Información del libro

Estudio-vida de Gálataspor Witness Lee

ISBN: 0-87083-671-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 39 de 46 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GALATAS

MENSAJE TREINTA Y NUEVE

ANDAR EN LAS NORMAS Y LAS PISADAS DIVINAS
POR MEDIO DEL ESPIRITU

Lectura bíblica: Gá. 5:25; 6:15-16; Ro. 4:12; Fil. 3:12-16

En el mensaje anterior señalamos que existen dos clases de andar por el Espíritu. El primer tipo de andar se refiere a nuestra vida cotidiana. El segundo tipo de andar es un andar llevado a cabo dentro de una línea o fila militar. En este mensaje vamos a considerar con más detalle el segundo tipo de andar, el andar efectuado en las normas y las pisadas divinas por medio del Espíritu.

En realidad, todos tenemos dos clases de andar en la vida humana. El primero tipo de andar es general, como un paseo. Este andar incluye todas las cosas ordinarias de nuestra vida diaria. El segundo tipo de andar es un andar que tiene un propósito específico y que se dirige a una meta definida. Por ejemplo, todos los días un joven debe encargarse de los asuntos de su vida ordinaria. Este es el primer tipo de andar. Sin embargo, él también tiene que ir a la escuela y estudiar con miras a graduarse. Este es el segundo tipo de andar, un andar que tiene una meta.

DOS CLASES DE ANDAR

Conforme a la Biblia, todo creyente en Cristo debe tener dos clases de andar por el Espíritu. El primer andar es nuestro andar diario; el segundo es el andar conforme a las normas y las pisadas divinas. Como cristianos, nosotros no somos de aquellos que andan por la tierra sin propósito. Hemos sido creados por Dios y también hemos sido creados de nuevo y regenerados por El con un propósito definido. Por consiguiente, debemos tener el segundo tipo de andar, un andar que cumpla el propósito de Dios y que alcance la meta de nuestra vida en la tierra.

El primer tipo de andar se necesita como apoyo para el segundo tipo de andar. Por ejemplo, ningún estudiante puede tener éxito en la escuela si su andar diario ordinario no es apropiado. Si él anda de una manera tonta e insensata, no podrá graduarse. En tal caso, él no tendrá el primer andar como apoyo para el segundo andar, el cual tiene la graduación como meta. El segundo andar, el cual está relacionado con llevar a cabo nuestro propósito en la vida, debe ser apoyado por el primer andar. Todo ser humano necesita tener dos clases de andar. En el primer andar, una persona vive y anda; en el segundo, lleva a cabo su propósito en la tierra. Para cumplir nuestro propósito en la tierra, necesitamos el segundo andar. Pero para llevar a cabo el segundo andar, necesitamos el primero. Por consiguiente, el primer andar apoya al segundo, y el segundo es el andar que tiene una meta.

En el primer tipo de andar por el Espíritu nosotros vivimos, somos y andamos por el Espíritu. Este andar es un apoyo para el segundo andar, un andar que tiene una meta. Como hijos de Dios, no somos personas carentes de propósito. Nuestra vida en la tierra tiene un propósito definido. Nosotros no andamos sin meta en la vida. Dios tiene un propósito eterno y Su intención es que Su pueblo viva por este propósito. Dios nos creó y nos regeneró para que llevásemos a cabo Su propósito. Debido a que Dios tiene un propósito y procura alcanzar Su meta, El nos pide que tengamos dos clases de andar por el Espíritu: un andar que edifica una vida diaria adecuada y un andar que esté alineado con las normas y los principios divinos para alcanzar la meta establecida por Dios.

Entre los cristianos de hoy, estas dos clases de andar han sido dañadas. En primer lugar, muchos cristianos no viven una vida cristiana apropiada. No tienen una vida de oración, no leen la Biblia de manera regular, y no tienen contacto con el Señor de modo consistente. En vez de andar por el Espíritu, ellos andan conforme a su propia moralidad o ética. Tal vez ellos no roben ni mientan; sin embargo, aunque son buenos, honestos y fieles, no andan por el Espíritu. Más bien, andan conforme a sus propias normas. Esto quiere decir que en la verdadera práctica, ellos andan por la carne y por el ego. Es posible que tengan éxito en apartarse de hacer lo malo, pero no les importa el Espíritu. A ellos les importa su propio gusto, selección, preferencia y deseo.

A fin de que vivamos una vida adecuada como hijos de Dios, necesitamos el primer tipo de andar por el Espíritu. Esto significa que no debemos andar por ninguna otra cosa que no sea el Espíritu.

INVOCAR EL NOMBRE DEL SEÑOR

Si hemos de tener el primer tipo de andar por el Espíritu, necesitamos orar e invocar el nombre del Señor. En 1 Tesalonicenses 5:17 Pablo nos manda que oremos sin cesar. Me he dado cuenta de que es imposible orar sin cesar si tratamos de orar de manera formal, pidiéndole ayuda al Señor. Quizá hagamos esta clase de oración por mucho tiempo, pero no podremos hacerlo sin cesar. Sin embargo, podemos orar sin cesar simplemente por medio de invocar así: “Señor Jesús, oh Señor Jesús”. Aunque soy una persona de edad avanzada y he estado en el Señor por muchos años, todavía estoy aprendiendo a invocar continuamente el nombre del Señor. Por experiencia he descubierto que es muy fácil olvidar esto. Al despertarme por la mañana es posible que comience a invocar el nombre del Señor, pero unos cuantos minutos después quizás me distraiga con algún pensamiento y deje de invocar. De repente me doy cuenta dónde estoy y vuelvo a invocar así: “oh, Señor Jesús”.

La oración es respiración espiritual. Como todos sabemos, necesitamos respirar a fin de seguir viviendo. Donde quiera que estemos podemos respirar espiritualmente por medio de invocar el nombre del Señor. Durante todo el día, sin importar lo que estemos haciendo, podemos tener contacto con el Señor por medio de respirar Su nombre. Mientras pasamos por nuestra rutina matutina, podemos invocar el nombre del Señor. Tal vez nos demos cuenta de que mientras nos encargamos de nuestros asuntos prácticos, tenemos treinta minutos para invocar el nombre del Señor Jesús. Si ponemos esto en práctica, estableceremos el hábito de invocar el nombre del Señor. Esto es parte del primer andar, el andar en el cual tenemos una vida diaria apropiada guiada por el Espíritu.

Si no tenemos el primer tipo de andar por el Espíritu, no estamos calificados para tener el segundo. Debido a que muchos cristianos no tienen una vida diaria apropiada llevada a cabo por medio del Espíritu, no están equipados para tener un andar para el cumplimiento del propósito de Dios. Para tener este segundo tipo de andar, debemos poner en práctica el vivir como un espíritu con el Señor. No debemos ser desobligados, descuidados o flojos. Debemos vivir una vida diaria apropiada por medio de andar en unidad con el Señor. Debemos orar, leer la Palabra, tener contacto con el Señor y conducirnos adecuadamente en nuestras relaciones con otros. Todos necesitamos tener este primer tipo de andar por el Espíritu.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top