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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
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ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE VEINTISEIS

AMBOS RECONCILIADOS CON DIOS EN UN SOLO CUERPO, Y CONCIUDADANOS DE LOS SANTOS Y MIEMBROS DE LA FAMILIA DE DIOS

En este mensaje llegamos a 2:16-19, donde vemos que los judíos y los gentiles fueron reconciliados con Dios en un solo Cuerpo, y que ahora nosotros los creyentes somos conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.

I. AMBOS NECESITABAN
SER RECONCILIADOS CON DIOS

Efesios 2:16 dice: “Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, habiendo dado muerte en ella a la enemistad”. La palabra “ambos” se refiere a los judíos y a los gentiles. Tanto los gentiles, que no eran circuncidados, como los judíos, que eran circuncidados, necesitaban ser reconciliados con Dios mediante la redención, la cual Cristo realizó en Su cruz.

II. EN UN SOLO CUERPO

El versículo 16 dice que los judíos y los gentiles fueron reconciliados en un solo Cuerpo. Este único Cuerpo, la iglesia (1:22-23), es el nuevo hombre que se menciona en el versículo anterior. En un solo Cuerpo los judíos y los gentiles fueron reconciliados con Dios mediante la cruz. Nosotros los creyentes, ya seamos judíos o gentiles, fuimos reconciliados no sólo para el Cuerpo de Cristo, sino también en el Cuerpo de Cristo. ¡Qué gran revelación tenemos aquí! Fuimos reconciliados con Dios y fuimos salvos en el Cuerpo de Cristo.

Por lo general consideramos que la reconciliación es algo que experimentamos individualmente; no es común pensar en una reconciliación corporativa. Sin embargo, la reconciliación adecuada y genuina se efectúa en el Cuerpo. El Cuerpo es el instrumento o medio por el cual fuimos reconciliados con Dios. Según Colosenses 3:15 incluso fuimos llamados en el Cuerpo.

El concepto de lo corporativo impregna todo el Nuevo Testamento. Según nuestro concepto, sin embargo, nosotros fuimos reconciliados con Dios como individuos. Pero a los ojos de Dios, fuimos llamados y reconciliados con El en el Cuerpo. El éxodo de Egipto que experimentaron los hijos de Israel muestra un cuadro claro de esto. En Egipto, los hijos de Israel en cierto sentido estaban alejados de Dios. Después de ser sacados de Egipto y de pasar juntos por el mar Rojo, fueron reconciliados con Dios en el monte Sinaí, pero no como individuos, sino como una congregación. Eso fue una representación de nuestra reconciliación con Dios en un solo Cuerpo. Es importante que éste sea nuestro concepto. No pensemos que fuimos salvos de manera individual; fuimos salvos todos juntos y fuimos reconciliados con Dios en un solo Cuerpo.

III. CON DIOS

Originalmente estábamos sin Dios, alejados de El. Pero mediante la cruz y con la sangre de Cristo, fuimos traídos de nuevo a Dios en el único Cuerpo. Siempre y cuando estemos en el Cuerpo, somos uno con Dios; de lo contrario, si estamos fuera del Cuerpo, estamos separados de El.

IV. MEDIANTE LA CRUZ

Nuestra reconciliación con Dios en un solo Cuerpo fue efectuada mediante la cruz. Por un lado, la cruz de Cristo dio muerte a la enemistad provocada por las ordenanzas, las cuales fueron instituidas a causa de la carne; por otro, nos redimió a nosotros con la sangre de Cristo que se derramó sobre ella. Fue mediante la cruz que los judíos y los gentiles fueron reconciliados con Dios en un solo Cuerpo.

V. LA PREDICACION DEL EVANGELIO DE LA PAZ

El versículo 17 dice: “Y vino y anunció la paz como evangelio a vosotros que estabais lejos y también paz a los que estaban cerca”. Esto se refiere a que Cristo vino como Espíritu para predicar la paz como evangelio, la cual El hizo mediante Su cruz. Los que estaban lejos eran los gentiles, quienes eran incircuncisos y estaban separados debido a su carne; los que estaban cerca eran los judíos, quienes eran circuncisos y fueron hechos cercanos gracias a la elección de Dios.

El mismo Cristo que murió en la cruz para abolir las ordenanzas a fin de crear el nuevo hombre, y que derramó Su sangre para reconciliarnos con Dios, vino a nosotros como Espíritu para predicar el evangelio de la paz. Esto significa que Cristo vino en calidad de Espíritu vivificante, incluso como el Espíritu que predica. Tanto los que estaban lejos como los que estaban cerca necesitaban oír estas buenas nuevas de paz.


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