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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 93 de 185 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE NOVENTA Y TRES

EL CANDELERO
(2)

Lectura bíblica: Ex. 25:31-40; 40:4, 24-25

Antes de proseguir con otros puntos relacionados con el candelero, sería útil tener una visión general del candelero. Exodo 25:31 dice: “Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos a un lado, y tres brazos al otro lado”. El candelero se compone de una base, una caña y tres pares de brazos. Había tres brazos a cada lado del candelero. Debajo de cada par de brazos había una manzana que sostenía los dos brazos a la caña. Luego en cada brazo habían tres copas en forma de flores de almendro con manzanas y capullos en flor. Vimos que cada copa estaba compuesta de dos capas: una capa inferior, llamada la manzana o el cáliz, o sea, la parte inferior y verdosa de la flor, y una capa superior de pétalos, la cual en realidad hace la flor. La capa inferior es llamada la manzana, y la capa superior es llamada el capullo en flor. La flor entera, incluyendo el cáliz y la flor, es una copa con la forma de una flor de almendro.

Si queremos estudiar el candelero en su totalidad, debemos ver que tiene veinticinco manzanas. Hay tres en cada brazo: tres sosteniendo un par de brazos cada una y cuatro en la caña del candelero, lo que hace un total de veinticinco. Ya que las tres manzanas que sostienen un par de brazos cada una no tienen flores, el candelero tiene un total de veintidós flores. El pensamiento divino aquí nos deja ver que en realidad el candelero es un árbol con cálices y flores.

Al tener una visión general de todo el candelero, nos damos cuenta de que en realidad parece un árbol. Además, el candelero se describe de este modo para darnos la idea de un crecimiento. Estos versículos hablan de brazos, (ramas, heb.), capullos y flores de almendro. El florecimiento indica crecimiento. Por lo tanto, debemos tener la impresión de que el candelero es un árbol que crece.

Como un árbol, el candelero tiene ciertas características sobresalientes. Primero, es un árbol de oro. El oro representa la naturaleza de Dios. Como dijimos en el mensaje anterior, el candelero de oro es la expresión del Dios Triuno. El Dios Triuno es un árbol vivo, que crece, reverdece y florece.

Vimos que este árbol de oro tiene muchas flores de almendro. En tipología las almendras representan la vida de resurrección. La vara de Aarón que reverdeció con almendras representa la vida de resurrección. Por lo tanto, los almendros en el candelero indican que es un árbol en resurrección. La resurrección es la vida que vence la muerte sin ser dañada o herida por ésta. La muerte no puede hacerle nada a la vida de resurrección. La muerte puede dañar otras formas de vida, como la vida vegetal, la vida animal y la vida humana. Sólo una clase de vida no puede ser dañada por la muerte, esta es la vida de resurrección. La resurrección es la vida que pasa por la muerte y no puede ser retenida por ella. Conforme a toda la revelación de las Escrituras, Dios mismo es esta vida de resurrección.

El candelero, obviamente, da luz. Sin embargo, su importancia no radica en la luz, sino en la vida. La luz está sobre el candelero y debajo de ésta están las flores. El candelero es algo que crece. El cáliz debajo de cada par de brazos, que parecen ramas, indica el crecimiento de la vida. Estas ramas son producidas por el crecimiento de la vida. Así que, con el candelero vemos el crecimiento de la vida que ocurre bajo el brillo de la luz. La vida produce la luz y florece con la luz. Esto significa que la luz es en realidad el florecimiento de la vida. Cuando crecemos y florecemos, la luz brilla. Nuestro florecimiento es nuestro brillar. Crecemos con la vida, pero florecemos la luz.

Hasta ahora, hemos visto que en el candelero tenemos la naturaleza divina, la resurrección y la luz. Las siete lámparas del candelero (v. 37) representan el Espíritu. Así que, en el candelero hay cinco asuntos importantes: la naturaleza divina, la resurrección, la vida, el Espíritu y la luz. La revelación en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento, corresponde con el candelero en estos cinco asuntos.

Ahora debemos ver que como aquellos que creen en Cristo, somos parte de este maravilloso árbol. Salto de gozo al darme cuenta de que soy parte de este árbol de oro. ¡Alabado sea el Señor porque somos parte de este árbol que está en resurrección y que tiene la naturaleza divina, la vida, el Espíritu y la luz brillante!

El candelero en Exodo 25 representa al Dios Triuno corporificado en Cristo. El candelero en Zacarías 4 representa al Dios Triuno expresado en el Espíritu. Y en Apocalipsis tenemos el candelero reproducido y multiplicado. Tanto en Exodo 25 como en Zacarías 4 tenemos un solo candelero, pero en Apocalipsis 1 tenemos siete. El candelero se ha reproducido en siete candeleros. Estos son la iglesia. Debido a que el candelero ha llegado a ser la iglesia y todos somos parte de la iglesia, podemos decir que somos parte del candelero. Yo tengo la valentía para testificar que soy parte del candelero. Espero que todos los santos puedan declarar este maravilloso hecho. ¿Acaso usted no tiene la naturaleza divina? ¿Acaso no tiene la resurrección, la vida, el Espíritu y la luz brillante? Como verdaderos creyentes en Cristo, nosotros tenemos todas estas cosas.

