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Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 63 de 69 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE SESENTA Y TRES

LA LEY ES EL TESTIMONIO DE DIOS

Como dijimos anteriormente, en el Arca, que estaba en el Lugar Santísimo, se encontraban tres elementos cruciales: el maná escondido, la vara que reverdeció y las tablas de la ley (He. 9:4). En los pasados cinco mensajes, abarcamos un poco el tema del maná escondido y la vara que reverdeció. Así que en este mensaje hablaremos sobre las tablas de la ley.

LA LEY COMO EL TESTIMONIO DE DIOS

En la Biblia muy pocas veces encontramos la expresión las tablas de la ley. El Antiguo Testamento se refiere a ellas más a menudo como las tablas del testimonio (Éx. 31:18), y el Nuevo Testamento las llama las tablas del pacto (He. 9:4). ¿Por qué se le llamó a la ley las tablas del testimonio y las tablas del pacto? No es difícil entender que a la ley se le llamara las tablas del pacto, ya que en el Antiguo Testamento la ley misma era el antiguo pacto. Sin embargo, no resulta fácil entender por qué a la ley se le llamó las tablas del testimonio. Cuando Dios le ordenó a Moisés que hiciera el Arca (Éx. 25:10), le dijo: “En el Arca pondrás el testimonio que yo te daré” (Éx. 25:16). El testimonio en este versículo indudablemente se refería a la ley. Dios no dijo que pusieran la ley dentro del Arca, sino el testimonio. Fue precisamente debido a que pusieron el testimonio dentro del Arca que ésta fue llamada “el Arca del Testimonio” (Éx. 25:22). Aún más, el tabernáculo también fue llamado el Tabernáculo del Testimonio (Nm. 17:8). Por consiguiente, tenemos el testimonio, el Arca del Testimonio y el Tabernáculo del Testimonio. Cuando el maná y la vara que reverdeció fueron puestos delante de la ley, leemos que fueron puestos delante del testimonio (Éx. 16:34; Nm. 17:10). Además, poner algo delante del testimonio equivalía a ponerlo delante de Dios (Éx. 16:33-34), ya que el testimonio no se podía separar de Dios. Cuando algo estaba delante del testimonio, estaba delante de Dios, y cuando algo estaba delante de Dios, estaba delante del testimonio. Ahora bien, ¿qué cosa es este testimonio? Como hemos visto, el Arca fue llamada el Arca del Testimonio y el tabernáculo fue llamado el Tabernáculo del Testimonio. La ley fue llamada el testimonio porque ésta testificaba de Dios. Es por eso que la ley era el testimonio de Dios.

Génesis 1:26 nos dice que Dios creó al hombre a Su propia imagen. Dios desea obtener una expresión por medio del hombre. Dicha expresión es Su testimonio. Por lo tanto, el testimonio de Dios es la expresión de Dios, es Dios expresado. El propósito de Dios ha sido, sigue siendo y seguirá siendo el mismo por la eternidad: forjarse a Sí mismo en el hombre, a fin de obtener una expresión y un testimonio. Sin embargo, antes que Dios pudiera lograr esto, el hombre cayó. En su naturaleza caída, el hombre ha tratado de hacer el bien para agradar a Dios. Es por eso que Dios le dio la ley al hombre. Dios le dio la ley al hombre para que éste comprendiera que, en su condición caída, no podía satisfacer a Dios ni expresarle. Sin embargo, inmediatamente después que la ley fue dada, Dios le dio otro nombre: la llamó el testimonio. Lo que Dios le dio al hombre fue la ley, pero primordialmente no se le llamó ley, sino testimonio. En Salmos 119 la palabra testimonio aparece varias veces para denotar la ley (vs. 2, 88, 168). Cada vez que esta palabra se menciona en Salmos 119 se refiere a la ley.

Según el concepto humano, la ley se refiere a los diez mandamientos. Pero Dios no tenía la intención de que la ley consistiera en una serie mandamientos, sino que ésta fuera Su testimonio. Cuando yo estuve en la cristiandad nunca escuché que se usara la palabra testimonio para denotar la ley. La única expresión que escuché fue los diez mandamientos. En el cristianismo, cuando los jóvenes toman el examen para hacerse miembros de las llamadas iglesias, tienen que recitar los diez mandamientos. Aunque usted sea capaz de decir de memoria los diez mandamientos, es posible que nunca haya escuchado que el testimonio que se menciona en Salmos 119 denota la ley. De hecho, en el libro de Salmos la palabra testimonio siempre se refiere a la ley. Repito una vez más que según el propósito y el concepto divinos, la ley es el testimonio de Dios. Pero, conforme al concepto humano y natural, la ley es simplemente los diez mandamientos. Si usted es alguien que se esfuerza por guardar la ley de Dios, ésta no será para usted otra cosa que los diez mandamientos. Pero si usted sabe lo que es la vida divina, y camina con Dios en vez de esforzarse por guardar la ley, entonces comprenderá que la ley es el testimonio de Dios, la expresión misma de Dios.


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