Información del libro

Estudio-vida de Colosensespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0342-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 51 de 65 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE COLOSENSES

MENSAJE CINCUENTA Y UNO

ARRAIGADOS EN CRISTO
Y SOBREEDIFICADOS EN ÉL

(1)

Lectura bíblica: Col. 2:7a, 19; 3:10-11; 1 Co. 3:6, 9; 6:17; Ef. 2:21; 4:13b, 15-16

UN LIBRO QUE SE CENTRA EN LA EXPERIENCIA

Muchas personas que leen el Nuevo Testamento consideran que Colosenses es un libro de doctrinas. No obstante, Colosenses es también un libro que se centra en la experiencia. El Cristo todo-inclusivo y extenso que se revela en esta epístola, es subjetivo a nosotros, ya que mora en nosotros como nuestra esperanza de gloria (1:27), y es nuestra vida (3:4). Nada es más subjetivo a nosotros que nuestra propia vida. De hecho, nuestra vida es nosotros mismos. Decir que Cristo es nuestra vida significa que Cristo ha llegado a ser nosotros mismos. ¿Cómo podría Cristo ser nuestra vida sin antes llegar a ser nosotros? Esto sería imposible.

Algunos maestros cristianos se oponen a la revelación que hemos recibido acerca de la experiencia subjetiva que tenemos de Cristo. Argumentan que nosotros nos estamos igualando a Dios. Dicen que nosotros enseñamos que el yo llega a ser igual a Dios y que esto es la deificación del yo. No enseñamos en absoluto que nosotros llegamos a ser Dios mismo ni que algún día seremos adorados; aún así, es un hecho que Cristo mora en nosotros y que Él es nuestra vida. Él llega a ser nosotros en nuestra experiencia. Como dice Pablo: “Para mí el vivir es Cristo” (Fil. 1:21). Ya hicimos notar que Cristo no puede ser nuestra vida a menos que Él llegue a ser nosotros. La vida es nuestro mismo ser. De ahí que el hecho de que Cristo sea nuestra vida significa que Él llega a ser nuestro mismo ser, esto es, que Cristo llega a ser nosotros.

Cristo para nosotros tiene un aspecto tanto objetivo como subjetivo. Conocemos a Cristo tanto por la doctrina como por la experiencia. Por un lado, Cristo está sentado en el trono en los cielos; por otro, Él está en nuestro espíritu. Adoramos al Cristo que está entronizado en los cielos, pero es el Cristo que mora en nuestro espíritu el que experimentamos, disfrutamos y del cual participamos. Somos uno con Él de una manera muy subjetiva. Como dice Pablo en 1 Corintios 6:17: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con El”. Cristo es subjetivo a nosotros al grado que Él y nosotros, nosotros y Él, hemos llegado a ser un solo espíritu. Ser un solo espíritu con el Señor es mucho más grandioso que los dones y los milagros. Ahora que hemos llegado a ser un solo espíritu con el Señor, debemos experimentar este hecho en nuestra vida diaria.

Hace algunos años, me hospedé con algunos santos que hablaban mucho de Colosenses 1:27. Aunque podían hablar del Cristo que mora en nosotros como la esperanza de gloria, tenían muy poca experiencia de Cristo. Para ellos, el hecho de que Cristo mora en nosotros era simplemente una doctrina, y no una realidad. En la práctica y en su vida diaria, eran muy éticos y religiosos, pero no vivían a Cristo. El amor de ellos era un amor natural y ético, mas no la expresión del Cristo que se manifiesta desde el interior. En estos creyentes, uno podía percibir la religión y la ética, pero muy poco de Cristo. Éste es el caso de muchos cristianos hoy en día. A pesar de que conocen a Cristo conforme a la doctrina, lo experimentan muy poco. No obstante, cuando Pablo escribió el libro de Colosenses, lo escribió conforme a la doctrina y también conforme a la experiencia.

En 2:7 Pablo menciona que fuimos arraigados en Cristo y que estamos siendo sobreedificados en Él. Tanto el ser arraigados como el ser sobreedificados, son hechos subjetivos, aplicables a nuestra experiencia. Debemos entender claramente lo que significa ser arraigados en Cristo y sobreedificados en Él. No debemos pasar por alto 2:7, ni tampoco evadirlo porque nos parezca difícil de entender. En lugar de ello, debemos dedicar tiempo a este versículo, orar-leerlo y estudiarlo hasta ser iluminados.

DOS REQUISITOS

El hecho de que hemos sido arraigados en Cristo y el que estamos siendo sobreedificados en Él, están relacionados con el andar en Cristo (2:6). Si queremos andar en Cristo, debemos cumplir dos requisitos: debemos estar arraigados en Él, y debemos estar en el proceso de ser sobreedificados en Él. Por un lado, ya fuimos arraigados en Cristo; por otro, estamos siendo sobreedificados en Él. Una vez que cumplamos estos dos requisitos, podremos andar en Cristo. Todos necesitamos aprender a conocer por experiencia lo que significa ser arraigados y sobreedificados en Cristo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top