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Estudio-vida de 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemónpor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2769-X
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Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 28 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 1 TIMOTEO

MENSAJE SIETE

PREDICCIÓN DE LA DECADENCIA DE LA IGLESIA

Lectura bíblica: 1 Ti. 4:1-5

En este mensaje hablaremos de la predicción dada sobre la decadencia de la iglesia, según lo presentado en 4:1-5.

I. LA PREDICCIÓN DEL ESPÍRITU

En 1 Timoteo 4:1 Pablo declara: “Pero el Espíritu dice claramente que en los tiempos venideros algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a enseñanzas de demonios”. El hecho de que la palabra “pero” aparece al comienzo de este versículo indica que lo que sigue está en contraste con lo mencionado en 3:15 y 16. Al final del capítulo tres, Pablo había llegado a la cumbre de las cuatro epístolas de 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón, donde se nos presenta un glorioso cuadro de la iglesia. Sin embargo, en 4:1-5, él describe una situación muy oscura, muy distinta de la situación descrita en 3:15 y 16.

En 4:1 Pablo usa la expresión “el Espíritu dice claramente”. Éste es el Espíritu que mora en nuestro espíritu y nos habla allí (Ro. 8:9-11, 16). A fin de escuchar lo que el Espíritu dice y ser guardados de los espíritus engañadores y de las enseñanzas de demonios, debemos ejercitar nuestro espíritu para que tenga la debida perspicacia y claridad.

En el movimiento pentecostal de hoy, muchos profetizan según la manera que se usaba en el Antiguo Testamento y dicen: “Así dice el Señor...” Esta expresión no se encuentra en el Nuevo Testamento; en vez de ello, en el Nuevo Testamento vemos el principio de encarnación. Según este principio, Dios no habla directamente, sino por medio del hombre. Primero, en Jesucristo, Dios se encarnó y se mezcló con el hombre. Ahora, después de la muerte y resurrección de Cristo, Él puede ser un solo espíritu con aquellos que creen en Cristo. En 1 Corintios 6:17, Pablo declara: “Pero el que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. Esto se refiere al espíritu mezclado, esto es, al Espíritu divino mezclado con el espíritu humano regenerado. En el Nuevo Testamento, este espíritu mezclado es quien nos habla. Ésta es la razón por la cual 1 Timoteo 4:1 no dice: “El Espíritu de Dios dice...” ni “El Espíritu Santo dice...”, sino: “El Espíritu dice...”. Según el principio de encarnación revelado en el Nuevo Testamento, en esta expresión se halla implícito nuestro espíritu. Hemos visto que el principio de encarnación consiste en que la divinidad entre en la humanidad y opere junto con la humanidad. Por lo tanto, cuando el Espíritu habla, Él habla en nuestro espíritu, por medio de nuestro espíritu y a partir de nuestro espíritu. Si no hubiera nadie que verdaderamente fuera un solo espíritu con el Dios que habla, no habría ninguna posibilidad, según el principio de encarnación, de que Dios nos hablara.

Pablo fue un modelo de uno que fue un solo espíritu con el Señor. Debido a que era uno con el Señor de esta manera, él habló por el Señor en muchas ocasiones. En 1 Corintios 7, Pablo dijo claramente que, con respecto a cierto asunto, no tenía mandamiento del Señor, pero expresaba su parecer, su sentir, como uno a quien el Señor había concedido misericordia para ser fiel (v. 25). No obstante, cuando leemos este pasaje de la Biblia hoy en día, damos cuenta de que lo que Pablo dijo era en efecto la palabra del Señor. De este modo, cuando Pablo hablaba, el Dios Triuno —quien se había procesado y había llegado a ser el Espíritu, y quien se había mezclado con el espíritu regenerado de Pablo— hablaba dentro de él. Hoy, nosotros también tenemos este espíritu mezclado, y es en este espíritu y por medio de él, que el Espíritu habla claramente hoy.

El versículo 1 del capítulo cuatro de 1 Timoteo es la continuación de 3:15 y 16. Sin duda alguna, estos versículos eran las palabras de Pablo. Luego, en 4:1, Pablo declara que el Espíritu habla claramente. ¿Dónde hablaba el Espíritu? Sin lugar a dudas, el Espíritu hablaba desde el interior de Pablo. Mientras Pablo escribía a Timoteo acerca de que la iglesia es la casa de Dios, columna y fundamento de la verdad, y el gran misterio de la piedad, el Espíritu le decía todo esto en su espíritu. Éste no es el Espíritu que súbitamente desciende sobre nosotros para que profeticemos, diciendo: “Así ha dicho el Señor...” Lo que el Espíritu dice en 4:1, lo dice según el principio de encarnación. El Espíritu habló desde el interior del espíritu de Pablo.

Si queremos oír lo que el Espíritu dice, debemos ejercitar nuestro espíritu. Sólo nuestro espíritu puede oír las palabras del Espíritu. La mente no puede oírlas porque es incapaz de escuchar lo que el Espíritu dice. El Espíritu habla a nuestro espíritu, y nuestro espíritu responde al Espíritu. Por consiguiente, al leer 1 Timoteo, debemos ejercitar nuestro espíritu para escuchar lo que el Espíritu habla desde el interior del espíritu del apóstol Pablo.


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