Información del libro

Estudio-vida de Colosensespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0342-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 30 de 65 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE COLOSENSES

MENSAJE TREINTA

LA VIDA QUE LLEVAN LOS SANTOS
EN UNIÓN CON CRISTO:
EXPRESAN A CRISTO EN LA VIDA HUMANA,
ORAN CON PERSEVERANCIA
Y ANDAN SABIAMENTE

Lectura bíblica: Col. 3:18—4:6

En este mensaje examinaremos el pasaje 3:18—4:6. Este pasaje de Colosenses contiene asuntos cruciales para nuestra vida cristiana. No debemos separar esta sección de los capítulos y versículos precedentes. En lugar de ello, necesitamos ver que dicha sección es una continuación de todo lo que Pablo ha abarcado hasta ahora. Hemos mencionado en repetidas ocasiones que Colosenses revela quién es Cristo y qué es Cristo. Finalmente, en los versículos 3:10 y 11, vemos que Cristo es el nuevo hombre. Ya que Cristo es el nuevo hombre, nosotros y Cristo somos uno. Éste es el concepto básico y el más crucial de este libro.

En los capítulos uno y dos, Pablo abarca muchos aspectos de Cristo. Cristo es la porción de los santos, la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda creación, el Primogénito de entre los muertos, Aquel en quien habita toda la plenitud del Dios Triuno; Él es el misterio de la economía de Dios, el misterio de Dios, nuestra esperanza de gloria y Aquel en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. En el capítulo dos, Pablo sigue adelante y declara que Cristo es la realidad de todas las sombras. Puesto que Cristo es el todo y en todos en el nuevo hombre, del cual formamos parte, Cristo finalmente llega a ser nosotros. Nosotros y Cristo somos uno. La meta final de Dios en Su economía consiste en obtener este nuevo hombre, el cual está constituido del Cristo preeminente y todo-inclusivo quien se ha forjado dentro de un pueblo corporativo. Es necesario que todos tengamos esta elevada visión de la economía de Dios. Esta visión revela que nosotros y Cristo somos uno, ya que ambos tenemos una sola vida y un solo vivir.

La intención de Pablo al escribir el libro de Colosenses era impresionar a todos los creyentes con el hecho de que Cristo lo es todo. Los creyentes judíos debían olvidarse de sus ordenanzas y observancias, y los creyentes gentiles debían desechar sus conceptos filosóficos. No fuimos regenerados para guardar estas ordenanzas y observancias. Fuimos regenerados por causa de Cristo. Ahora necesitamos ser llenos, saturados e impregnados de Cristo hasta que Él llegue a ser nosotros.

Hemos dicho que en la economía de Dios existen una sola persona, Cristo, y un solo camino, el cual es la cruz. Es por medio de esta persona única y este único camino que Dios obtendrá el nuevo hombre. El nuevo hombre es Cristo forjado en nosotros. Por una parte, el nuevo hombre es Cristo; por otra, nosotros, los creyentes, somos el nuevo hombre. Por esta razón, en este nuevo hombre, Cristo y nosotros somos uno.

Como aquellos que forman parte del nuevo hombre, nosotros debemos permitir que la paz de Cristo sea el árbitro en nosotros, y dejar que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros. Si hacemos esto, espontáneamente expresaremos a Cristo en nuestra vida cotidiana. Esto significa que viviremos a Cristo, debido a que somos uno con Él, tenemos Su paz y tenemos Su palabra. Por tanto, llegamos a ser la expresión de Cristo de una manera práctica.

I. EXPRESAR A CRISTO EN LA VIDA HUMANA

Dios desea que Cristo sea expresado por medio de la vida humana. Esto lo vemos en 3:18—4:1, un pasaje paralelo a Efesios 5:22—6:9, donde se describe la manera ética en que los creyentes se relacionan con los demás. En Efesios se pone énfasis en la necesidad de ser llenos en el espíritu para relacionarnos con los demás de una manera ética, a fin de que el Cuerpo sea expresado en la vida normal de la iglesia. En Colosenses se pone énfasis en el hecho de que debemos asirnos de Cristo, nuestra Cabeza, y tomarlo a Él como nuestra vida al dejar que Su palabra more ricamente en nosotros; esto con el fin de que expresemos a Cristo al relacionarnos con otros en el nivel ético más alto, no como resultado de valernos de nuestra vida natural sino de tomar a Cristo como nuestra vida.

