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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 24 de 72 Sección 1 de 5

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE VEINTICUATRO

LA PROMULGACION
DE LA CONSTITUCION DEL REINO

(12)

En este mensaje llegamos a la última sección de la promulgación hecha por el Rey, en 7:13-29.

VIII. CON RESPECTO A LA BASE DE LA VIDA Y OBRA
DEL PUEBLO DEL REINO

Antes de considerar la sección 7:13-29, revisemos lo que ya tratamos de esta constitución. El hecho de que la constitución del reino de los cielos se base en la vida y la naturaleza divinas del pueblo del reino, debe dejar en nosotros una profunda impresión. Es necesario tener en mente que la constitución de cualquier pueblo siempre concuerda con la vida y la naturaleza del mismo. Nadie puede satisfacer los requisitos de la constitución del reino a menos que haya sido regenerado y posea la vida y la naturaleza del Padre celestial. Los filósofos y maestros incrédulos que han citado ciertos versículos de Mateo, del capítulo cinco al siete, nunca han entendido las palabras que citan. Esta constitución no fue dada a los incrédulos. Debido a que se basa en la vida espiritual, celestial y divina del pueblo del reino, sólo los ciudadanos del reino pueden vivir en conformidad con ella. Además, ni siquiera los ciudadanos del reino pueden satisfacer los requisitos de esta constitución si no viven conforme a la vida y la naturaleza divinas que están en ellos. Esta constitución no se da según la vida natural del pueblo del reino ni conforme a su naturaleza humana. Vuelvo a decirlo, se forma según la vida y la naturaleza divinas.

Esta constitución primeramente revela la naturaleza del pueblo del reino, como se expone en las nueve bendiciones halladas en 5:3-12. Los artículos de la constitución que describen lo que el pueblo del reino debe hacer y cómo debe actuar, corresponden a la naturaleza del pueblo del reino. Todo lo que hacen los ciudadanos del reino expresa su naturaleza. Sus acciones, conducta, hablar y obras son la expresión de su vida y naturaleza divina. Su contenido se manifiesta en su conducta. Por lo tanto, la primera sección de la constitución, la que trata de la naturaleza del pueblo del reino, es muy básica. La segunda sección abarca la influencia que el pueblo del reino ejerce sobre el mundo, y la tercera trata de la ley del reino de los cielos. Como hemos visto, todas las leyes que fueron complementadas y cambiadas exponen nuestro enojo y nuestra concupiscencia. A partir del capítulo seis, la constitución del reino celestial sigue adelante y toca la manera en que el pueblo del reino hace sus obras justas. Esta porción de la constitución expone el yo y la carne. Después, la siguiente sección nos dice que el pueblo del reino debe vivir en la tierra sin ansiedad. No estamos aquí para estar ansiosos, sino para cumplir nuestro deber bajo el cuidado de nuestro Padre celestial. El nos alimentará, vestirá y suplirá todas nuestras necesidades. Sin embargo, nosotros debemos cumplir con nuestra responsabilidad a fin de realizar el propósito de Dios, pero sin ansiedad. En 7:1-12 la constitución revela la actitud que debemos tener para con otros, cómo debemos tratarlos y cómo cuidar de ellos. Cuando llegamos a 7:12, casi todos los aspectos de nuestro vivir y nuestra conducta han sido abarcados. Parece que la constitución ya está completa, perfecta y todo-inclusiva.

No obstante, queda una cosa por considerar: el hecho de que el pueblo del reino está en la tierra llevando a cabo la voluntad de nuestro Padre Dios. Por eso, en la última sección no se tratan el enojo, la concupiscencia, el ser natural, el yo, la carne, la ansiedad ni la actitud que tenemos para con otros. Más bien, en esta sección leemos acerca de entrar por la puerta estrecha y andar en el camino angosto (7:13-14). También vemos que debemos construir una casa y hacer la voluntad del Padre (vs. 24-27, 21). Por lo tanto, la conclusión de la constitución del reino celestial nos hace entrar por la puerta estrecha y nos conduce al camino angosto; de esta manera podemos hacer la voluntad del Padre celestial y podemos construir una casa.

Al considerar la constitución del reino de los cielos en su totalidad, vemos que revela por completo cómo son los ciudadanos del reino, qué deben ser y qué deben hacer. También revela dónde están y adónde van. Revela que en el camino angosto, debemos hacer la voluntad del Padre y debemos construir una casa según la palabra del Padre celestial. En la última sección de la constitución no se encuentran el enojo, la concupiscencia, el yo, la carne, la ansiedad, ni nada acerca de la actitud que debemos tener para con otros. Al contrario, hay cuatro palabras cruciales: puerta, camino, voluntad y casa. Aquí tenemos la puerta estrecha, el camino angosto, la voluntad del Padre celestial y la casa construida sobre la roca, que es la palabra del Rey celestial. Si no somos las personas descritas en las nueve bendiciones y si no estamos cumpliendo con las leyes complementadas y cambiadas, no podemos entrar por la puerta estrecha, ni andar por el camino angosto, ni hacer la voluntad del Padre celestial, ni construir una casa sobre la roca. Así que, esta última sección es la consumación de la constitución.


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