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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 173 de 185 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO SETENTA Y TRES

EL QUEBRANTAMIENTO DE LA LEY

Lectura bíblica: Ex. 31:18-32:8, 15-20

Creo que todos conocemos la historia del quebrantamiento de la ley en Exodo. En este mensaje, investigaremos los principios implicados en esta historia. En el pasado hemos señalado que se necesita tocar el espíritu del autor, tal como es expresado en sus escritos, en nuestro estudio de la Biblia. Ahora quiero añadir que también es importante descubrir los principios implicados en cualquier porción de la Palabra. Exodo relata muchos principios fundamentales acerca del becerro de oro. En este mensaje, nos preocuparemos principalmente por ver los principios relacionados con el culto al becerro de oro.

La manera de gracia preparada antes del quebrantamiento de la ley de Dios llamó a Moisés a Su monte para darle las tablas de la ley después de promulgarla y antes de su quebrantamiento (24-:12). El Señor llamó por primera vez a Moisés al monte Sinaí en Exodo 19:20. En aquel tiempo el Señor dio a Moisés la ley de los diez mandamientos con todas las ordenanzas derivadas. Luego en Exodo 24:12, El Señor pidió a Moisés que volviera al monte. El Señor deseaba entregarle las tablas de la ley. La ley había sido promulgada, pero Moisés todavía no recibía las tablas de los diez mandamientos. Las tablas de la ley le fueron dadas en 31:18. “Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con El en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios”.

Tanto Exodo 24:12, como 31:18, se refieren a las tablas de la ley que fueron dadas a Moisés, pero siete capítulos separan estos versículos. Esto indica que el Señor, después de llamar al Moisés al monte para darle las tablas de la ley, empezó a hablarle de otras cosas. En los capítulos veinticinco a treinta y uno, el Señor reveló a Moisés el diseño del tabernáculo y su mobiliario, y El le habló acerca de asuntos relacionados con el sacerdocio. Hemos visto que el tabernáculo y el sacerdocio representan a Cristo. El tabernáculo y su mobiliario representan a Cristo, y el sacerdocio con sus vestiduras, y los alimentos sacerdotales también son tipologías detalladas de Cristo. Si deseamos conocer a Cristo, debemos estudiar los capítulos veinticinco a treinta y uno de Exodo. Cuando Dios llamó a Moisés al monte, El deseaba darle a Moisés las tablas de la ley, pero antes de darle estas tablas, Dios primero le reveló el diseño del tabernáculo e le dio instrucciones acerca del sacerdocio. Entonces el Señor dio las tablas a Moisés.

El hecho de que Dios mostró a Moisés el tabernáculo y su mobiliario así como el sacerdocio, antes de darles las tablas de la ley, indica que Dios sabía que el hombre no iba a guardar la ley que El iba a promulgar. Esto indica también que Dios había preparado la manera de gracia para que el hombre tomara contacto con El y lo disfrutara. La manera de gracia es Cristo tipificado por el tabernáculo y el sacerdocio. Dios preparó a Cristo como la manera de gracia para que el hombre tomara contacto con Dios y lo disfrutara. Dios sabía que el hombre no podía guardar la ley que El iba a promulgar; por tanto, El preparó esta manera de gracia. Cristo es nuestro tabernáculo, las ofrendas, y todos los aspectos del sacerdocio. Los escritos de Juan revelan que Cristo es el cumplimiento del tabernáculo y de las ofrendas.

Después de mostrarle a Moisés el tabernáculo y el sacerdocio, Dios le dio las dos tablas de la ley. Dios pudo hacerlo tranquilamente, sabiendo que la ley sería quebrantada. Eso no perturbó a Dios porque antes del quebrantamiento de la ley, El ya había preparado la manera de gracia para que el hombre fuese capaz de tomar contacto con Dios y de disfrutarlo. Por consiguiente, Dios no confiaba en la ley; depositaba Su confianza en Cristo, quien era la manera preparada de gracia. Dios promulgó la ley, pero El no tenía ninguna confianza en ella. Dios confiaba y sigue confiando absolutamente en Su Cristo como el tabernáculo y el sacerdocio.

Creo que Moisés estaba contento de tener las tablas de la ley y él puso su confianza en ellas. Al descender del monte, él quizás pensaba: “¿ Oh tengo las dos tablas de piedra en mis manos? En estas tablas se encuentran palabras escritas por el dedo de Dios”. Sin duda, Moisés atesoró estas tablas que contenían la ley grabada en piedra por Dios mismo.

Moisés quedó en el monte con Dios durante cuarenta días. En la Biblia cuarenta es el número de la prueba. Por ejemplo, el Señor Jesús ayunó en el desierto durante cuarenta días. Probablemente hicieron el becerro de oro después de que Moisés haya pasado treinta y seis días en el monte, y eso debe de haber ocurrido en los dos o tres últimos días de la estancia de Moisés en el monte, porque se desesperaron y no pudieron esperar su regreso. Algunos de ellos habrán dicho: “El hombre que respetamos, que nos sacó de Egipto y nos llevó a este lugar se ha ido por más de cinco semanas. El subió al monte, y no sabemos lo que le habrá sucedido. Ya no podemos esperar más”. Quizá el pueblo haya hecho el becerro de oro al pie del monte en el momento mismo en que Dios entregaba las tablas a Moisés, el mediador.


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