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Estudio-vida de Levíticopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6571-0
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ESTUDIO-VIDA DE LEVÍTICO

MENSAJE VEINTICUATRO

LA LEY DE LA OFRENDA DE HARINA

Lectura bíblica: Lv. 6:14-23

La ofrenda de harina no es un alimento común para gente común. La ofrenda de harina es el alimento reservado sólo para los sacerdotes. Todos los creyentes neotestamentarios son sacerdotes. Por tanto, la ofrenda de harina es para aquellos creyentes en la vida de iglesia que son sacerdotes de Dios de hecho y en la práctica.

I. LA OFRENDA DE HARINA ES PRESENTADA
DELANTE DE JEHOVÁ ANTE EL ALTAR

Levítico 6:14 dice: “Ésta es la ley de la ofrenda de harina: los hijos de Aarón la presentarán delante de Jehová ante el altar”. Que la ofrenda de harina sea ofrecida delante de Jehová significa que la ofrenda de harina es ofrecida a Dios en Su presencia. Que la ofrenda de harina sea ofrecida ante al altar significa que la ofrenda de harina es ofrecida en relación con la redención de Cristo efectuada en la cruz, donde el altar tipifica la cruz. En el Antiguo Testamento tenemos el altar, pero en el Nuevo Testamento tenemos la cruz. Por tanto, ante el altar significa en relación con la redención que Cristo efectuó en la cruz. La ofrenda de harina es ofrecida a Dios en Su presencia, pero debe ser ofrecida en relación con la redención efectuada por Cristo en la cruz.

II. LA PORCIÓN DE LA OFRENDA DE HARINA
QUE ES DE AARÓN Y DE SUS HIJOS
SE COME EN UN LUGAR SANTO,
EN EL ATRIO DE LA TIENDA DE REUNIÓN

Levítico 6:16 dice: “Aarón y sus hijos podrán comer lo que sobre de ella. Sin levadura se comerá en un lugar santo; lo comerán en el atrio de la Tienda de Reunión”. Este versículo habla de la porción de la ofrenda de harina que era de Aarón y de sus hijos, es decir, la porción que era de los sacerdotes que desempeñaban su servicio sacerdotal.

A. Significa disfrutar a Cristo
como nuestra ofrenda de harina
(el suministro de vida para servir),
libres de pecado

Comer en un lugar santo la porción de la ofrenda de harina correspondiente a los sacerdotes significa disfrutar a Cristo como nuestra ofrenda de harina (el suministro de vida para servir), libres de pecado. Aquí la palabra santo indica que el disfrute que tenemos de la ofrenda de harina debe ser libre de pecado.

B. Significa disfrutar a Cristo
en un ámbito separado y santificado

Comer la ofrenda de harina en un lugar santo significa también que disfrutamos a Cristo en un ámbito separado y santificado. Podemos tomar a Cristo como nuestra ofrenda de harina, como nuestro suministro diario de vida, únicamente en un lugar santo. Un lugar santo es un ámbito santificado.

C. Significa disfrutar a Cristo
en la esfera de la iglesia

La porción de la ofrenda de harina que correspondía al sacerdote se comía en el atrio de la Tienda de Reunión. La Tienda de Reunión tipifica a la iglesia. Por consiguiente, comer la ofrenda de harina en el atrio de la Tienda de Reunión significa disfrutar a Cristo en la esfera de la iglesia. Fuera de la esfera de la iglesia, no hay ofrenda de harina para nosotros. La ofrenda de harina únicamente puede ser aplicada en la esfera de la vida de iglesia. Podemos disfrutar a Cristo como nuestra ofrenda de harina para nuestro servicio sacerdotal únicamente dentro del círculo de la vida de iglesia. El disfrute que tenemos de Cristo como ofrenda de harina debe ser santo, debe darse en un ámbito santificado y debe hallarse en la esfera de la vida de iglesia.

