Información del libro

Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1446-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 68 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DEL APOCALIPSIS

MENSAJE SEIS

COPARTICIPES EN LA TRIBULACION,
EN EL REINO Y EN LA PERSEVERANCIA EN JESUS

En este mensaje necesitamos considerar 1:9 donde dice: “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesús”. El libro de Apocalipsis está escrito en una forma maravillosa. Es muy significativo que este versículo figure después de mencionarse la venida del Señor en 1:7. Esto indica que si deseamos ser los que velan y esperan la segunda venida del Señor, tenemos que ser copartícipes en la tribulación, en reino y en la perseverancia en Jesús, y no en las bendiciones externas.

I. COPARTICIPES EN LA TRIBULACION EN JESUS

La frase “en Jesús” gobierna las palabras tribulación, reino y perseverancia, y debemos prestar atención especial a esto. Esta expresión ocurre muy raras veces en el Nuevo Testamento, mientras que “en Cristo” o “en Cristo Jesús”, se usa muchas veces. En el Nuevo Testamento, la verdad está principalmente en Cristo, pero aquí se emplea la expresión “en Jesús”. Esto nos dice que si estamos esperando al Señor en Su venida, tenemos que ser copartícipes en la tribulación, el reino y la perseverancia “en Jesús”. Cuando hablamos de la salvación, la gracia, el disfrute y las demás cosas buenas, decimos que estamos “en Cristo”, puesto que esta expresión se refiere a todo lo que está en el lado positivo de la salvación. Pero decir que somos copartícipes en la tribulación, el reino y la perseverancia en Jesús, significa que estamos sufriendo. Cuando Jesús vivió en la tierra como hombre, El sufrió constantemente. Según los hechos de la vida de Jesús, Su nombre denota un hombre sufrido, un varón de dolores, experimentado en aflicción (Is. 53:3). Por consiguiente, cuando decimos que estamos en Cristo, esto significa que somos salvos, disfrutamos la gracia de Dios, tenemos paz con Dios y estamos bajo Su bendición. Pero cuando decimos que somos copartícipes en la tribulación, el reino y la perseverancia “en Jesús”, significa que estamos sufriendo y siendo perseguidos por seguir a Jesús de Nazaret. En el libro de Apocalipsis, no se usa la expresión “en Cristo”. Por el contrario, en Efesios “en Cristo” o “en El” se usa reiteradamente, y se halla en todos los capítulos de esa epístola. El libro de Apocalipsis está dirigido a aquellos que experimentan la tribulación “en Jesús”. Esto significa que los que están esperando la venida del Señor Jesús tienen que ser personas que sufren tribulación “en Jesús”. En otras palabras, los que están esperando la venida del Señor son los que sufren. A los ojos de Dios, nosotros somos los seguidores de Cristo, pero ante la gente, especialmente ante los religiosos, somos los seguidores de Jesús.

A. Jesús sufrió persecución
cuando estuvo en la tierra

Mientras Jesús estuvo en la tierra, fue perseguido por la religión judía (Jn. 5:16; 15:20). El no fue perseguido por ninguna religión pagana, sino por la religión típica, establecida según los oráculos de Dios. La religión es utilizada muchísimo por el enemigo de Dios. La religión es contraria a Cristo, y Cristo es contrario a la religión. Juan 5:16 revela que los judíos perseguían a Jesús porque El no guardaba el día de reposo. Los religiosos no toleran el hecho de que se quebranten sus preceptos. Cualquier violación de sus preceptos religiosos traerá como consecuencia persecución contra los transgresores. La religión judía fue establecida sobre tres columnas, una de las cuales era el sábado, el día de reposo; las otras dos eran la circuncisión y las regulaciones dietéticas. Cuando Cristo quebrantó el día de reposo, derribó una de las tres columnas de la religión judía. Por consiguiente, los judíos lo persiguieron, y procuraron matarlo. A la postre, los religiosos tuvieron éxito y mataron al Señor Jesús, al sentenciarlo a muerte según sus propias Escrituras. Sin embargo, por la soberanía de Dios, los judíos de aquel tiempo no tenían derecho a ejecutar dicha sentencia. Por lo tanto, entregaron a Jesús al gobierno romano, el cual, usando sus métodos para ejecutar criminales, crucificó al Señor Jesús.

De la manera que la religión persiguió a Jesús, también perseguirá a los seguidores de Jesús. Vemos en el libro de Hechos que los judíos desde las sinagogas de cada ciudad incitaban la oposición contra los apóstoles, y Pablo sufrió mucho este tipo de persecución. Juan, el escritor de Apocalipsis, también sufrió dicha persecución. Cuando Juan recibió la revelación de este libro, estaba exiliado en la isla de Patmos, “por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesús”. Al escribir este libro, alentaba a los santos a que esperaran la venida del Señor, diciéndoles que él, Juan, era su hermano y copartícipe de ellos en el sufrimiento y aflicción en Jesús, no en la gracia, la vida ni la luz.

Como vimos, cuando Jesús estaba en la tierra, sufrió a manos de la religión. El Imperio Romano no le prestó la más mínima atención. La religión judía le exigió al gobierno romano que dictara sentencia sobre El. Por consiguiente, la persecución contra El no se originó en el mundo secular sino en el mundo religioso. En Hechos vemos que lo mismo sucedió a los apóstoles. La oposición no vino principalmente de los gentiles, sino de los judíos religiosos. Estos seguían a Pablo por todas partes y probablemente perturbaban sus actividades. Del mismo modo, muchos mártires sufrieron persecución por parte de la Iglesia Católica Romana. Como Foxe afirma en su libro Historia de los mártires, la Iglesia Católica Romana mató más santos que los que mató el Imperio Romano. ¿Quién encarceló a Madama Guyón? La Iglesia Católica Romana. ¿Quién encarceló a Juan Bunyan? La Iglesia de Inglaterra. La religión siempre persigue a los verdaderos seguidores de Jesús.

Ahora es nuestro turno de sufrir esta persecución. Durante los años que estuve con el hermano Nee en China, vi cuánto fue perseguido por la religión. Los rumores, la oposición y la censura no venían de los gentiles, sino del cristianismo, incluso de algunos misioneros. El diablo es insidioso. El mundo secular no se opone tanto a nosotros como lo hace la gente religiosa. Muchos cristianos consideran la religión como algo bueno, pero en realidad es algo usado por el diablo. Si usted lee el libro de Gálatas, verá cuán intensamente Pablo perseguía la iglesia cuando él estaba en la religión judía. El capítulo uno de Gálatas revela que la religión está en contra de Cristo y que Cristo es contrario a la religión. Si cooperamos con la religión, habrá cierto tipo de paz. ¿Pero cómo podríamos cooperar con la religión? La religión es falsa y engañosa; es una falsificación de la economía de Dios. Cualquiera que vea que la religión es una falsificación de la economía de Dios, la condenará.


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