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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 38 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE TREINTA Y OCHO

SE REVELAN LOS MISTERIOS DEL REINO

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En este mensaje continuaremos describiendo la apariencia externa del reino de los cielos. Según revela la parábola de la cizaña, los constituyentes del reino son los hijos del reino, quienes tienen la vida divina en ellos. No obstante, la cizaña, los hijos del diablo, se ha infiltrado. Debido a la presencia de estos falsos constituyentes mezclados con los verdaderos, el reino ha llegado a tener una apariencia externa, que es el cristianismo. Al principio, el reino de Dios era puro pero con el tiempo se convirtió en el cristianismo, constituido por cristianos falsos así como los verdaderos. Por lo general, cuando la gente habla del cristianismo, se refiere a la cristiandad. El reino de los cielos es más reducido que la cristiandad y parece estar dentro de ella. El reino sí existe y está compuesto de constituyentes genuinos que son los hijos del reino, los hijos de Dios, mientras que la cizaña sembrada por Satanás ha producido una mezcla entre los llamados cristianos, dando por resultado la apariencia externa del reino de los cielos, la cual es la cristiandad.

III. EL DESARROLLO ANORMAL DE LA
APARIENCIA EXTERNA DEL REINO

El Señor dio una secuencia maravillosa a las parábolas de Mateo 13. Primeramente tenemos la parábola del sembrador, quien siembra la semilla con el fin de producir los constituyentes del reino de los cielos. Luego se presenta la parábola de la cizaña que fue sembrada por el enemigo, es decir, los creyentes falsos que se infiltraron entre los constituyentes genuinos, dando por resultado que el reino de los cielos se convirtiera en la cristiandad. Después de la parábola de la cizaña se encuentra la parábola de la semilla de mostaza (13:31-32).

A. El reino de los cielos es semejante
a un grano de mostaza

El versículo 31 dice: “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza”. El fruto del trigo mencionado en las primeras dos parábolas y el fruto del grano de la mostaza que se presenta en la tercera parábola, son comestibles, lo cual indica que las personas del reino, o sea, los constituyentes del reino y de la iglesia, deben ser como un sembrado que produce alimento para la satisfacción de Dios y del hombre. Se puede comer tanto el trigo como la mostaza; de hecho, es muy saludable y nutritivo comer pan de trigo con mostaza. Sin embargo, tanto en la segunda parábola como en la tercera vemos la intención del maligno, la sutileza de Satanás. El maligno vino y sembró cizaña entre el trigo. Todo agricultor sabe que la cizaña impide grandemente el crecimiento del trigo debido a que disminuye la fertilidad de la tierra, de la cual depende el trigo para nutrirse y crecer. Debido a que la cizaña ha usurpado y disminuido la fertilidad del terreno, el trigo no puede crecer apropiadamente. Podemos aplicar esto a nuestra situación actual. Muchos falsos cristianos han frustrado el crecimiento de los creyentes genuinos. Donde hay muchos cristianos falsos es difícil que los verdaderos creyentes crezcan en vida. Esta es la sutileza del enemigo. Como veremos más adelante, el enemigo hace que la semilla de mostaza se convirtiera en un enorme árbol, el cual ya no sirve de alimento; en esto vemos la sutileza del enemigo con respecto a la semilla de mostaza.

B. El Rey celestial siembra una semilla
de mostaza en Su campo

Por un lado, lo que el Señor sembró fue el grano de trigo. Pero por otro, fue una semilla de mostaza. Tanto el grano de trigo como el de mostaza representan los diferentes aspectos de Cristo como nuestro alimento. Para darnos el alimento adecuado El es el trigo y la mostaza.

