de que la Biblia revela a Cristo. Muchos de los que leen la Biblia han visto que ésta manifiesta a Dios y pone en evidencia al hombre, pero no han visto que revela a Cristo. Muchos cristianos, por consiguiente, pueden aplicar en la Biblia lo referente a la manifestación de Dios y a la condición que se expone del hombre, pero muy pocos pueden aplicar la revelación de Cristo contenida en la Palabra.
En este punto, debemos considerar la economía de Dios y lo que Dios tiene planeado hacer en Su economía.
En Su economía eterna, Dios planeó expresarse, manifestarse, por medio del hombre. A fin de obtener tal expresión, Él creó al hombre a Su propia imagen. El hecho de que Dios creara al hombre a Su imagen significa que lo creó conforme a Sus atributos, especialmente conforme a Sus atributos de amor, luz, santidad y justicia. Puesto que los seres humanos fuimos creados conforme a los atributos de Dios, pese a que el pecado nos llevó a la caída y nos arruinó, todavía tendemos a amar a los demás, a estar en la luz, a hacer el bien, y a ser justos y excelentes.
Puesto que el hombre cayó, Dios en Su economía planeó también redimir al hombre y traerlo de nuevo a Sí mismo. Esta redención ya fue efectuada en Cristo.
En Su economía, Dios también desea anular al hombre, es decir, reducirlo a nada por medio de la muerte. ¿De qué manera Dios hace esto? Dios nos anula crucificándonos en Cristo y con Cristo (Ro. 6:6).
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.