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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 20 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE VEINTE

MUERTOS EN DELITOS Y PECADOS

En este mensaje llegamos al capítulo dos de Efesios. Hemos visto que en el capítulo uno no se menciona la misericordia de Dios debido a que ahí todo es excelente. Sin embargo, el capítulo dos describe una situación miserable, una situación que requiere la rica misericordia de Dios. En este mensaje examinaremos los tres primeros versículos del capítulo dos.

De hecho, Efesios 2 no trata principalmente de la condición lamentable del hombre caído, sino de cómo se produce y se edifica la iglesia. Al final del capítulo uno vemos que la iglesia como Cuerpo de Cristo se produce mediante la trasmisión que proviene del Cristo ascendido. Esta es la iglesia vista desde la perspectiva positiva, vista desde lo alto. Sin embargo, no sólo debemos ver la iglesia desde arriba, sino también desde abajo. En el capítulo uno Pablo mira la iglesia desde el punto de vista de los lugares celestiales. Desde esta perspectiva ella es producto de la trasmisión del Cristo ascendido. Pero en el capítulo dos Pablo ve a la iglesia desde abajo, mirando a la iglesia desde el punto de vista de la miserable condición del hombre caído.

I. LA CONTINUACION DEL CAPITULO UNO

Efesios 2:1 dice: “Y vosotros estabais muertos en vuestros delitos y pecados”. Según la gramática, la conjunción “y” indica que la última oración del capítulo uno no está completa. El último versículo del capítulo uno revela que la iglesia, el Cuerpo de Cristo, fue producida por Cristo mediante lo que El logró. Ahora el capítulo dos revela el trasfondo, la esfera de muerte, de donde fue producida la iglesia.

En el capítulo uno el apóstol Pablo expresa muchas cosas excelentes. Declara que la iglesia llega a existir mediante la maravillosa trasmisión del Cristo ascendido. En el capítulo uno Pablo habla de Cristo y del poder que operó en El resucitándolo de los muertos, sentándolo en los lugares celestiales por encima de todo, sometiendo todas las cosas bajo Sus pies y dándolo por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su Cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Pero como ya mencionamos, la iglesia tiene otro lado; se puede apreciar por el lado de Cristo y también por el lado nuestro. Por ello, en 2:1 Pablo dice: “Y vosotros”. La iglesia no solamente tiene el aspecto de la divinidad, sino también el aspecto de la humanidad. En el capítulo uno, vemos que la iglesia se produce al trasmitírsele la divinidad, mientras que en el capítulo dos vemos que la iglesia procede de la humanidad. La conjunción “y” al comienzo de Efesios 2:1 tiene mucha importancia, pues une estos dos aspectos de la iglesia.

II. MUERTOS EN DELITOS Y PECADOS

A. Muertos espiritualmente

El versículo 1 afirma que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. La palabra “muertos” se refiere a la condición de muerte en que se hallaba nuestro espíritu, una muerte que invadió todo nuestro ser. Nosotros no solamente estábamos caídos y éramos pecaminosos; también estábamos muertos.

En 1947, mientras predicaba el evangelio en Shanghai el primer día del año, le dije a los que me escuchaban: “Amigos, los predicadores cristianos debemos ser sinceros y decirles a ustedes cuál es su verdadera condición. Ustedes no solamente son pecadores, sino que todos están muertos. Todos están en un ataúd y en una tumba. Tal vez se consideren damas y caballeros cultos, pero en realidad son personas muertas y sepultadas. Les digo esto porque ahora Cristo quiere darles vida y sacarlos del ataúd”. Esta es una buena manera de predicar el evangelio.

Debido a que el libro de Romanos trata el tema del pecador, no recalca el hecho de que las personas caídas están muertas; hace hincapié, más bien, en los pecados y en el pecado. Sin embargo, el libro de Efesios pone énfasis en la muerte, en la necesidad de personas que están muertas. La salvación revelada en Romanos se basa en la justicia. Según Romanos 1:16-17, el evangelio de Dios es poderoso para salvar porque en él se revela la justicia de Dios. En Romanos, Dios nos salva mediante Su justicia y con ella. Pero en Efesios, Dios salva a los muertos con la vida. La justicia no le beneficia a personas muertas. Lo que ellas necesitan es vida. Muchos cristianos no entienden claramente la diferencia entre ser salvos por medio de la justicia y ser salvos mediante la vida. Por ello, citan Efesios para hablar de la salvación que se basa en la justicia. Puesto que somos pecadores y estamos muertos, necesitamos tanto la justicia como la vida; tanto la salvación descrita en Romanos, como la salvación que se revela en Efesios.


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