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Estudio-vida de Hechospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1419-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 29 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HECHOS

MENSAJE VEINTINUEVE

LA PROPAGACION EN JERUSALEN, JUDEA
Y SAMARIA MEDIANTE EL MINISTERIO
DE LA COMPAÑIA DE PEDRO
(21)

Lectura bíblica: Hch. 10:1-33

EL MINISTERIO DE PEDRO TIENE EXITO

Al final del capítulo nueve, vemos que el Señor obró de diversas maneras para prepararle camino a Pedro a fin de que éste abriera la puerta del reino de Dios a los gentiles. Hechos 9:31 nos habla del éxito que tuvo el ministerio de Pedro: “Entonces la iglesia tenía paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y se multiplicaba andando en el temor del Señor y con el consuelo del Espíritu Santo”. Las iglesias habían sido sólidamente establecidas en las tres provincias de Judea, Galilea y Samaria. Esto indica que el ministerio de Pedro, que consistía en propagar al Cristo resucitado, tuvo mucho éxito en la tierra judía. Esta tierra incluía no solamente a Judea, sino también a Galilea y a la región central llamada Samaria. Mediante el ministerio de Pedro, el territorio conocido como tierra santa se llenó de iglesias.

Según 9:32-43, el Señor movió a Pedro hacia Cesarea, centro importante del gobierno romano en aquel tiempo. En Cesarea vivía un hombre llamado Cornelio. En este pasaje vemos todo lo que el Señor preparó para abrir la puerta a los gentiles a la vida de iglesia.

En Mateo 16:19 leemos que el Señor Jesús le dio a Pedro las llaves del reino. El día de Pentecostés, Pedro usó la primera de estas llaves para abrir la puerta del reino de Dios al pueblo judío. Como veremos en Hechos 10, Pedro usó la segunda llave para abrir la puerta del reino de Dios a los gentiles.

UN PASO ADICIONAL
EN LA OBRA EVANGELICA DEL SEÑOR

Leamos Hechos 10:1 y 2: “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte llamada la italiana, devoto y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre”. La palabra “cohorte” representa una de diez divisiones de una antigua legión romana. Estaba compuesta de seiscientos hombres. Cornelio, centurión romano, así como el eunuco etíope, buscaba a Dios, según se menciona en 17:27.

En 10:1, vemos que el Señor dio un paso adicional en Su obra evangélica. Así llegó a otro gentil, un hombre de Italia, del imperio romano en Europa. De esta manera la puerta del evangelio les fue abierta a todos los gentiles. Era difícil que los apóstoles y discípulos judíos, por su cultura y costumbres, se acercaran a los gentiles (v. 28). Por tanto, como éste era un movimiento extraordinario, requería la participación de un ángel de Dios (v. 3), así como cuando Felipe se acercó al etíope, un hombre de Africa, en 8:26. En ambos casos, el Espíritu habló a Felipe y a Pedro de una manera específica (8:29; 10:19).

El Señor es soberano sobre toda la situación del mundo. Lo que sucedió en Hechos 10 ciertamente fue ordenado por el Señor en Su soberanía. En Cesarea, ciudad importante del gobierno romano, se hallaba este centurión llamado Cornelio. Cornelio no era solamente un hombre bueno y ético, sino también devoto de Dios. Desde el principio de la humanidad, siempre han existido hombres devotos que buscan a Dios. Cornelio era un hombre semejante. El y toda su familia temían a Dios y eran devotos. Hechos 10:7 habla también de un soldado devoto. Esto indica que en la casa de Cornelio imperaba un ambiente de devoción. En Hechos 10, vemos la clase de persona que el Señor usó para abrir el camino del reino de Dios al mundo gentil.

LA VISION DE UN ANGEL

Leamos Hechos 10:3 y 4: “Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios”. Aunque Cornelio era un ser humano caído, pecaminoso y condenado ante Dios como todos los demás, Dios aceptó sus oraciones y sus limosnas, mientras que rechazó las de Caín (Gn. 4:3, 5). Esto quizá se debió al hecho de que Dios, basándose en la redención eterna de Cristo y en vista de que Cornelio iba a creer en Cristo en los días venideros, lo perdonó (v. 43), conforme a Su presciencia.

Hechos 10:3 nos revela que un ángel de Dios se presentó a Cornelio y le habló. En el caso del eunuco etíope vemos que “un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto” (8:26). La mención de ángeles en ambos pasajes indica que fueron casos extraordinarios. En la historia del eunuco etíope, el evangelio llegó a un gentil. Asimismo, en el relato de la casa de Cornelio el evangelio fue predicado a una familia gentil. Un ángel tuvo que participar porque se trataban de casos excepcionales. No obstante, debemos notar que en ninguno de los dos casos, el ángel había sido comisionado para predicar el evangelio. Esto se debe simplemente a que sólo los seres humanos, quienes han creído en el Señor Jesús, tienen el privilegio de llevar a otros las buenas nuevas.


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