C. La semilla de mostaza crece anormalmente
hasta superar el tamaño de las hortalizas
y se convierte en un árbol

El versículo 32 dice que después de que la semilla de mostaza ha crecido, “es la más grande de las hortalizas, y se hace árbol”. La iglesia, que es la corporificación del reino en la tierra, debe ser como una hierba que produce alimento. Sin embargo, su naturaleza y su función fueron cambiadas, de modo que se hizo un “árbol”, un nido de aves. (Esto es contrario a la ley de la creación de Dios, es decir, que toda planta debe dar fruto según su género (Gn. 1:11-12). Este cambio sucedió en la primera parte del siglo cuarto cuando Constantino el Grande unió a la iglesia con el mundo. El introdujo en el cristianismo a miles de creyentes falsos, convirtiéndolo en el sistema de la cristiandad, y haciendo que dejara de ser la iglesia. Por lo tanto, esta tercera parábola corresponde a la tercera iglesia de las siete mencionadas en Apocalipsis 2 y 3, la iglesia en Pérgamo (Ap. 2:12-17). La mostaza es una hortaliza anual, mientras que el árbol es una planta perenne. La iglesia, según su naturaleza celestial y espiritual, debe ser como la mostaza, debe ser peregrina en la tierra. Pero cambiada su naturaleza, la iglesia se estableció y se arraigó profundamente como un árbol en la tierra, y floreció echando las ramas de sus proyectos y operaciones, donde se alojan muchas personas y cosas malignas. Como resultado de esto se formó la organización exterior de la apariencia del reino de los cielos.

El hecho de que una semilla de mostaza se convierta en árbol viola al principio que Dios dispuso en Su obra creadora con respecto a los diferentes géneros de plantas, a saber: que toda planta debe dar fruto según su género. Génesis 1 se refiere a este principio donde dice que cada clase de vida sería según su género. Por ejemplo, el durazno crece según su género, su especie, y el manzano, según el suyo. Este principio es válido no sólo para el reino vegetal, sino también para el reino animal y aun para el género humano. Cada clase de vida debe desarrollarse según su especie. Una vaca debe desarrollarse como lo que es, una vaca, de la misma manera un asno, debe ser asno y un caballo debe ser caballo. La mula es un ejemplo de un animal que no es conforme a su clase, pues una mula no es ni caballo ni asno sino una mezcla híbrida entre el caballo y el asno. Si cierta clase de vida vegetal o animal no es según su género, es anormal y está en contra del principio ordenado por Dios en Su obra de creación. Para guardar este principio, la planta de mostaza debería ser conforme al género de la mostaza, y un árbol, conforme al género de los árboles. Es anormal que la mostaza quebrante el principio y se convierta en árbol. Al crecer como árbol, la hierba de mostaza traspasa este principio. Tal crecimiento es anormal y constituye una violación a la regla establecida por Dios. Supongamos que la vida humana se desarrolle sin regulaciones y algunos chinos se conviertan en bueyes, algunos japoneses, en caballos y algunos americanos en elefantes. ¡Qué grotesco sería esto! Gracias a Dios que cuando El realizó la creación estableció un principio gobernante para cada tipo de vida. No obstante, cuando el Señor sembró la semilla de la hierba de mostaza, esta hierba creció hasta convertirse en árbol. ¡Qué anormal es tal crecimiento!

Cuando era joven leí algunos libros que decían que este gran árbol era algo positivo. Sin embargo, este árbol, por muy grande que sea, no es nada positivo. Supongamos que un hombre crezca hasta convertirse en un elefante. ¿Sería esto positivo o negativo? A todos nos sorprendería tal desarrollo tan anormal. El cristianismo de hoy es enorme y satánicamente anormal. No es sólo un árbol sino un gran árbol. Por medio de esto vemos que no sólo ha cambiado la naturaleza de los constituyentes del reino, sino que también el tamaño del reino ha venido a ser anormal. Para que una hierba sea buena para comer, no debe crecer tanto. Si una hierba ha de servir de alimento, no debe ser demasiado grande. Cuando una hierba crece de manera anormal, pierde su suavidad y deja de ser deliciosa y buena para comer. Dios, en Su economía, quiere que Sus hijos sean como el trigo o la mostaza, cuanto más pequeños y tiernos, mejor. Además, debemos ser plantas anuales como el trigo y la mostaza, que no duran más de un año. Los constituyentes de la iglesia deben ser anuales, y no perennes. No debemos echar raíces tan profundas en la tierra ni permanecer allí por largos períodos de tiempo, porque el Señor quiere que seamos peregrinos sobre la tierra. Mientras seamos plantas de período anual, como el trigo y hierbas finas, produciremos la mejor calidad de alimento: grano para hacer pan, y mostaza para este pan. Esto proporcionará a los demás excelente comida para su nutrimiento y satisfacción. Sin embargo, el enemigo ha hecho de la mostaza un árbol perenne que no produce alimento.


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