Si vivimos en unión con Cristo, Cristo se expresará a través de nuestra humanidad. Cristo ha de ser expresado en la vida humana, no en la vida angelical. Los ángeles no pueden expresar a Cristo. El Padre ha dispuesto que nosotros, Sus escogidos, seamos la expresión de Su Hijo. Nuestra oración debe ser: “Vive en mí, Señor, Tu vida” (véase Himnos, #177).

Si queremos que Cristo viva por medio de nosotros, los dos primeros capítulos y medio del libro de Colosenses deben formar parte de nuestra experiencia cristiana. Después, al llegar a 3:15 y 16, vemos que debemos ser personas en las cuales la paz de Cristo es el árbitro y en las cuales la palabra de Cristo mora ricamente. Entonces Cristo se expresará en nuestro vivir humano.

Muchos de los que están en el hinduismo, el budismo y el catolicismo valoran muy poco la vida humana. Como resultado, ellos no se preocupan por el matrimonio ni por la vida familiar apropiada; antes bien, prefieren permanecer solteros y aspiran a llevar una vida angelical. Sin embargo, la vida angelical no puede expresar a Cristo. Cristo, por otro lado, necesita ser expresado en aquellos que son esposos, esposas, padres, hijos, amos y esclavos. Si queremos expresar a Cristo, debemos llevar una vida humana que sea normal y apropiada.

Por ser una persona avanzada en edad con ocho hijos y más de veinte nietos, yo puedo testificar que el Señor sabe escoger el mejor esposo o esposa para nosotros y la clase de hijos que debemos tener. Él sabe también cómo quebrantarnos y hacernos transparentes a fin de que expresemos a Cristo. Por medio de nuestra vida familiar, el Señor nos enseña muchas lecciones valiosas. Yo creo que los ángeles nos están observando para ver si vivimos o no a Cristo en nuestra vida familiar. No es tan difícil vivir a Cristo en la iglesia como vivirlo en nuestra casa. Pero, ¡qué maravilloso es cuando un hermano o hermana expresa a Cristo en su vida matrimonial! Ningún hermano o hermana que esté en el recobro del Señor debe aspirar a vivir como un monje o una monja. En el debido tiempo, los hermanos y hermanas deben casarse y luego aprender a expresar a Cristo en su vivir humano en las experiencias de su vida matrimonial.

El vivir de los santos en unión con Cristo debe traer como resultado la expresión de Cristo en la vida humana. Si vemos esto, alabaremos al Señor por nuestro vivir humano. Además, tendremos un nuevo aprecio por la vida matrimonial. Yo puedo testificar que estoy agradecido por mi esposa, hijos y nietos. Estoy agradecido por todas las lecciones que el Señor me ha enseñado a través de ellos. Cuanto más sigo avanzando en edad, más aprecio las lecciones que he aprendido en el transcurso de mi vida humana. En las relaciones entre esposa y esposo y entre hijos y padres, debemos vivir a Cristo y expresarle a Él.

El mismo principio se aplica a la relación entre amos y siervos. En los versículos del 22 al 25 Pablo exhorta a los esclavos. En el versículo 24, él dice: “Sabiendo que ... recibiréis la herencia por recompensa”. Este aspecto no está tan claro en Efesios 6:8 como lo está aquí. Hay una herencia reservada para los creyentes (Ro. 8:17; Hch. 26:18; 1 P. 1:4). La expresión “la herencia por recompensa” indica que el Señor usa la herencia que Él dará a Sus creyentes como un incentivo para que ellos sean fieles en el servicio que le rinden. Los que sean infieles indudablemente perderán esta recompensa (Mt. 24:45-51; 25:20-29).


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