Información del libro

Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 76 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE SETENTA Y SEIS

LA ECONOMIA DE DIOS:
FORJAR A CRISTO EN NOSOTROS

Lectura bíblica: Ef. 1:19-20; 2:10; 3:8; 4:13-15; 5:29-30, 32

Ya vimos que la economía de Dios consiste en Cristo y la iglesia, y que la palabra “economía” denota una impartición. La intención de Dios es impartirse a Sí mismo en Sus escogidos. Ser salvos no solamente significa que nuestros pecados son perdonados, y que somos justificados y hechos aptos para ir al cielo, sino que Dios empieza a impartirse a Sí mismo en nosotros.

LO QUE DIOS DESEA HOY

El hecho de que Dios se imparta en nosotros está totalmente ligado a Cristo. Según el concepto natural, pensamos que después de ser salvos, debemos mejorar nuestro comportamiento, buscar poder o desempeñar una obra fructífera para el Señor. Algunos cristianos creen que debemos anhelar dones tales como hablar en lenguas, dar profecías y sanar. Otros piensan que lo más importante para una persona salva es adquirir el conocimiento bíblico correcto. No obstante, si vemos la salvación desde la perspectiva de la economía de Dios, veremos la vida cristiana de manera diferente.

El Nuevo Testamento en efecto habla de la conducta adecuada, del poder, los dones y del conocimiento; no obstante, lo crucial es cuánto de Cristo se ha forjado en nosotros. Dios desea forjar a Cristo en nosotros. Todos necesitamos ser iluminados para ver lo que Dios está haciendo hoy. La intención de Dios no es hacernos mejores. A El no lo interesa lo que seamos; lo que sí le interesa es que Cristo se forje en nosotros.

En 1:19 y 20 Pablo habla de la “supereminente grandeza” del poder de Dios “para con nosotros los que creemos”. Dios hizo operar este poder en Cristo levantándolo de los muertos y sentándolo a Su diestra en los lugares celestiales. Hoy la obra principal de Dios consiste en forjar a Cristo en nosotros.

NUESTRA NECESIDAD ES QUE CRISTO VIVA
EN NOSOTROS

Supongamos que un día usted se muestre descortés para con un hermano o una hermana. Sin lugar a dudas, usted se arrepentiría y le pediría perdón al Señor por su actitud. Puede ser que incluso oraría para que el Señor le ayude a ser mejor. Aunque no haga esta petición específicamente, en lo profundo de su ser esto es lo que siente cuando ora acerca de su fracaso. Esta clase de oración es religiosa. Posiblemente usted haya leído el libro, Cristo es contrario a la religión, pero sigue siendo muy religioso en su vida cotidiana. Si usted tiene una visión de la economía de Dios, orará de esta manera: “Señor, el diablo hizo que me comportara de esa manera. Pero Señor, aunque mi comportamiento hubiese sido bueno, eso no necesariamente significaría que eras Tú quien se expresaba en mi vivir. Señor, Tú no quieres que yo sea bueno; lo que Tú deseas es vivir en mí. En un sentido, me arrepiento y te pido perdón, pero al mismo tiempo reprendo a Satanás y le ordeno que se retire de mí. Señor, no intentaré ser mejor; lo único que necesito es que vivas en mí”.

Gálatas 2:20 dice que fuimos crucificados con Cristo y que ahora El vive en nosotros. Posiblemente conozcamos este versículo y declaremos: “Ahora ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Sin embargo, en la vida cotidiana quizás ya no vive Cristo, mas vivo el yo. Una cosa es recitar Gálatas 2:20, y otra muy distinta, vivir a Cristo y expresarlo de manera práctica.

Supongamos que usted es muy amable con los hermanos y las hermanas. Si éste es el caso, tal vez no sentirá ninguna necesidad de arrepentirse ni de pedirle perdón al Señor por ello. No obstante, conforme al criterio de Dios, casi lo mismo da que sea cortés o descortés, mientras sea usted quien vive y no Cristo. Nuestro comportamiento tal vez sea bueno o quizás sea malo, pero con todo y eso seguimos sin expresar a Cristo en nuestro vivir. La economía de Dios se centra en Cristo; Su economía no es cuestión de ética, moralidad, ni de buen carácter. Conforme a Su economía, Dios desea forjar a Cristo en nosotros. En nuestra relación con los hermanos y hermanas en la iglesia, lo que necesitamos es vivir y expresar a Cristo.

Se han escrito algunos libros que presentan a Cristo como vida; sin embargo, es difícil encontrar un grupo de cristianos que genuinamente viva por El. La intención de Dios no es hacernos mejores personas, sino forjar al Cristo vivo en nosotros, en nuestra mente, en nuestra parte emotiva y en nuestra voluntad. El deseo de Dios es reemplazarnos con Cristo. El quiere ver que los hermanos y las hermanas de las iglesias expresen a Cristo en su vivir. Que el Padre de gloria nos dé un espíritu de sabiduría y de revelación para que seamos iluminados y sepamos lo que Dios anhela lograr hoy. Otra vez digo que Dios no desea mejorarnos, sino forjar a Cristo en nosotros.

El Cristo que Dios desea forjar en nosotros es el Cristo crucificado, resucitado y ascendido. Satanás fijó a Cristo en la cruz, pero Dios lo levantó de los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales. Ahora Dios se propone forjar al Cristo crucificado, resucitado y ascendido en nosotros. Existe una gran diferencia entre la ética, la conducta y el comportamiento por un lado, y por otro, el hecho de que este Cristo se forje en nuestro ser.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top