Información del libro

Estudio-vida de Marcospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1437-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 26 de 70 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE MARCOS

MENSAJE VEINTISEIS

LAS ACTIVIDADES QUE EL SALVADOR-ESCLAVO
REALIZO EN SU SERVICIO EVANGELICO

(10)

Lectura bíblica: Mr. 8:27—9:13

LO SOBRESALIENTE
DEL EVANGELIO DE MARCOS

En 8:27—9:13 se revela el misterio de la persona del Señor, Su muerte y Su resurrección. Se puede decir que en este pasaje se narra lo sobresaliente del Evangelio de Marcos, la cumbre de dicho evangelio.

En el capítulo ocho, el Salvador-Esclavo sanó al ciego de Betsaida. El Señor logró más en este caso que en cualquier otro. Por ejemplo, el primer caso de sanidad que se narra en este evangelio fue el de la suegra de Pedro. Realizar esta sanidad fue muy fácil. El Señor sencillamente se le acercó y la levantó, tomándola de la mano. Luego la fiebre la dejó, y ella se puso a servirles (1:31). A partir de esta sanidad, este evangelio se desarrolla paso a paso hasta que en el capítulo siete se revela el corazón del hombre, su condición interior.

El Señor Jesús, después de poner de manifiesto el corazón del hombre, revela que El es el pan, nuestro suministro de vida. El no es únicamente el Dios perdonador, sino también nuestro Médico, nuestro Novio, el David de hoy y el Emancipador. Además, El es quien nos alimenta y también el pan mismo.

Después de que el Señor se revela como el pan que nos alimenta interiormente, se narran sanidades específicas: la sanidad del oído y de la lengua del sordomudo, y la de los ojos del ciego. Después de estas sanidades, podemos decir que el hombre llega a ser una persona completa, cuyos órganos han sido sanados de manera específica. Ahora dicha persona está preparada para recibir la revelación de la persona, la muerte y la resurrección de Cristo.

El Señor Jesús, con el propósito de revelar Su persona, Su muerte y Su resurrección, lleva a Sus discípulos a Cesarea de Filipo, un lugar alejado de la región religiosa. Y en el camino preguntó a Sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que soy Yo?” (8:27). Después de que ellos respondieron, les hizo otra pregunta: “Pero vosotros, ¿quién decís que soy?” (v. 29). En ese momento Pedro recibió la visión de que Jesús era el Cristo, y declaró: “¡Tú eres el Cristo!”

La revelación dada en Cesarea de Filipo es el paso más elevado, la cima del evangelio de Marcos. El Señor abrió los ojos de los discípulos antes de llevarlos a Cesarea de Filipo. Así que, ellos ya tenían la vista para poder ver, no las cosas comunes o materiales, sino las divinas y misteriosas. Específicamente, sus ojos fueron abiertos para que vieran a Cristo, Su muerte que le pone fin a todo y Su resurrección maravillosa. En la esfera de lo misterioso y lo divino, lo principal es tener la revelación acerca de Cristo, Su muerte y Su resurrección.

UN MISTERIO PARA EL HOMBRE NATURAL

La esfera de lo misterioso y lo divino está completamente oculta al hombre natural. El hombre natural, como dice Pablo en 1 Corintios 2, no puede entender lo que se encuentra en esta esfera: “Pero el hombre anímico no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son necedad, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (v. 14). El hombre anímico es el hombre natural, el que vive encerrado en su alma y no en el espíritu. Un hombre así no percibe las cosas del Espíritu de Dios, sino que las rechaza.

El Señor Jesús es un misterio para el hombre natural y para la mente natural. Aun en la actualidad, algunos eruditos judíos estudian quién fue Jesús, y qué fue Su crucifixión. Debido a que la Persona, la muerte y la resurrección de Cristo son los asuntos más importantes de la esfera de lo misterioso y lo divino, algunos teólogos cristianos, al igual que los eruditos judíos, no han tenido la visión en cuanto a ello.

ALIMENTAR Y SANAR

No debemos tener a Marcos como un evangelio de historias. Este evangelio trata de cómo el Señor Jesús, el Salvador-Esclavo, sirve a los pecadores. Su servicio comienza en el capítulo uno y continúa hasta el siete, donde el Señor revela la condición del corazón del hombre. Podemos decir que en Marcos 7 el Salvador-Esclavo actúa como un cirujano, ya que ahí abre nuestro corazón y lo pone de manifiesto.

En el capítulo siete vemos al Señor no sólo como el Cirujano divino, sino también como Aquel que nos alimenta consigo mismo como pan. Esto indica que nuestra necesidad básica es el pan, el suministro de vida. El Salvador-Esclavo no sólo nos sana, nos restaura y nos vuelve a la comunión con Dios, sino que también nos alimenta consigo mismo como pan. El mismo es nuestra provisión de vida.

El Señor nos alimenta consigo mismo como pan y como resultado, experimentamos espontáneamente Su sanidad de modo específico: sana nuestros oídos sordos, nuestra lengua muda y nuestros ojos ciegos.


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