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Estudio-vida de Levíticopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6571-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 49 de 64 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE LEVÍTICO

MENSAJE CUARENTA Y NUEVE

EL VIVIR SANTO DEL PUEBLO SANTO:
DESPOJARSE DE LA VIEJA VIDA
Y VESTIRSE DE LA NUEVA

Lectura bíblica: Lv. 18—20

El tema de este mensaje es “El vivir santo del pueblo santo: despojarse de la vieja vida y vestirse de la nueva”. Este mensaje abarca los capítulos del 18 al 20. Esta extensa sección de la Palabra corresponde a Efesios 4:17—5:14 en el Nuevo Testamento, donde se le exhorta al pueblo santo de Dios a que, en cuanto a su pasada manera de vivir, se despoje del viejo hombre y se vista del nuevo hombre, que fue creado según Dios en la justicia y santidad de la realidad (Ef. 4:22, 24), a fin de llevar una vida que sea santa como Dios lo es.

Leer Efesios 4:17—5:14 nos ayudará a entender Levítico 18—20, y leer esta sección de Levítico nos ayudará a entender el pasaje de Efesios. Cuanto más leamos Efesios 4:17—5:14, más entenderemos los capítulos del 18 al 20 de Levítico. Usando los términos del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios no debía vivir como los egipcios, entre los cuales vivieron en un tiempo, ni como los cananeos. Ellos debían despojarse del viejo hombre junto con la pasada manera de vivir y debían vestirse del nuevo hombre junto con la nueva manera de vivir. Levítico 18:3 dice: “No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; y no haréis como hacen en la tierra de Canaán, adonde Yo os llevo, ni andaréis en sus estatutos”. Aquí vemos que los israelitas debían llevar una nueva vida, una vida no a la manera de los egipcios, entre quienes alguna vez vivieron, ni a la manera de los cananeos, a cuya tierra serían llevados, sino a la manera del pueblo santo de Dios. Despojarse del vivir de los egipcios y de los cananeos equivalía a despojarse del viejo hombre, y llevar una vida conforme a la santidad de Dios equivalía a vestirse del nuevo hombre.

Levítico 18—20 contiene muchas ordenanzas y estatutos de la ley (20:22). La ley se compone primeramente de los Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos, que son los elementos básicos de la ley, son sencillos, breves y concisos. Por ser breves, los Diez Mandamientos requieren una explicación y un suplemento. Las ordenanzas y los estatutos constituyen las explicaciones y el suplemento de los Diez Mandamientos. Levítico 18—20 contiene muchos estatutos y ordenanzas, los cuales son una explicación y un suplemento de los Diez Mandamientos. En conjunto, la ley consta de los Diez Mandamientos más sus correspondientes explicaciones y suplemento.

Muchos de los que leen la Biblia, e incluso algunos traductores de la misma, no saben cuál es la diferencia entre los estatutos y las ordenanzas, y los consideran sinónimos. En realidad, existe una importante diferencia entre una ordenanza y un estatuto. Una ordenanza es un estatuto al que se le ha añadido un juicio. Sin embargo, un estatuto, un precepto, que no incluye ningún juicio es simplemente un estatuto. En Levítico 18—20 encontramos preceptos que no contienen juicios; estos preceptos no nos explican cómo juzgar un caso determinado. Por tanto, estos preceptos son estatutos. Otros preceptos incluyen juicios y, por ende, deben ser considerados ordenanzas y no simplemente estatutos.

En Levítico 18—20 no encontramos una repetición de los Diez Mandamientos, sino una explicación y un suplemento de los Diez Mandamientos. Por ejemplo, uno de los Diez Mandamientos prohíbe el culto a los ídolos, y en los preceptos relacionados con la brujería vemos un complemento de dicho mandamiento (19:26, 31; 20:6). Otro ejemplo es 20:9, lo cual complementa el mandamiento de honrar a nuestros padres. Este versículo dice: “Si un hombre maldice a su padre o a su madre, ciertamente se le dará muerte. Ha maldecido a su padre o a su madre; su sangre es sobre él”. En estos capítulos podemos encontrar muchos otros ejemplos de estatutos y ordenanzas. En este mensaje abordaré únicamente algunos asuntos, que son bastante peculiares y de los cuales no se habla en ninguna otra parte.

I. LOS HIJOS DE ISRAEL DEBEN DESPOJARSE
DE LA PASADA CONDUCTA EGIPCIA

A los hijos de Israel se les encargó que se despojaran de la pasada conducta egipcia (18:3a). Esto significa que los creyentes deben despojarse de la pasada y vieja manera de vivir.


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