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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 89 de 185 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE OCHENTA Y NUEVE

EL ARCA DEL TESTIMONIO
(6)

Lectura bíblica: Ex. 25:17-22

EL LUGAR DE PROPICIACION

Pocos cristianos han visto que Cristo es el lugar de propiciación. Pablo habló de Cristo Jesús y dice en Romanos 3:25 “A quien Dios ha presentado como cubierta propiciatoria por medio de la fe en Su sangre, para la demostración de Su justicia, a causa de haber pasado por alto, en Su paciencia, los pecados pasados” (gr.). Aquí la palabra griega traducida por cubierta de propiciación es ilastérion, que significa el lugar de propiciación. Hebreos 9:5 usa esta palabra para la cubierta, la tapa del arca dentro del Lugar Santísimo. En Exodo 25:17-22 y Levítico 16:12-16, la septuaginta usa también esta palabra para cubierta del arca. Una versión dice: “asiento de misericordia”. Esto indica que los traductores consideraron el lugar de propiciación como un asiento, dándose cuenta que Cristo como el lugar de propiciación era un asiento para que Dios nos concediera misericordia.

Es importante ver que la propiciación no es solamente un hecho, sino también Cristo mismo como un lugar. Según Romanos 3:25, Dios estableció a Cristo mismo, para que fuese una cubierta de propiciación. Es sobre esta persona donde Dios puede reunirse con nosotros y donde nos podemos reunir con El.

En el libro de Hebreos, Pablo habla de la cubierta de propiciación como del trono de la gracia: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. (4:16). Hebreos 10:19-20 dice: “Así que, hermanos, teniendo firme confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, entrada que El inauguró para nosotros como camino nuevo y vivo a través del velo, esto es, de Su carne”. El trono de la gracia está en el Lugar Santísimo, pues es la cubierta del arca, que está en ese lugar. Por tanto, la cubierta del arca es el lugar donde Dios nos da gracia. Es lógico que el lugar donde Dios nos da gracia sea el trono de la gracia. Ahora debemos ver que este trono de la gracia, donde Dios nos da gracia, es Cristo mismo.

En estos mensajes acerca del arca del testimonio, hemos visto que toda el arca con su cubierta tipifica a Cristo. Este es un asunto muy significativo. Cristo es todo-inclusivo. No debemos pensar que la cubierta de propiciación sobre el arca es algo diferente de Cristo ni considerar la propiciación simplemente como un hecho cumplido por El. Repito que Cristo es toda el arca, incluyendo la cubierta.

Pocos cristianos entienden que Cristo es el lugar de propiciación, la cubierta de propiciación, y por esta razón no aprecian la preciosidad de la sangre sobre ésta. Por el contrario, la mayoría de los cristianos aprecian la preciosidad de la sangre en la cruz. En lugar de entrar en el Lugar Santísimo, se quedan en la cruz, el altar. La mayoría de los himnos acerca de la sangre redentora se centran en la cruz. ¿Puede mencionar algún himno que hable de la preciosidad de la sangre redentora sobre la cubierta propiciatoria? Yo no conozco ninguno.

EL ARCA COMO LA PRESENTA JUAN
EN SU MINISTERIO REMENDADOR

Ya vimos que Pablo y Juan hablaron de asuntos relacionados con Cristo como la cubierta propiciatoria. Tanto el ministerio completador de Pablo como el ministerio que remienda de Juan cubren este punto. Algunos puntos en el ministerio de Juan son más fuertes que los puntos en el ministerio de Pablo. Cuando se repara algo, a menudo termina siendo más fuerte que antes. Por ejemplo, cuando usted repara una parte gastada de ropa, el área remendada generalmente es más fuerte que la ropa original. Pasa lo mismo con el ministerio que remienda de Juan con respecto a Cristo como el arca.

En Juan 1:1 y 14, vemos que el Verbo que era en el principio y que era Dios se hizo carne. Según el versículo 14, los discípulos contemplaron la gloria del Señor. En otras palabras, vieron los querubines, el resplandor de la divinidad de Cristo. Juan 1:29 “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”. Un elemento importante relacionado con el Cordero de Dios es la sangre redentora. Juan 19:34 dice: “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”. En Juan 17, vemos algo más acerca de la gloria, acerca de los querubines. En el versículo 1, el Señor Jesús oró: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo para que el Hijo te glorifique”. En el versículo 22, el Señor sigue orando: “La gloria que me diste, Yo les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno”.

En el capítulo uno de 1 Juan leemos acerca de la vida, la comunión y la sangre. El versículo 1 habla del Verbo de vida, y el versículo 2 dice que la vida fue manifestada. En el versículo 3 Juan declara: “Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con Su Hijo Jesucristo”. En cuanto a la sangre, el versículo 7 declara: “Pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado”. La vida eterna fue proclamada para que tengamos comunión con el Padre y el Hijo. Aunque somos pecaminosos, la sangre de Jesucristo nos lava.

En el libro de Apocalipsis, vemos al Cristo resplandeciente, empezando con Su revelación en el capítulo uno: Su cabeza y cabello son blancos como la lana blanca, como la nieve; Sus ojos son como llamas de fuego; Sus pies como bronce bruñido; y Su rostro “como el sol resplandece en su poder” (vs. 14-16). Apocalipsis 10:1 describe también a un Cristo resplandeciente: “Vi descender del cielo a otro Angel fuerte, vestido de una nube, con el arco iris sobre Su cabeza; y Su rostro era como el sol, y Sus pies como columnas de fuego”. Apocalipsis 18:1 habla también de este Cristo resplandeciente: “Después de esto vi a otro Angel descender del cielo con gran autoridad; y la tierra fue iluminada con Su gloria”.

El libro de Apocalipsis enfatiza también la sangre. Apocalipsis 1:5 dice: “Al que nos ama, y nos liberó de nuestros pecados con Su sangre”. Apocalipsis 5:9 declara: “Tu fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste para Dios hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.”. Apocalipsis 7:14 habla de “los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Hablando de los vencedores, Apocalipsis 12:11 afirma: “Y ellos le han vencido por causa de la sangre del Cordero”. La sangre con la cual somos lavados también calla la boca acusadora y calumniadora del demonio.

En el libro de Apocalipsis podemos ver a Cristo tipificado por el arca hecha de madera de acacia cubierta de oro. Este libro habla mucho del oro. El Hijo del Hombre en medio de los candeleros de oro es tipificado por la madera de acacia.


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