Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 44 de 185 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CUARENTA Y CUATRO

BEBER DEL AGUA DE VIDA
(2)

Lectura Bíblica: Ex. 17:3a, 6; Jn. 7:37-39; 4:10, 14; 1 Co. 10:4; 12:13, 3; Ap. 21:6; 22:1-2, 17; Hch. 2:17a, 21

En este mensaje estudiaremos lo que la Biblia revela acerca de la manera de beber el agua de vida. Puedo testificar que he dedicado más de treinta años para descubrir cómo beber el agua viva. En el mensaje anterior, señalé que a pesar de haber predicado mucho acerca de beber el agua viva, yo mismo no sabía cómo hacerlo. Finalmente me dije a mí mismo: “Tú que predicas tanto acerca de beber, ¿sabes cómo beber?” Tuve que reconocer que no sabía. Me di cuenta de que me urgía encontrar la manera adecuada de beber. ¿Qué haría, si después de un mensaje sobre éste tema, alguien me preguntara cómo beber? Supongamos que alguien se le acerca y le dice: “Creo que Cristo es el agua viva, y tengo sed de El. Por favor dígame cómo beber de esta agua viva”. ¿Qué le contestaría?

No todos los secretos divinos en la Biblia son revelados de manera clara y evidente. En Su sabiduría, Dios a veces revela Sus secretos de una manera un tanto escondida. Estos secretos se encuentran en la Biblia y son revelados en ella, pero no están expuestos abiertamente. Por ejemplo: la Biblia nos exhorta a creer, pero no nos dice cómo. Durante años, al predicar el evangelio he exhortado a la gente a creer en el Señor. Siempre que alguien me ha preguntado cómo creer, me he confundido. ¿Qué diría usted si alguien le pregunta cómo creer en el Señor Jesús? ¿le diría, de manera doctrinal, que la fe viene por el oír? Si usted le dijera simplemente que debe creer, ¿qué haría si le preguntaran cómo pueden creer? La mejor respuesta es que creemos al invocar el nombre del Señor Jesús. En cuanto a la manera de creer no debemos dar respuestas complicadas a los incrédulos. No trate de explicarles que al creer entramos en una unión orgánica con el Señor. Estas explicaciones sólo los confundirán. Simplemente dígale a los que desean creer en el Señor que abran sus bocas e invoquen: “Oh Señor Jesús”. La manera de creer en el Señor es invocar Su nombre.

Así como la Biblia no nos enseña la manera de creer, tampoco nos enseña la manera de beber el agua de vida. Las Escrituras simplemente dicen que si tenemos sed, debemos acudir al Señor y beber. Si vamos al Señor y le preguntamos cómo beber, El podría contestar: “Si tienes sed y deseas beber, simplemente bebe”. Aprendemos a beber bebiendo. Por tanto, la manera de beber es algo parecido a la manera de creer en el Señor. Al considerar este asunto de cómo beber, quisiera presentar de una manera sencilla, pero práctica, lo que he aprendido durante más de treinta años de estudio. Esta palabra se dirige a los que creen en el Señor y no a los incrédulos.

I. EN LA POSICION ADECUADA PARA BEBER

Como creyentes hemos sido colocados en una posición para beber. Este es el primer aspecto de la ciencia del beber. Primera Corintios 12:13 dice: “Porque en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”. Mediante el bautismo fuimos colocados en la posición para beber. Siempre y cuando hayamos sido bautizados en el Señor, tenemos la posición para beber el agua viva. Antes de ser salvos, estábamos muy lejos del agua viva. Pero ahora que hemos sido salvos, fuimos devueltos al agua y colocados en una posición para beber de ella. Por ejemplo: en nuestro local de reunión hay una fuente de agua. No obstante, si queremos beber de esta fuente, nuestra boca debe estar en la posición adecuada. Del mismo modo, para beber del agua viva, primero debemos ser colocados en la posición para beber. El bautismo nos da esta posición. Le agradecemos al Señor que todos fuimos colocados en posición para beber.

II. LA NECESIDAD DE TENER SED

Aunque nos encontramos en la posición para beber, no beberemos si no tenemos sed. Se necesita sed para beber del agua de vida (Ex. 17:3a; Jn. 7:37; Ap. 21:6). En la actualidad, millones de cristianos no tienen sed del Señor. ¡Qué gran misericordia es que tengamos sed! Puedo testificar que día tras día, tengo sed del agua viva. Si no oro por un período de tiempo, siento sed. Es una misericordia que tengamos sed del agua viva, particularmente cuando tantos cristianos no la tienen. Muchos de nosotros podemos testificar que durante el día sentimos una sed dentro de nosotros. Esta sed nos lleva a orar y a entrar en contacto con el Señor. De manera sencilla, podemos decir: “Señor Jesús, tengo sed de ti y deseo tener contacto contigo”. Si sentimos que nuestra sed no es apropiada, quizás necesitamos orar: “Señor, aumenta la sed dentro de mi”. Todos necesitamos esta sed por el Señor.


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