Información del libro

Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 46 de 97 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE CUARENTA Y SEIS

APRENDER A CRISTO CONFORME
A LA REALIDAD QUE ESTA EN JESUS

En este mensaje examinaremos 4:17-21, y prestaremos especial atención a los versículos 20 y 21, en los cuales se habla de aprender a Cristo conforme a la realidad que está en Jesús.

I. EL TERCER ASPECTO DE UN ANDAR
DIGNO DEL LLAMAMIENTO DE DIOS

En 4:1 Pablo nos ruega que andemos como es digno de la vocación con que fuimos llamados. El primer aspecto de este andar consiste en guardar la unidad; el segundo, en crecer en Cristo, la Cabeza; y el tercero, en aprender a Cristo conforme a la verdad que está en Jesús.

El versículo 17 del capítulo cuatro da comienzo a un nuevo párrafo, en el cual se hallan los primeros dos aspectos de un andar digno del llamamiento de Dios. Estos se mencionan juntos porque el crecimiento en Cristo está íntimamente relacionado con guardar la unidad; no se les puede separar. En los versículos del 1 al 16 se habla del vivir y de la función del Cuerpo. Ahora, en los versículos del 17 al 32, vemos la vida diaria. Los versículos presentan los principios que deben regir nuestro andar cotidiano, y los versículos del 25 al 32, proporcionan los detalles.

II. YA NO DEBEMOS ANDAR COMO LOS GENTILES

El versículo 17 dice: “Esto, pues, digo y testifico en el Señor: que ya no andéis como los gentiles, que todavía andan en la vanidad de su mente”. Estas palabras indican que lo que el apóstol está a punto de decir no es sólo su exhortación, sino también su testimonio. Lo que él exhorta es lo que él vive. Puesto que él mismo lleva la clase de vida que va a describir, nos da su testimonio por medio de su enseñanza.

A. Andan en la vanidad de su mente

Pablo nos exhorta a que ya no andemos “como los gentiles, que todavía andan en la vanidad de su mente”. Los gentiles o naciones son los hombres caídos, quienes se envanecieron en sus razonamientos (Ro. 1:21). Ellos andan sin Dios, en la vanidad de su mente, y son controlados y dirigidos por sus vanos pensamientos. Todo lo que hacen conforme a su mente caída, es vanidad; no tiene ni una pizca de realidad. Toda la humanidad caída vive en la vanidad de la mente; todo el mundo está en esta condición. A los ojos de Dios y a los ojos del apóstol Pablo, todo lo que el mundo piensa, dice y hace, es vanidad. Nada de eso es real o sólido; todas esas cosas son vacías. Como creyentes, ya no debemos andar en la vanidad de la mente; antes bien, debemos andar en la realidad de nuestro espíritu.

B. Tienen el entendimiento entenebrecido

Según el versículo 18, los gentiles, quienes andan en la vanidad de su mente, tienen “el entendimiento entenebrecido”. Cuando la mente de las personas caídas se llena de vanidad, su entendimiento se entenebrece con respecto a las cosas de Dios.

C. Están ajenos a la vida de Dios

Los gentiles también están “ajenos a la vida de Dios” (v. 18). Esta es la vida eterna e increada de Dios, la cual el hombre no tenía cuando fue creado; él sólo poseía la vida humana creada. El hombre, después de ser creado, fue puesto delante del árbol de la vida (Gn. 2:8-9) para que recibiera la vida divina, la vida increada. Pero el hombre cayó en la vanidad de su mente y su entendimiento se entenebreció. Hoy, en esa condición caída, el hombre no puede tocar la vida de Dios a menos que vuelva su mente a Dios, o sea, a menos que se arrepienta y crea en el Señor Jesús para recibir la vida eterna de Dios (Hch. 11:18; Jn. 3:16).

Al crear al hombre, Dios deseaba que éste participara del fruto del árbol de la vida a fin de que recibiera la vida eterna de Dios. Pero en la caída, la naturaleza maligna de Satanás se inyectó en el hombre, y como resultado, se le impidió acceso al árbol de la vida. Según Génesis 3:24, el Señor “Echó ... al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”. Fue así que el hombre quedó alejado de la vida de Dios. Los querubines, la llama de fuego y la espada, que representan la gloria, la santidad y la justicia de Dios, impedían que el hombre pecaminoso recibiera la vida eterna. Pero cuando el Señor Jesús murió en la cruz, El satisfizo todos los requisitos de la gloria, la santidad y la justicia de Dios, y mediante la redención que El efectuó, se abrió el camino para que nosotros tuviéramos nuevamente acceso al árbol de la vida. Basado en esto, Hebreos 10:19 declara que tenemos “confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús”. El árbol de la vida está en el Lugar Santísimo. Como creyentes de Cristo, de nuevo tenemos acceso al árbol de la vida. Ahora podemos deleitarnos diariamente en la vida divina, que está en el Lugar Santísimo. No obstante, las naciones todavía están ajenas a la vida de Dios.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top