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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 18 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE DIECIOCHO

LA PROMULGACION
DE LA CONSTITUCION DEL REINO

(6)

En este mensaje tengo la carga de compartir algo adicional con respecto a la ley. Los creyentes han debatido mucho acerca de la ley, principalmente porque han recibido muy poca luz de la Biblia al respecto. Según la economía del Antiguo Testamento, la relación que Dios tenía con Su pueblo era basada en la ley, o sea, conforme al principio de la ley. Pero en la economía del Nuevo Testamento, Dios no se relaciona hoy con Su pueblo según la ley, sino según la fe. Así que, la ley era el principio sobre el cual Dios se relacionaba con Su pueblo en el Antiguo Testamento, mientras que la fe es el principio sobre el cual El se relaciona con nosotros en el Nuevo Testamento. Conforme a la economía antiguotestamentaria, era necesario guardar la ley para ser aceptable ante Dios. Pero en la actualidad ser aceptable a Dios tiene que ver con la fe.

El principio de la ley ha sido abolido, pero los mandamientos de la ley no. No debemos concluir que los mandamientos de la ley, tales como honrar a los padres o no robar, fueron abolidos solamente porque el principio sí lo fue. Los mandamientos de la ley, en lugar de ser abolidos, fueron elevados. Aunque nuestro contacto con Dios no se basa en el principio de la ley, es menester que nosotros observemos los mandamientos elevados de la ley.

NO ES NECESARIO GUARDAR EL SABADO

Al llegar a este punto los adventistas del séptimo día dirían: “Sí, debemos guardar todos los mandamientos de la ley. Uno de estos mandamientos es guardar el sábado. Basándonos en lo que usted dijo acerca de no abolir los mandamientos de la ley, nosotros le decimos que debemos guardar el sábado”. Aunque los mandamientos de Dios no fueron abolidos, uno de estos mandamientos, la ley acerca de guardar el sábado, no está relacionado con la moralidad. Más bien, es una ley ritual. Un rito es una formalidad, una sombra, que ya no necesitamos observar en la actualidad. Por ejemplo, no es necesario ofrecer los sacrificios de animales, ¿verdad? Asimismo, ya no necesitamos guardar el sábado. En el Antiguo Testamento, o sea en la edad de las sombras, eran necesarios los sacrificios, las fiestas, y la observancia del sábado. Pero ahora estamos en la era de realidad. Nuestro sacrificio no es un cordero ni un macho cabrío, sino Cristo, la realidad de todos los sacrificios del Antiguo Testamento. Del mismo modo, nuestro reposo no es un día específico, sino Cristo. Debido a que Cristo, la realidad, está presente, se han acabado todas las sombras. Puesto que el mandamiento acerca de guardar el sábado es un mandamiento ritual, y no un mandamiento moral, no tenemos la obligación de guardarlo hoy en día. Este mandamiento no está relacionado con la moralidad, sino con la sombra, la formalidad, la cual ya pasó.

EL PRINCIPIO DE LA LEY

El principio de la ley debe dejar una impresión profunda en nosotros. La manera en que Dios se relaciona con Su pueblo siempre depende de cierto principio. Por ejemplo, Dios se relacionó con Abraham basándose en Su promesa. No le dio a Abraham los mandamientos de la ley, sino sólo le dio la promesa. Por lo tanto, Dios hizo con Abraham conforme a Su promesa. La promesa que Dios hizo a Abraham llegó a ser el principio según el cual Dios se relacionó con él. Más tarde, Dios dio la ley a los hijos de Israel por medio de Moisés. La ley dada en el monte Sinaí llegó a ser el principio sobre el cual Dios se relacionó con los hijos de Israel. De esta manera la ley vino a ser el principio sobre el cual Dios se relacionó con Su pueblo en el Antiguo Testamento. Ahora en el Nuevo Testamento Dios se relaciona con los creyentes según la fe, y no según la ley. Este punto se desarrolla en los libros de Romanos y Gálatas. Si usted lee estos libros, verá que Dios trata con los creyentes en Cristo no según la ley, sino según la fe. En los tiempos antiguotestamentarios, Dios aceptó a la gente conforme a la ley. Si alguien quería que Dios lo aceptara, tenía que satisfacer los requisitos de la ley. Pero ahora Dios nos acepta, no según la ley, sino según nuestra fe en Cristo, o sea, si hemos creído en El o no. Por lo tanto, el hecho de que Dios nos acepte se basa en la fe.

LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY
NO FUERON ABOLIDOS SINO ELEVADOS

El hecho de que Dios ya no trate con nosotros los creyentes conforme al principio de la ley, no significa que los mandamientos de la ley antigua fueron abolidos. Por ejemplo, los primeros dos mandamientos de la ley antigua tenían que ver con que no tengamos otros dioses ni hagamos imágenes. Decir que el principio de la ley fue abolido no significa que sus mandamientos fueron abolidos. Por el contrario, según el Nuevo Testamento, estos mandamientos son recalcados, fortalecidos y elevados. En el Antiguo Testamento se nos dice que no debemos hacer una imagen material, pero en el Nuevo Testamento, se nos dice que la codicia es una forma de idolatría (Col. 3:5). La avaricia es un ídolo. Con esto vemos la elevación del mandamiento referente a la idolatría. Sí, el principio de la ley fue abolido, pero no los mandamientos de la ley. El mandamiento acerca de honrar a nuestros padres nunca fue abolido. En el Nuevo Testamento este mandamiento se repite, y es fortalecido y elevado. En estos días debemos honrar a nuestros padres mucho más que lo hicieron anteriormente los hijos de Israel.

Hemos visto que el Señor Jesús también elevó los mandamientos acerca del asesinato y del adulterio. Debido a que los mandamientos del Antiguo Testamento referente al asesinato y al adulterio no eran adecuados, el Señor los complementó. El antiguo mandamiento en cuanto al asesinato no abarcó el odio y el enojo. Así que, el Señor complementó la ley antigua acerca del asesinato diciendo que cualquiera que se enoje con su hermano será reo de juicio. También complementó el mandamiento referente al adulterio diciendo que cualquiera que mire a una mujer lujuriosamente ha cometido adulterio en su corazón. Con estos ejemplos vemos que las leyes morales nunca fueron abolidas; más bien, fueron elevadas. Los diez mandamientos han sido repetidos y elevados en el Nuevo Testamento excepto el cuarto mandamiento, el de guardar el sábado. Este mandamiento se ha terminado porque no está relacionado con la moralidad. Al contrario, es un mandamiento ritual.


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