Información del libro

Estudio-vida de Isaíaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6375-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 43 de 54 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE ISAÍAS

MENSAJE CUARENTA Y TRES

UNA CORONA DE GLORIA
Y UNA DIADEMA DE HERMOSURA;
UNA PIEDRA PUESTA POR FUNDAMENTO,
PIEDRA PROBADA Y PRECIOSA PIEDRA ANGULAR;
Y UN REY COMO REFUGIO, ABRIGO,
CORRIENTES DE AGUAS Y SOMBRA DE GRAN PEÑA

Lectura bíblica: Is. 28:5, 16; 32:1-2; 33:22; Ro. 9:33; Mt. 21:42; Hch. 4:11-12; Sal. 118:22-24, 26; Mt. 23:39

Éste es el último mensaje sobre la primera sección de Isaías con respecto al Cristo todo-inclusivo. El libro de Isaías puede dividirse en dos secciones. La primera sección está compuesta por los primeros treinta y nueve capítulos, y la segunda sección está compuesta por los siguientes veintisiete capítulos, del capítulo 40 al 66. Esto es similar a la división que existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento tiene treinta y nueve libros, y el Nuevo Testamento tiene veintisiete libros. Al final de la primera sección de Isaías, del capítulo 36 al 39, encontramos el relato sobre Ezequías. Por tanto, este último mensaje sobre la primera parte de Isaías abarcará los aspectos del Cristo todo-inclusivo presentados hasta el capítulo 35. En el siguiente mensaje comenzaremos a ver los aspectos de Cristo presentados en el capítulo 40, que es el primer capítulo de la segunda sección de Isaías.

En este mensaje queremos ver a Cristo como corona, piedra y Rey. Él es una corona de gloria y una diadema de hermosura; Él es una piedra puesta por fundamento, piedra probada y preciosa piedra angular; y Él es un Rey en calidad de hombre como refugio, abrigo, corrientes de aguas y sombra de gran peña. Estos ítems de Cristo serán plenamente cumplidos en la era de la restauración, después que Dios haya concluido Sus medidas gubernamentales con respecto a Israel.

Hoy en día la nación de Israel está confinada a una estrecha faja de tierra que bordea con el mar Mediterráneo. Si no fuera porque Dios, en Su soberanía, dispuso que una nación como Estados Unidos protegiera a Israel, Israel se encontraría más disminuido aún. La crisis reciente en el Medio Oriente fue dispuesta por Dios en Su soberanía a fin de que Israel fuese elevado y los países árabes, enemigos de Israel, fuesen abatidos. Aunque Israel fue elevado, todavía padece sufrimientos. Sin embargo, llegará el día en que Israel será plenamente restaurado. El hito que marcará ese día será la segunda venida de Cristo en Su gloria.

Deuteronomio 11:24 habla sobre los límites del territorio de Israel: “Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro: desde el desierto y el Líbano, desde el río, el río Éufrates, hasta el mar que está más lejos será vuestro territorio”. El mar que está más lejos es el mar Mediterráneo. El territorio de Israel se extenderá desde el mar Mediterráneo hasta el Éufrates, que está en Irak. Hoy en día las naciones debaten sobre qué territorio debe pertenecer a Israel y qué territorio debe pertenecer a los palestinos. Pero el Señor estableció los límites de la tierra de Israel en Deuteronomio, y Él prometió que exterminaría y expulsaría a quienes poseyeran esas tierras (Éx. 23:23, 28, 31). No importa lo que las naciones del mundo sientan referente a Israel. Lo que el Señor sienta sobre la situación de Israel y lo que Él haya decidido al respecto, es lo único que importa.

I. UNA CORONA DE GLORIA
Y UNA DIADEMA DE HERMOSURA

Isaías 28:5 dice: “En aquel día Jehová de los ejércitos / será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de Su pueblo”. En este versículo Cristo es revelado como una corona de gloria y una diadema de hermosura. Debemos considerar la diferencia que existe entre una corona y una diadema. Podríamos pensar que ambas expresiones se refieren a una misma cosa, pero estos ítems no están en aposición en el versículo 5. Están separados por una conjunción: corona de gloria y diadema de hermosura. Ésta es la manera maravillosa en que Isaías escribió este versículo. Una corona es como un sombrero o turbante, mientras que una diadema viene a ser la parte más hermosa y gloriosa de una corona. Es aquella banda que ciñe la cabeza. En términos generales, una corona representa gloria, pero la belleza de dicha corona se halla en su diadema, la cual suele estar llena de joyas y piedras preciosas. La diadema es la hermosura de la corona gloriosa.

Cristo será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de Israel, el pueblo escogido de Dios, en la era de la restauración, después que hayan concluido las medidas disciplinarias que Él tomará con respecto a Su pueblo. Cristo será la glorificación del pueblo escogido de Dios. La gloria y la hermosura son dos cosas distintas. Algo podría ser muy glorioso, pero no tan hermoso. Cristo será por gloria y hermosura a Su pueblo elegido.

Debemos recordar que la era de la gracia es una miniatura y un anticipo de la era venidera de restauración. Hoy en día disfrutamos de un anticipo de Cristo como nuestra corona y diadema. Lamentablemente, a muchos no les parece que sea glorioso decir a los demás que son cristianos. Algunos cristianos pueden hablar sobre otras personas y asuntos de manera gloriosa, pero cuando abordan el tema referente a Cristo, se sienten avergonzados. Eso no está bien. Cuando hablemos sobre Cristo y cuando le digamos a la gente que somos cristianos, debemos considerar que Cristo es nuestra corona y diadema, nuestra gloria y hermosura.

Yo experimenté a Cristo de este modo hace unos cincuenta años cuando Japón invadió China y fui encarcelado por el ejército japonés. Por un lado, ellos me humillaron, me juzgaron y me torturaron; por otro, me respetaban y me estimaban porque me conducía como cristiano. Pablo dijo en el libro de Filipenses, mientras estaba encarcelado en Roma, que su anhelo y esperanza era que en nada fuese avergonzado, sino que magnificase a Cristo (1:20). Pablo magnificó a Cristo a tal grado que incluso algunos miembros de la casa del César se hicieron creyentes de Cristo (4:22). Según la experiencia de Pablo, él poseía a Cristo como su corona con una diadema. Debemos considerar que ser cristianos es algo glorioso. Si somos derrotados, nos sentimos avergonzados, pero si nos arrepentimos y recibimos la impartición de Cristo de manera fresca, nos sentimos llenos de gloria.


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