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Estudio-vida de Hechospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1419-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 68 de 72 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE HECHOS

MENSAJE SESENTA Y OCHO

LA PROPAGACION EN ASIA MENOR Y EUROPA MEDIANTE EL MINISTERIO DE LA COMPAÑIA DE PABLO

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Lectura bíblica: Hch. 26:1-32

En este mensaje examinaremos la defensa de Pablo ante Agripa y el dictamen de éste (26:1-32).

PABLO SE DEFIENDE ANTE EL REY AGRIPA
Y LE CUENTA SU VIDA COMO FARISEO

Agripa permitió que Pablo hablara en favor de sí mismo. Entonces, Pablo extendiendo la mano comenzó su defensa, diciendo: “Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos. Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia” (vs. 2-3). Como hemos dicho en repetidas veces, cuando Pablo se enfrentó a sus opositores, tuvo que defenderse para salvar su vida, y así concluir el curso de su ministerio.

Pablo apeló a Agripa, quien conocía muy bien las costumbres y las cuestiones de los judíos. Las palabras griegas traducidas “porque tú conoces” se pueden traducir también “porque tú eres muy experto”.

En los versículos 4 y 5, Pablo agrega: “Mi manera de vivir, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; puesto que ellos han sabido de mí desde el principio, si quieren testificarlo, que conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví como fariseo”. Aquí Pablo se justifica diciendo que, antes de su conversión, él era una persona respetable que llevaba la vida estricta de un fariseo. Por supuesto, a los ojos de Dios, Pablo no estaba exento de falta, pero ante los hombres, él llevaba una vida irreprochable.

LA IMPORTANCIA DE LA RESURRECCION

En los versículos 6-8, Pablo habla de la resurrección, diciendo: “Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; promesa que nuestras doce tribus esperan alcanzar, sirviendo fervientemente de noche y de día. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos. ¿Por qué tenéis entre vosotros por increíble que Dios resucite a los muertos?” La palabra griega traducida “por” en el versículo 6 significa literalmente “sobre” o “sobre la base de”. En estos versículos Pablo indica que a diferencia de los saduceos, él siempre había creído en la resurrección. El Antiguo Testamento, y particularmente Daniel 12, enseña sobre la resurrección. Este es un asunto que requiere toda nuestra atención.

En la Biblia, la resurrección implica un juicio futuro, lo cual a su vez tiene que ver con escatología. Por tanto, la resurrección tiene que ver con el destino eterno de una persona, en cuanto a si ella gozará de felicidad por la eternidad, o sufrirá perdición. Dicho destino depende del juicio, y éste a su vez requiere que haya resurrección. Así que, la resurrección es un asunto importante en las Escrituras, pues se relaciona con nuestro destino eterno. Aun antes de su conversión, Pablo, como fariseo que era, creía en la resurrección.

El Señor Jesús habló claramente acerca de la resurrección en Juan 5:28 y 29: “No os maravilléis de esto; porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán Su voz y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio”. Hemos visto que la resurrección de vida es la resurrección de los creyentes salvos, la cual ocurrirá antes del milenio (Ap. 20:4, 6; 1 Co. 15:23, 52; 1 Ts. 4:16). Cuando regrese el Señor Jesús, los creyentes que hayan muerto resucitarán para disfrutar la vida eterna. En cambio, la resurrección de juicio es la resurrección de los incrédulos que hayan muerto, y tendrá lugar después del milenio (Ap. 20:5, 12). Todos los incrédulos que hayan muerto serán resucitados después del milenio y serán juzgados ante el gran trono blanco (Ap. 20:11-15). Pablo, aun antes de ser salvo, creía en la resurrección de vida y de juicio como lo enseña Daniel 12:2.

HIZO MUCHAS COSAS
CONTRA EL NOMBRE DE JESUS

En 26:9-11, Pablo admitió ante Agripa que había hecho muchas cosas contra el nombre de Jesús, al decir: “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido autoridad de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, procuraba obligarles a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguía hasta en las ciudades extranjeras”. La palabra griega traducida “extranjeras” en el versículo 11 significa literalmente “de fuera”. Pablo no sólo se opuso a Jesús de Nazaret, sino que lo atacó activamente. En su ceguera, pensaba que el Señor Jesús no era más que un pobre nazareno. Así que, atacó el nombre de Jesús de Nazaret hasta el grado de enviar muchos santos a la cárcel. Ahora, en este pasaje, él confiesa ante Agripa sus necias acciones.


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