Vimos que el candelero es un árbol. No es una cosa sin luz ni sin vida. Es viviente, orgánico y lleno de vida. Este es un “candelero-árbol”, o sea, un candelero que crece como un árbol. Este árbol viviente está creciendo, echando ramas, reverdeciendo y floreciendo.

Como dijimos, el florecimiento es el brillar de la luz. Por lo tanto, la luz es la vida que florece. De hecho la luz es la vida. Juan 1:1 y 4 dice: “En el principio era el Verbo ... en El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Este es el brillar de Cristo, la corporificación del Dios Triuno, como la luz de la vida.

El hecho de que el candelero sea de oro significa que, como corporificación de Dios, Cristo es completamente divino. Sin embargo, dos aspectos del candelero apuntan a la humanidad de Cristo. Primero, la caña central del candelero tenía cuatro flores, mientras que cada brazo sólo tenía tres flores. En la Biblia el número cuatro no se compone de dos más dos; sino de tres más uno o de uno más tres. El número tres representa tanto al Dios Triuno como a la resurrección. De hecho, ya dijimos que el Dios Triuno es la resurrección. Así que en la Biblia, el número tres representa al Dios Triuno en resurrección. Y el número cuatro representa a las criaturas. Por ejemplo, tenemos las cuatro criaturas y los cuatro vientos. Por lo tanto, el número cuatro representa a la creación.

Como Dios, Cristo es el Creador, pero como un hombre, es una criatura. Puede que algunos cristianos protesten cuando se les dice que Cristo es tanto el Creador como también una criatura. Sin embargo, la Biblia dice claramente que Cristo tomó la naturaleza humana, que tenía un cuerpo de carne, sangre y huesos. ¿Acaso estos no son los elementos de una criatura? Además, Colosenses 1:15 dice que Cristo es el Primogénito de toda la creación. En el candelero no sólo tenemos al Dios Triuno, sino también a la criatura, representada por el número cuatro. Este es el primer aspecto que señala la humanidad de Cristo en el candelero.

El segundo aspecto del candelero relacionado con la humanidad de Cristo es la mecha. La mecha estaba hecha de fibras, mayormente de algodón. Cuando las lámparas en el candelero eran encendidas, la mecha se quemaba con el aceite. Cada mañana los sacerdotes debían despabilar las lámparas, esto es, despabilar la mecha carbonizada y quemada. La parte carbonizada de la mecha se llama pabilo. Exodo 25:38 habla de las despabiladeras y sus platillos. Las despabiladeras eran usadas para cortar la mecha y los platillos se usaban para contener la parte quemada de la mecha. Cuando el sacerdote despabilaba las lámparas todas la mañanas, él cortaba la mecha carbonizada y también le añadía aceite fresco. Este era el cuidado que los sacerdotes daban al candelero.

La mecha era la única parte del candelero que no estaba hecha de oro. Por lo tanto, la mecha no representa la divinidad sino la humanidad. Además, el hecho de que la mecha se carbonizaba indica que el candelero no sólo representa a Cristo sino a nosotros también. La humanidad de Cristo jamás produciría una mecha carbonizada. Sólo nuestra humanidad es capaz de ser quemada y carbonizada. Seguramente Cristo no tenía necesidad de una despabiladera para recortarlo y ocuparse de El. Al leer los cuatro evangelios, nos damos cuenta de que nunca hubo necesidad de despabilar a Cristo, ya que en Su vivir humano nunca hubo una mecha carbonizada. No obstante, nosotros nos carbonizamos fácilmente y necesitamos ser despabilados cada día.

El avivamiento matutino es un tiempo excelente para experimentar el recorte del Señor, Su despabilar. Yo puedo testificar que Su recorte toma lugar en el momento en que confieso al Señor y le pido que me perdone por mis defectos, fracasos, debilidades y errores. Si consideramos nuestra situación cada día, veremos que siempre hay alguna mecha carbonizada que necesita ser despabilada. Nuestra humanidad es muy baja comparada con la humanidad de Cristo. Su humanidad nunca se carboniza, pero la nuestra se carboniza todos los días y necesita ser despabilada diariamente. Por lo tanto, en nuestra experiencia necesitamos las despabiladeras y los platillos.

Se preguntará quien lleva a cabo este trabajo de recortar, o despabilar. A menudo Cristo mismo nos despabila mientras tenemos comunión con El en la mañana. Otras veces puede que El use a un anciano o a algún santo para hacerlo. Además, los que ministran la Palabra también despabilan a los santos. Si usted es un cristiano que está creciendo y madurando en el Señor, inconscientemente usted despabilará a otros cuando tenga comunión con ellos. Algunos me han dicho que mientras hemos tenido comunión, han sido despabilados por mi. Claro está, yo no tengo la intención de despabilar a nadie. Esto sucede inconscientemente y sin intención. Por ejemplo, un hermano me dijo que algo que yo había dicho en la comunión le ayudó en relación con un problema que tenía con su esposa. Me dijo que este recortar o despabilar, lo ayudaba mucho.

Muchos cristianos no brillan debido a que tienen una mecha carbonizada muy larga. Su mecha carbonizada humea en lugar de brillar. En algunos casos, la mecha puede medir más de doce pulgadas de largo! Necesitamos ser despabilados a fin de que brillemos apropiada y adecuadamente.


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