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Estudio-vida de Númerospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6614-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 32 de 53 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE NÚMEROS

MENSAJE TREINTA Y DOS

COMBATEN

(1)

Lectura bíblica: Nm. 21:1-3, 21-35

En este mensaje empezaremos a considerar el combate que libraron los hijos de Israel.

Números 21:1-3, 21-35 revela que los hijos de Israel derrotaron a los reyes de Arad, de los amorreos y de Basán. Estos reyes eran los “guardianes de la entrada” a la buena tierra; su territorio se hallaba al este del Jordán. Para entrar en la buena tierra, los hijos de Israel tenían que pasar por territorio controlado por estos reyes, quienes vigilaban la tierra de Canaán en pro de Satanás. Estos reyes, por tanto, eran los guardianes del reino de las tinieblas, y tenían que ser derrotados antes que los hijos de Israel pudieran entrar en la tierra que Satanás había usurpado y ocupado.

¿Qué representa Canaán en la tipología? Según el entendimiento común y superficial, Canaán representa el cielo. Algunos himnos hablan de cruzar “las frías olas del Jordán” en el camino al cielo. Este entendimiento del significado espiritual de Canaán definitivamente es desacertado. En la tierra de Canaán había toda índole de enemigos. Si Canaán representara el cielo, eso significaría que hay enemigos en el cielo. Si ése fuera el caso, el cielo no sería un lugar agradable, y nadie querría ir ahí.

En la tipología, Canaán representa la sección aérea o celestial del reino tenebroso de Satanás. Mateo 12:26 indica que Satanás tiene un reino. Como príncipe de este mundo (Jn. 12:31) y príncipe de la autoridad del aire (Ef. 2:2), Satanás tiene su propia autoridad (Hch. 26:18) y sus propios ángeles (Mt. 25:41), quienes, como subordinados suyos, son los principados, las potestades y los gobernadores del mundo de estas tinieblas (Ef. 6:12). Por tanto, él tiene su reino, la autoridad de las tinieblas (Col. 1:13). Satanás y su reino están en guerra, en enemistad, con Dios y con el reino de Dios. Anteriormente nosotros estábamos en el reino de Satanás, pero la salvación que Dios efectuó nos trasladó del reino de las tinieblas al reino del Hijo del amor de Dios (v. 13). Ahora ya no estamos en el reino de Satanás, sino en el reino de Dios.

El punto que quisiéramos recalcar aquí es que Canaán no representa el cielo en un sentido positivo; por el contrario, Canaán tipifica la parte principal, la parte primordial, la parte aérea, del reino de Satanás, con sus autoridades y principados. En tipología, los gigantes que estaban en la tierra de Canaán representan a los ángeles malignos, a los ángeles rebeldes que siguen a Satanás (Ap. 12:4, 7).

Durante los pasados veinticinco años hemos recalcado el hecho de que Canaán, la buena tierra, es un tipo de Cristo. Ahora estamos diciendo que Canaán es un tipo del reino de Satanás, con sus espíritus malignos. Aparentemente, esto sería una contradicción, pero en realidad no lo es. Si estudiamos la tipología con detenimiento, veremos que Canaán posee dos características. Por una parte, Canaán era una tierra de riquezas, según se revela en Deuteronomio 8. Basados en este pasaje de la Palabra, dimos los mensajes que se imprimieron en el libro El Cristo todo-inclusivo. Por otra parte, Canaán era una tierra llena de personas malignas y enemigos, todos los cuales debían ser exterminados por los hijos de Israel. Esta característica, o aspecto, de Canaán representa la parte más maligna del reino tenebroso de Satanás. Al considerar estas dos características de Canaán, vemos que si hemos de disfrutar a Cristo como tierra todo-inclusiva o no, ello depende de si derrotamos o no a los enemigos tipificados por los cananeos. Esto indica que la iglesia como colectividad, incluyendo a todos los miembros, debe tomar parte en la guerra espiritual revelada en Efesios 6.

Efesios es un libro que trata sobre el Cristo todo-inclusivo. Efesios 3:8 nos dice que las riquezas de Cristo son inescrutables. Para disfrutar a tal Cristo, debemos pelear en contra de los enemigos espirituales, contra las “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef. 6:12). Tenemos que derrotar y aplastar a los enemigos representados por el rey de Arad, por Sehón, rey de los amorreos, y por Og, rey de Basán. Todos debemos tener presente que los cananeos tipifican a los ángeles caídos, quienes han llegado a convertirse en las potestades, los gobernadores y las autoridades del reino de Satanás, y que se libra una guerra entre estos espíritus malignos y la iglesia. La tipología en Números 21 nos muestra cómo pelear en esta guerra. La destrucción total de estos guardianes en este capítulo indica que debemos derrotar a los espíritus malignos del reino de Satanás. Es muy útil mantener esta perspectiva al considerar 21:1-3, 21-35.


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