Información del libro

Estudio-vida de 1 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1445-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 16 de 69 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE LA PRIMERA
EPISTOLA A LOS CORINTIOS

MENSAJE DIECISEIS

LA SABIDURIA DE DIOS EN MISTERIO:
CRISTO COMO LAS PROFUNDIDADES DE DIOS

Lectura bíblica: 1 Co. 2:6-10

El título de este mensaje es: La sabiduría de Dios en misterio: Cristo como las profundidades de Dios. Los dos puntos después de la palabra misterio indican que ambas afirmaciones están en aposición, lo cual quiere decir que la sabiduría de Dios en misterio es el Cristo que lo es todo como las profundidades de Dios.

Los capítulos uno y dos de 1 Corintios constituyen un profundo pasaje de la Palabra, y no muchos de los que leen la Biblia lo entienden debidamente. Lo que Pablo dijo en 2:6-10 figura entre lo más profundo. No debemos dar por sentado que entendemos estos capítulos, ya que es necesario conocerlos debidamente para entender el resto de la epístola. Los primeros dos capítulos contienen la clave para entender 1 Corintios.

UNA SABIDURIA MISTERIOSA

En 2:6 Pablo dice: “Pero hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que son reducidos a nada”. En los versículos anteriores Pablo dice que él no vino con excelencia de sabiduría y que sus palabras no fueron palabras persuasivas de sabiduría. Pero en el versículo 6 dice que él habla sabiduría entre los que han alcanzado madurez. Cuando Pablo escribió esta epístola, él seguramente se dio cuenta que los creyentes de Corinto estaban lejos de ser maduros. ¿Por qué entonces dice que él habla sabiduría entre los que han alcanzado madurez? Su propósito era humillar a los corintios. Pablo parecía decirles: “Ustedes piensan que han logrado algo grande, pero en realidad siguen siendo bebés. En efecto hablamos sabiduría, pero la hablamos entre los que han alcanzado madurez. Además, la sabiduría que hablamos no es de este siglo, tampoco la de los príncipes de este siglo. La gente común no conoce esta sabiduría, ni tampoco los gobernantes. De hecho, los príncipes de este siglo son reducidos a nada”.

En el versículo 7 Pablo añade: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría que estaba oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria”. La sabiduría de Dios es Cristo (1:24), quien es el misterio oculto (Col. 1:26-27), destinado, designado y ordenado de antemano, antes de los siglos, para nuestra gloria.

La gloria en este versículo se refiere a Cristo, quien es el Señor de gloria (v. 8). Cristo es nuestra vida hoy (Col. 3:4) y será nuestra gloria en el futuro (Col. 1:27). A esta gloria nos llamó Dios (1 P. 5:10 y en la misma nos introducirá (He. 2:10). Esta es la meta de la salvación.

Según el versículo 7, la sabiduría de Dios se habla en misterio; es una sabiduría misteriosa. Así que, la sabiduría de Dios no es como la griega, la cual es manifiesta y muy superficial. Además, la sabiduría de Dios estaba oculta y Dios la predestinó antes de los siglos para nuestra gloria. La sabiduría de Dios es nuestro destino, el cual El determinó y decidió de antemano. En la eternidad Dios determinó nuestro destino. El predestinó Su sabiduría para nuestra gloria, lo cual significa que en la eternidad El decidió que Su sabiduría sería nuestro destino y gloria. Nuestro destino no es simplemente disfrutar las bendiciones eternas en el cielo; nuestro destino es la misteriosa sabiduría de Dios. Dios predestinó que Su misteriosa sabiduría sea nuestra gloria.

En el versículo 8 Pablo continua la idea del versículo 7: “La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, no habrían crucificado al Señor de gloria”. En este versículo el pronombre relativo la se refiere a la sabiduría del versículo 7; y no a la gloria.

En el versículo 9 Pablo añade: “Antes bien, como está escrito: ‘Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman’”. La esfera de lo que el ojo ve es estrecha, la esfera de lo que el oído escucha es más amplia, y la esfera de lo que el corazón percibe no tiene límite. Dios en Su sabiduría (es decir, en Cristo) predestinó y preparó para nosotros muchas cosas profundas y ocultas, tales como la justificación, la santificación y la glorificación. Todas éstas son cosas que el ojo humano jamás ha visto, que el oído humano jamás ha oído, y que el corazón humano jamás ha percibido.

El versículo 10 dice: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios”. Como veremos, las profundidades de Dios se refieren a Cristo.


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