Cristo es nuestra ofrenda de harina para que sirvamos a Dios como sacerdotes. Sin embargo, en la actualidad hay muchos creyentes genuinos que son sacerdotes de Dios solamente de nombre, mas no en realidad. En su vida diaria, ellos no son sacerdotes de Dios.

Para ser un sacerdote, uno no tiene que servir de tiempo completo. Llegamos a ser sacerdotes por medio de nuestra regeneración. Puesto que hemos sido regenerados, ahora debemos vivir como sacerdotes de Dios, sirviendo a Dios. Usted puede servir a Dios como sacerdote aunque tenga un trabajo de tiempo completo. Tal vez estemos ocupados en diferentes tipos de empleo que son apropiados, pero eso no impide que trabajemos en el sentido de ser sacerdotes para Dios. Por ejemplo, un hermano que es médico puede realizar su práctica médica como servicio sacerdotal, predicando el evangelio a los incrédulos para conducirlos a Cristo y ministrando vida a los creyentes. Si todos nos condujéramos como sacerdotes de esta manera, sirviendo a Dios en Su evangelio, en Su misericordia, en Su gracia y en Su vida, ésta sería la mejor manera de predicar el evangelio.

Sin embargo, la verdadera situación que impera entre los creyentes es todo lo contrario. Quizás más de la mitad de la población de los Estados Unidos sea cristiana, pero es raro oír de alguien que predique el evangelio en su trabajo. Muchos creyentes viven como gente mundana, como personas comunes, y no como sacerdotes. ¡Cuán vergonzoso es esto! Ya que somos sacerdotes, debemos preguntarnos cómo está nuestra predicación del evangelio.

Según lo que he estudiado del Nuevo Testamento, lo primero que debemos hacer como sacerdotes de Dios es predicar el evangelio y presentar a los pecadores a Dios como ofrendas. Esto es lo que hizo Pablo; su predicación del evangelio era un servicio sacerdotal (Ro. 15:16). En su servicio sacerdotal, él ofreció a los gentiles a Dios. ¿Tenemos pecadores salvos que ofrecerle a Dios?

El libro de Levítico trata sobre los sacerdotes. Casi cada capítulo tiene que ver con la vida, el vivir, la necesidad y el suministro de los sacerdotes y todo lo demás relacionado con ellos. Si realmente no somos sacerdotes, no somos aptos para profundizar en este libro. Así que, en lo profundo de mi ser siento la carga de rogarles que regresen a su llamamiento celestial como sacerdotes de Dios. Nuestro primer deber en nuestro servicio sacerdotal es el de presentar pecadores a Dios como ofrendas.

Pablo dijo que él fue salvo a fin de ser un modelo para todos los creyentes (1 Ti. 1:16). Él era un modelo para los creyentes, y su primer deber consistía en ganar pecadores y ofrecérselos a Dios como ofrendas. Su obra de predicación constituyó el verdadero servicio sacerdotal del Nuevo Testamento. Ciertamente Pablo sabía lo que significaba experimentar a Cristo como ofrenda de harina en relación con su servicio sacerdotal. Pero es posible que la ofrenda de harina no sea tan real para nosotros como lo era para Pablo, debido a que muy raras veces llevamos la vida de un sacerdote. ¡Cuán triste sería si sólo habláramos del servicio sacerdotal sin participar verdaderamente en él!

En estos días, mientras considero el libro de Levítico, hay un gemido en mi corazón. Cuanto más leo y estudio este libro, más gime mi corazón. Entre nosotros hay muy poco que sea motivo de alegría. Hablamos de la comida sacerdotal, pero ¿quiénes son los sacerdotes y dónde están? En este mensaje únicamente siento la carga de recalcar esto: el libro de Levítico está dirigido a los sacerdotes.

Con respecto al servicio sacerdotal, debemos considerar nuestra situación y preguntarnos dónde nos encontramos. El profeta Hageo exhortó al pueblo de Israel a que considerara bien sus caminos (Hag. 1:5-11). Todos debemos reflexionar sobre nuestros caminos. ¿Qué clase de creyentes somos? ¿Somos creyentes sacerdotales o creyentes comunes?


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