Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 183 de 185 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO OCHENTA Y TRES

ERIGEN EL TABERNACULO, HACEN SU MOBILIARIO
Y LAS VESTIDURAS SACERDOTALES
(2)

Lectura bíblica: Ex. 35:1-10, 20-35; 36:1-7;

Los capítulos 35 al 39 de Exodo relatan la manera en que levantaron el tabernáculo, hicieron su mobiliario y las vestiduras sacerdotales.

LA OFRENDA DE LOS MATERIALES

En Exodo 35:4-9, 20-29 y 36:3-7, vemos la ofrenda de los materiales. Leamos Exodo 35:4 y 5 “y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: esto es lo que Jehová ha mandado: tomad de entre vosotros ofrendas para Jehová; todo generoso de corazón le traerá a Jehová”. Sigue una lista de materiales: oro, plata, bronce, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción, para el incienso aromático, piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.

Al ofrecer estos materiales, la gente que había sido idólatra ahora era fiel a Dios. Antes usaban su oro para hacer un ídolo, pero ahora son fieles y ofrecen todo lo que tienen a Dios para levantar el tabernáculo, Su morada. El capítulo treinta y cinco contiene este pensamiento acerca de la ofrenda de los materiales. Sin embargo, es algo bastante superficial. Este mensaje da énfasis al significado espiritual de la ofrenda de los materiales.

Los materiales ofrendados para hacer el tabernáculo tipifican al Cristo que experimentamos en diferentes aspectos. Aunque los hijos de Israel consiguieron estos materiales durante su estancia en Egipto, los llamaron ofrendas elevadas, ofrendas mecidas y ofrendas voluntarias (35:5, 21-22, 24, 29; 36:3). Algunas traducciones no especifican si se trataba de ofrendas elevadas, ofrendas mecidas u ofrendas voluntarias. Se limitan a decir que estas ofrendas eran dádivas o contribuciones. La ofrenda elevada representa al Cristo ascendido; la ofrenda mecida al Cristo resucitado, y la ofrenda voluntaria, al Cristo que ofrecemos a Dios, al Dios de nuestro libre albedrío. Dios no nos obliga a experimentar a Cristo. Experimentar a Cristo y ofrecerlo luego a Dios es un asunto que depende de nuestro libre albedrío.

En el plan espiritual, todas estas ofrendas son tipologías del Cristo que experimentamos. A veces experimentamos a Cristo como la realidad de Dios. Esto es el oro. Otras veces experimentamos a Cristo como nuestro Redentor o como nuestra redención. Esto es la plata. En otras ocasiones, experimentamos a Cristo como Aquel que fue juzgado por Dios como nuestro substituto, como el Cristo que toma nuestro lugar en el juicio. Esto es el bronce. Estos son distintos aspectos del Cristo que experimentamos.

Todos debemos experimentar a Cristo para edificar a la iglesia, la morada de Dios. Si no experimentamos a Cristo, no tendremos nada que ofrecer a Dios como ofrenda elevada, ofrenda mecida, u ofrenda voluntaria para edificar Su morada. Suponga que algunos Israelitas se presentaran con las manos vacías, sin nada que ofrecer para levantar el tabernáculo. Ellos dirían : “Moisés nos ha hablado acerca de las ofrendas para erigir el tabernáculo, pero somos miserables y no tenemos nada que ofrecer”. ¡Qué vergüenza sería eso! Muchos santos se encuentran en esta situación hoy en día. En cuánto a la experiencia de Cristo, no traen ninguna ofrenda. En cuanto a la edificación de la iglesia, sus manos están vacías.

Todos debemos poseer alguna riqueza de la experiencia de Cristo. Debemos tener por lo menos una cadena o un zarcillo (35:22), a Cristo como un broche pequeño que podemos ofrecer para edificar la iglesia. Tal vez usted se pregunte qué significa esto en nuestra experiencia práctica. Supongamos que una hermana lleve un pequeño broche. Si ella experimenta a Cristo al llevar ese broche, esta experiencia, en su significado espiritual, será finalmente una experiencia de Cristo como broche de oro. Del mismo modo, un hermano puede experimentar a Cristo incluso en un asunto insignificante como el llevar un alfiler de corbata. Si un hermano experimenta a Cristo al comprar y llevar un alfiler de corbata, esto se convertirá en un aspecto de Cristo que él experimenta. Entonces a los ojos de Dios él tendrá a Cristo como alfiler espiritual de corbata. El punto importante es éste: no debemos tener nada por nosotros mismos. Todo lo debemos poseer por Cristo y con Cristo. Si experimentamos a Cristo en algo específico, podremos ofrendar Cristo a Dios en un aspecto particular con miras a edificar la iglesia, Su morada.

Podemos experimentar a Cristo aún al comprar una corbata o al llevarla. Si experimentamos a Cristo al llevar una corbata, entonces tendremos a Cristo como nuestra corbata de oro en nuestra experiencia espiritual.

Un hermano casado puede experimentar a Cristo cuando está a punto de discutir con su esposa. En ese momento, él debería decir: “Señor, voy a discutir con mi esposa. Señor no quiero discutir contigo. Si Tú no el medio por el cual discuto con mi esposa, no voy a discutir con ella”. Si el hermano experimenta a Cristo de esta manera, él ganará a Cristo, aún en una situación donde él esté a punto de argumentar con su esposa. Esto muestra cuán práctica debe ser la experiencia de Cristo. Lamentablemente vemos que muchos cristianos contemporáneos carecen de enseñanza subjetiva acerca de la experiencia práctica de Cristo en nuestro diario vivir.

Debemos experimentar a Cristo en cada aspecto de nuestro diario vivir, por ejemplo en la ropa que llevamos, en la manera de cortar nuestro pelo y en nuestras actitudes. En un asunto importante o significativo, debemos experimentar a Cristo. Debemos tener a Cristo cuando llevamos zapatos, cuando nos cortamos el pelo, y aún cuando expresamos nuestras actitudes. Una hermana no debería mostrarse molesta ante su esposo. Mas bien ella debe decir : “Señor, quiero demostrale a mi esposo que estoy molesta. ¿Lo harás Tú conmigo? Si Tú no estás conmigo en este asunto, no lo haré”. Antes de mostrarle su enojo a su esposo, una hermana casada primero debe permanecer en el Señor y orar al respecto. Al orar así, no lo hará, sino que se mostrará feliz y sonriente. Uso este ejemplo para mostrarles eso: debemos aplicar esta verdad que consiste en experimentar a Cristo como los materiales ofrendados a Dios con el fin de edificar Su morada de una manera práctica. Si somos prácticos en esta verdad, podremos ofrecer algo de Cristo a Dios para edificar a la iglesia, Su morada hoy en día en la tierra.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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