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Estudio-vida de 2 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2362-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 39 de 59 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE 2 CORINTIOS

MENSAJE TREINTA Y NUEVE

LOS MINISTROS DEL NUEVO PACTO

(8)

Lectura bíblica: 2 Co. 6:1-13

LO QUE SOMOS Y LO QUE HACEMOS

En 2:12—3:11 Pablo habla del ministerio del nuevo pacto, y en 3:12—7:16, de los ministros del nuevo pacto. La sección de esta epístola que trata de los ministros del nuevo pacto es mucho más extensa que la sección que habla del ministerio del nuevo pacto. Esto se debe a que a Dios le interesan mucho más los ministros que el ministerio. En otras palabras, Dios se interesa más por lo que somos que por lo que hacemos, lo cual significa que lo que somos es mucho más importante para Él que lo que hacemos.

En la actualidad, tanto en el mundo cristiano como en el mundo secular, se le da más atención a lo que las personas hacen que a lo que son. Los cristianos centran su atención principalmente en la obra o ministerio, y pasan por alto el ser de la persona que lleva a cabo la obra. Prestan atención a la obra y al ministerio mucho más que al obrero o ministro. Pero según la Biblia, Dios le da más atención a lo que una persona es que a lo que ésta hace, o pueda hacer. A Él le interesa la clase de persona que nosotros somos y la clase de vida que llevamos. Por tanto, en 2 Corintios, Pablo presenta primeramente el ministerio del Nuevo Testamento. Luego, muestra que este ministerio excelente y maravilloso necesita ministros excelentes que lleven una vida excelente.

El hecho de que a Dios le interesa más lo que somos que lo que hacemos debe quedar grabado profundamente en nosotros. Lo que hacemos debe ser medido por lo que somos. Además, nuestro ser debe corresponder con nuestra obra, es decir, lo que somos debe corresponder con lo que hacemos. Nuestro ser debe corresponder con nuestras acciones. Por tanto, nuestro ser y nuestro hacer van juntos. Si nos interesamos únicamente por lo que hacemos y no por ser la clase de persona adecuada, lo que hagamos no tendrá mucho peso. Nuestro hacer tendrá peso únicamente cuando vaya complementado con lo que somos en nuestro ser.

LABORAR POR MEDIO
DE UNA VIDA QUE SE ACOMODA A TODO

En 6:1 Pablo dice: “Nosotros, pues, como colaboradores Suyos, os rogamos también que no recibáis en vano la gracia de Dios”. La palabra “pues” indica una continuación. En la última parte del capítulo cinco (vs. 16-21) el apóstol nos dijo que a ellos, los ministros del nuevo pacto, se les había encomendado el ministerio de la reconciliación para la nueva creación del Señor. A partir de este versículo y hasta el final del capítulo siete, él nos dice cómo ellos laboraban. Ellos laboraban con Dios por medio de una vida (no por medio de algún don), la cual es todo suficiente y madura, capaz de adaptarse a todas las situaciones, es decir, capaz de resistir cualquier tipo de trato, de aceptar cualquier clase de entorno, de obrar bajo cualquier clase de condiciones y de aprovechar cualquier oportunidad, con el fin de llevar a cabo su ministerio.

Al leer esto, algunos dirían: “Éstas son excelentes palabras para los colaboradores y los ministros, pero no se aplican a mí. Yo soy laico, no ministro”. Pero en el recobro del Señor no hay laicos. Todos somos ministros, colaboradores e incluso tenemos el potencial y la capacidad de ser apóstoles. En otra parte, hicimos notar que los apóstoles son ejemplos y modelos de lo que deben ser todos los creyentes. En Efesios 3, Pablo declara que él es menos que el más pequeño de todos los santos. Además, el nombre Pablo significa “pequeño”. Si Pablo, que se consideraba menos que el más pequeño de todos los santos, pudo ser ministro y apóstol, ¿qué de usted? Todos tenemos la capacidad de ser ministros del nuevo pacto. En cuanto a esto, no debemos poner énfasis en lo que podemos hacer, sino en lo que somos. Nuestra capacidad no está ligada principalmente con lo que hacemos, sino con lo que somos.

Yo diría que en 6:1—7:16 podemos ver que los apóstoles laboran juntamente con Dios por medio de una vida que se adapta a todo. Este pasaje de 2 Corintios no indica que ellos laboran junto con Dios por medio de un poder todo suficiente o por un don maravilloso. Los cristianos de hoy, sin embargo, prestan su atención principalmente en el poder y en los dones. Algunos tal vez pregunten: “¿Tienen ustedes poder? ¿Acaso no sabe que el doctor fulano de tal es un predicador poderoso? ¿Qué dones tienen ustedes? Oh, el doctor fulano de tal tiene muchos dones”. Con todo, entre los cristianos de hoy se habla muy poco de la vida o del vivir. Hay algunos que no tienen un poder genuino, pero aún así dan la impresión de ser poderosos. Por ejemplo, es posible que de una manera presuntuosa oren: “¡En el poderoso nombre de Jesús, ato a todos los demonios!” Pero es muy interesante que en 2 Corintios Pablo no habla de esa manera. De hecho, él habla muy poco de los dones o del poder. Según se emplea en 2 Corintios, el don no se refiere a los dones milagrosos, y el poder no tiene la connotación que le atribuyen los cristianos de hoy. Si uno lee detenidamente todo el libro de 2 Corintios, se dará cuenta de que Pablo se centra en la vida. Por tanto, en 6:1—7:16, vemos que él laboraba junto con Dios por medio de una vida que se adapta a todo.

El hecho de que uno sea ministro del Nuevo Testamento no depende de los dones ni del poder; antes bien, depende de que lleve una vida que es capaz de acomodarse a toda clase de situaciones. Obviamente en 6:1-13 no se usa la expresión “que se acomoda a todo”. Pero si examinamos el contenido de estos versículos, veremos que ellos describen una vida que ciertamente se adapta a todo. Como veremos en otro mensaje, aquí Pablo menciona dieciocho requisitos que ellos llenan, tres grupos de cosas y siete clases de personas. Pablo, por ende, había cumplido con los requisitos necesarios para ser ministro del nuevo pacto en todas estas maneras.

En 6:1-13, Pablo no enumera entre estos requisitos, tales cosas como la filosofía y la psicología. Si queremos ser ministros idóneos del nuevo pacto, debemos tener las dieciocho cualidades mencionadas por Pablo, y los tres grupos de cosas, y debemos poseer las cualidades de las siete clases de personas. Sólo así podremos llenar todos los requisitos para ser colaboradores de Dios con miras a Su ministerio neotestamentario.

En 6:1 Pablo no dice que los apóstoles son colaboradores unos de otros. Al contrario, él declara que son colaboradores de Dios. Los apóstoles no sólo habían sido comisionados por Dios en su ministerio, sino que también laboraban junto con Él. Ellos eran colaboradores de Dios (1 Co. 3:9). Pablo y sus colaboradores trabajaban junto con Dios.


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