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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 54 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE CINCUENTA Y CUATRO

CRISTO SANTIFICA A LA IGLESIA PURIFICANDOLA

En el mensaje anterior indicamos que la iglesia tiene la misma vida y naturaleza que Cristo, lo cual se revela en la tipología de Adán y Eva. Si la iglesia no tuviera la vida y naturaleza de Cristo, la iglesia no podría ser Su complemento, Su pareja. Si dos mitades de una unidad no poseen la misma vida y naturaleza, no pueden formar un entero. Cristo y la iglesia, siendo una sola entidad, comparten la misma vida y la misma naturaleza.

Además, mencionamos que Cristo sustenta y cuida con ternura a la iglesia; la abastece y la cuida para que crezca. Aunque la iglesia tiene la misma vida y naturaleza de Cristo, ella necesita de cierto suministro y cuidado a fin de poder crecer. El crecimiento está implícito en la manera que Eva, quien es un tipo de la iglesia, fue formada. Dios creó a Adán como un hombre maduro; él no necesitó crecer. Pero Eva fue hecha de una costilla tomada del costado de Adán, el cual hace alusión al crecimiento. Primero, Eva recibió la vida y la naturaleza de Adán; luego, creció y llegó a ser una mujer. La referencia a la alimentación y al cuidado tierno en Efesios 5 hace alusión a la necesidad de crecer. La alimentación y el cuidado tierno no tienen que ver con la impartición de vida inicial, sino al suministro y al cuidado que se le debe dar a la vida que ya existe, a fin de que ésta crezca plenamente.

Usemos la vid como ejemplo. La vid primeramente recibe el alimento del suelo y del agua. El elemento alimenticio que ella absorbe le provee la vida que satisface su necesidad interna. Al recibir este alimento, la vid recibe al mismo tiempo un cuidado tierno por parte del ambiente que la rodea, principalmente del aire fresco y de la luz solar. El viento y el sol regulan la atmósfera a fin de fomentar el crecimiento de la vid. Si el clima es muy frío, el sol la calienta, y si la temperatura es muy elevada, el viento la refresca. A esta regulación ambiental nos referimos cuando hablamos del cuido con ternura, lo cual es diferente del suministro de vida, de la alimentación. Hoy Cristo sustenta a la iglesia interiormente y la cuida con ternura exteriormente. El nos suministra vida y regula la atmósfera a fin de que crezcamos apropiadamente.

En este mensaje veremos un tercer aspecto relacionado con Cristo y la iglesia, el aspecto de la santificación que se efectúa por medio de la purificación. Cristo santifica a la iglesia purificándola (5:25-27). Cristo se entregó a Sí mismo por la iglesia con el propósito de santificarla, no sólo al separarla para Sí mismo de todo lo profano, sino también al saturarla con Su elemento para que ella sea Su complemento. El logra este objetivo al purificar a la iglesia por el lavamiento del agua en la palabra.

I. CRISTO AMO A LA IGLESIA
Y SE ENTREGO A SI MISMO POR ELLA

Los versículos del 25 al 27 forman una sola oración gramatical. En estos versículos Pablo dice que los maridos deben amar a sus esposas así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella. Cristo hizo esto para santificar a la iglesia purificándola por el lavamiento del agua en la palabra, a fin de presentarse a Sí mismo una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante. El propósito que tenía Cristo en cuanto a amar a la iglesia y a entregarse a Sí mismo por ella, fue santificarla por medio del lavamiento del agua en la palabra. La santificación se efectúa por la purificación; la purificación, por el lavamiento; el lavamiento, por el agua; y el agua está en la palabra.

Cristo santifica a la iglesia a fin de presentársela a Sí mismo. En el pasado, se entregó a Sí mismo por la iglesia; en el presente, la santifica; y en el futuro, se la presentará a Sí mismo como Su complemento, para Su satisfacción. Por consiguiente, por amor la santifica, y la santifica para presentársela a Sí mismo.

El primer punto de estos versículos consiste en que Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella; el segundo es la santificación mencionada en el versículo 26; y el tercero es la presentación mencionada en el versículo 27. Lo primero conduce a lo segundo, y lo segundo a lo tercero.

Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella a fin de redimirla e impartirle Su vida. Según Juan 19:34, del costado herido del Señor salió sangre y agua. La función de la sangre es redimir, mientras que la del agua es impartir vida a fin de producir la iglesia. En Efesios 5:25 vemos que la iglesia es el fruto del amor de Cristo y de Su entrega por ella.

Una vez que la iglesia llega a existir, necesita ser santificada. El proceso de santificación incluye la saturación, la transformación, el crecimiento y la edificación. Aunque la santificación incluye la separación, su aspecto principal es la saturación. La iglesia necesita ser saturada de todo lo que Cristo es. La saturación va acompañada por la transformación, el crecimiento y la edificación. Mediante este proceso de santificación, el cual incluye los aspectos ya mencionados, la iglesia llega a ser completa y perfecta, llega a ser la realidad de lo que tipificaba Eva en Génesis 2.

Después de ser preparada para Adán al ser hecha de la costilla de éste, Eva fue presentada a Adán, el origen de donde había salido. Asimismo, la iglesia será presentada a Cristo, quien es su origen. Esta presentación no la hará Dios, sino el propio Cristo. El versículo 27 declara que Cristo se presentará a Sí mismo una iglesia gloriosa. Así que, El será tanto el que la presente como el que la reciba.

Si la iglesia no es separada, saturada y transformada, si no crece ni es edificada, no podrá ser perfeccionada ni crecerá a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Solamente por medio de un proceso completo de santificación, podrá la iglesia llegar a ser completa y alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, lo cual hará posible que Cristo se presente a Sí mismo una iglesia perfecta.

En estos versículos vemos que la iglesia se produce en tres etapas: en primer lugar, nace; en segundo lugar, es santificada, y de esa manera es perfeccionada y completada; y por último, la iglesia es presentada a Cristo como una iglesia gloriosa que no tiene mancha, ni arruga ni cosa semejante. Ella es presentada a El santa y sin mancha. Actualmente estamos en la segunda etapa de la producción de la iglesia, la etapa de la santificación. Cuando esta etapa esté completa, seremos presentados a Cristo como una iglesia gloriosa.


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