Información del libro

Estudio-vida de Isaíaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6375-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 27 de 54 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE ISAÍAS

MENSAJE VEINTISIETE

CRISTO COMO EL SIERVO DE JEHOVÁ

(6)

LA REDENCIÓN DINÁMICA QUE CRISTO EFECTÚA
MEDIANTE SU MUERTE VICARIA
Y SU RESURRECCIÓN REPRODUCTORA
EN RELACIÓN CON EL HECHO
DE QUE ÉL SEA EL PACTO
PARA LA SEGURIDAD DE ISRAEL

Lectura bíblica: Is. 53—54; 42:6; 49:8

Isaías 53 es un dulce capítulo que nos muestra la redención dinámica efectuada por Cristo mediante Su muerte vicaria y Su resurrección reproductora. El capítulo 54 presenta la redención efectuada por Cristo en relación con el hecho de que Él sea el pacto para la seguridad de Israel. Tanto la muerte vicaria de Cristo como Su resurrección reproductora son cruciales para la seguridad de Israel.

I. LA REDENCIÓN DINÁMICA QUE CRISTO EFECTUÓ
MEDIANTE SU MUERTE VICARIA
Y SU RESURRECCIÓN REPRODUCTORA

A. La revelación y anuncio de Cristo
como brazo de Jehová, el Redentor dinámico

Isaías 53:1 habla sobre la revelación y anuncio de Cristo como brazo de Jehová, el Redentor dinámico. “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? / ¿Y a quién se ha revelado el brazo de Jehová?”. Aquí la palabra brazo significa el poder dinámico de Cristo en Su divinidad.

B. Su humilde nacimiento
y Sus sufrimientos en Su humanidad

Los versículos 2 y 3 proceden a hablarnos con respecto al humilde nacimiento de Cristo y Sus sufrimientos en Su humanidad.

1. Crece como planta tierna
delante de Jehová

El versículo 2 dice: “Porque creció como planta tierna delante de Él, / y como raíz de tierra seca. / No tiene aspecto atractivo ni majestad para que le miremos, / ni apariencia hermosa para que le deseemos”. En la Biblia, las plantas con frecuencia tipifican a la humanidad. Que Cristo haya crecido como planta tierna delante de Jehová significa que Cristo creció delante de Él en Su humanidad. En Su divinidad, Cristo siempre fue perfecto y completo, por lo cual no había necesidad de que Él creciera en Su divinidad. Su crecimiento tuvo lugar en Su humanidad. Primero, Él era un niño, después creció hasta llegar a ser un muchacho, y luego, un hombre. Después que llegó a ser perfecto y completo en Su humanidad, a los treinta años de edad Él salió a ministrar en representación de Dios.

Cristo no solamente creció como planta tierna, sino también como raíz de tierra seca. Las palabras tierra seca denotan un entorno difícil. Para el Señor Jesús, esta tierra seca incluía el hogar pobre de José y María, la ciudad menospreciada de Nazaret y la región menospreciada de Galilea. Como raíz de tierra seca, Cristo creció en medio de circunstancias difíciles.

El versículo 2 también dice que Cristo, en Su humanidad, no tenía aspecto atractivo ni majestad; Él no tenía una apariencia hermosa.

2. Es despreciado y desechado de los hombres,
varón de dolores
y experimentado en aflicción

“Fue despreciado y desechado de los hombres, / varón de dolores y experimentado en aflicción; / y como uno de quien los hombres esconden el rostro, / fue despreciado; y no lo estimamos” (v. 3). La palabra hebrea traducida dolores en los versículos 3 y 4 literalmente significa malestar, ya sea físico o mental. Según el comentario bíblico de Keil y Delitzsch, Cristo era un “hombre cuya principal característica distintiva era llevar una vida de soportar incesante dolor”. Él, como varón de dolores, era una persona despreciada por los demás.

C. Su muerte vicaria

La muerte de Cristo fue una muerte vicaria (vs. 4-10a, 12b). Esto quiere decir que Él no murió por Sí mismo, sino por nosotros. Él murió en nuestro lugar. La muerte de Cristo no fue la muerte de un mártir; Dios hizo morir a Cristo en beneficio nuestro (v. 4b). Por tanto, Su muerte fue una muerte vicaria.

1. Lleva nuestras enfermedades
y carga con nuestros dolores

En Su muerte vicaria, Cristo llevó nuestras enfermedades y cargó con nuestros dolores. “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, / y cargó con nuestros dolores; / pero nosotros le tuvimos por azotado, / por herido de Dios y afligido. / Mas Él herido fue por causa de nuestras transgresiones, / molido por causa de nuestras iniquidades; / el castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, / y por Sus llagas fuimos nosotros sanados. / Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, / cada cual se apartó por su propio camino, / y Jehová hizo que la iniquidad de todos nosotros / cayera sobre Él” (vs. 4-6). Estos versículos usan las palabras enfermedades y dolores junto con las palabras transgresiones e iniquidades (esto es, pecados). Esto hace que nos preguntemos: Nuestras enfermedades y dolores, ¿hacen necesaria la redención efectuada por Cristo? Las enfermedades y los dolores son mencionados junto con las transgresiones y las iniquidades debido a que nuestras enfermedades y dolores proceden de una sola cosa: el pecado. Si nunca hubiéramos pecado, jamás nos enfermaríamos ni padeceríamos dolores. Nuestras transgresiones y pecados ciertamente hacen necesaria la redención efectuada por Cristo. Puesto que nuestras enfermedades y dolores tienen su origen en el pecado, también hacen necesaria la redención efectuada por Cristo. Isaías 53 dice claramente que Cristo llevó nuestras enfermedades y cargó con nuestros dolores en Su muerte vicaria. Por tanto, cuando estamos enfermos, es apropiado orar: “Señor, debido a que al morir por mí Tú llevaste mis enfermedades, puedo pedirte que me sanes completamente de esta enfermedad”.


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