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Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 42 de 79 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE CUARENTA Y DOS

EL SALVADOR-HOMBRE LLEVA A CABO
SU MINISTERIO EN SUS VIRTUDES HUMANAS
CON SUS ATRIBUTOS DIVINOS
DE GALILEA A JERUSALEN

(20)

Lectura bíblica: Lc. 18:31—19:10

En este mensaje abarcaremos 18:31—19:10. Estos versículos tratan tres asuntos: el Señor revela Su muerte y Su resurrección por tercera vez (vs. 31-34); sana a un ciego cerca de Jericó (vs. 35-43); y salva a Zaqueo en Jericó (19:1-10).

REVELA SU MUERTE
Y SU RESURRECCION POR TERCERA VEZ

Cuando el Salvador-Hombre hizo el largo viaje de Galilea a Jerusalén, habló con Sus discípulos acerca de muchas cosas. En 18:31 tomó aparte a los doce a fin de comunicarles algo privado. Les habló de que iría a Jerusalén para morir.

Al respecto, los versículos del 31 al 33 lo narran detalladamente: “He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por medio de los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará”. Es significativo que en el versículo 31 el Señor no dice: “He aquí subo a Jerusalén”, sino “He aquí subimos a Jerusalén”.

Esta fue la tercera vez que el Señor reveló a Sus discípulos que iba a morir. La primera fue en Cesárea de Filipo, antes de Su transfiguración (9:22). La segunda fue en Galilea, después de Su transfiguración (9:44-45). Esta tercera vez fue en el camino a Jerusalén. Esta revelación era una profecía completamente ajena al concepto natural de los discípulos; sin embargo, se cumplió literalmente en todos sus detalles.

Vimos que el Salvador-Hombre ya había predicho dos veces Su muerte y Su resurrección. Puesto que el tiempo de Su muerte había llegado, iba a Jerusalén. Así obedeció a Dios hasta la muerte (Fil. 2:8), conforme al consejo de Dios (Hch. 2:23), para el cumplimiento de Su plan redentor (Is. 53:10). El sabía que por medio de Su muerte sería glorificado en resurrección (24:25-26) y que Su vida divina sería liberada para producir muchos hermanos que serían Su expresión (Jn. 12:23-24; Ro. 8:29). Por el gozo puesto delante de Sí, menospreció el oprobio (He. 12:2) y se entregó voluntariamente a los líderes judíos usurpados por Satanás para ser condenado a muerte. Debido a esto, Dios lo exaltó a los cielos, lo sentó a Su diestra (Mr. 16:19; Hch. 2:33-35), le dio el nombre que es sobre todo nombre (Fil. 2:9-10), lo constituyó Señor y Cristo (Hch. 2:36), y lo coronó de gloria y de honra (Hch. 2:9).

Lucas 18:34 dice: “Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía”. Podemos comparar lo que el Salvador-Hombre dijo a Sus discípulos acerca de Su muerte con una bella melodía que se toca para los que no la aprecian. Los discípulos no pudieron apreciar la “melodía” que el Señor les “tocó”. No comprendieron nada de lo que el Señor dijo. Aunque usó palabras sencillas, no pudieron comprender lo que les dijo.

¿Por qué los discípulos no comprendieron lo que el Señor dijo en cuanto a Su muerte y Su resurrección? Porque estaban en otro reino, o sea, en su propio reino. Debido a esto, no estaban interesados en las cosas del reino de Dios.

SANA A UN CIEGO CERCA DE JERICO

El Señor revela Su muerte y Su resurrección por tercera vez, lo cual tiene que ver con el hecho de que sanara a un ciego cerca de Jericó. En realidad, los discípulos del Señor estaban ciegos y necesitaban ser sanados. No podían comprender lo que el Señor decía sobre Su muerte y Su resurrección, porque les faltaban la percepción y la visión. Por lo tanto, después de la tercera revelación acerca de la muerte y la resurrección del Señor, tenemos el caso en el que sana a un ciego.

Según la moralidad

Lucas 18:35 dice: “Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando”. Parecer que aquí hay un problema con respecto a Jericó. En el capítulo diez el Señor fue recibido en la casa de Marta, la cual estaba en Betania. En Su viaje de Galilea a Jerusalén, habría ido a Jericó antes de ir a Betania y luego, habría ido de Betania a Jerusalén. Entonces, ¿por qué aparece Betania en el capítulo diez y se menciona claramente Jericó en el capítulo diecinueve? ¿Quiere esto decir que El fue primero a Betania y luego regresó a Jericó? No, en realidad fue recibido por Marta después de haber pasado por Jericó. Pero en el capítulo diez, Lucas no se preocupó de la geografía ni de la secuencia cronológica, sino del supremo nivel de moral. Esto es una evidencia indiscutible de que el relato de Lucas no es dictado por la secuencia de los eventos sino por la moralidad.


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