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Estudio-vida de 2 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2362-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 45 de 59 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 CORINTIOS

MENSAJE CUARENTA Y CINCO

LOS MINISTROS DEL NUEVO PACTO

(14)

Lectura bíblica: 2 Co. 7:2-16

En 7:2 y 3 Pablo dice: “Dadnos cabida en vuestro corazón: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, de nadie hemos tomado ventaja. No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en nuestro corazón, para morir juntos y para vivir juntos”. Lo que dice Pablo aquí revela cuál profunda e íntima era su preocupación por los corintios. Sus palabras no meramente expresaban algo ético, religioso, espiritual o amoroso, pues uno puede pronunciar palabras de amor y sentir amor por otros, y aun así no preocuparse mucho por ellos. El amor que sentimos por los demás debe convertirse en una preocupación por ellos. Pablo tenía una preocupación así por los creyentes de Corinto.

Una madre no sólo siente amor por su hijo; también siente una profunda preocupación por él. Sólo una mujer con una preocupación así es apta para ser una madre idónea. Tal vez una mujer carezca de educación, pero si siente una profunda preocupación por sus hijos, ella está calificada para ser una buena madre. Por supuesto, el conocimiento y la habilidad ayudan, pero no son requisitos indispensables. Lo único que se requiere para ser una buena madre es sentir preocupación por sus propios hijos. El mismo principio rige con respecto al cuidado de la iglesia. No es suficiente que los ancianos sientan amor por la iglesia. Su amor debe convertirse en una profunda preocupación por cada uno de los jóvenes y hermanos débiles. Esta preocupación es lo que hace que nuestra labor sea fructífera. Todos necesitamos tener esta clase de preocupación por los demás.

Hace poco, mientras laboraba en este capítulo, me preguntaba qué palabra podía usar para describir el sentir de Pablo. Me di cuenta de que lo que Pablo dice en este capítulo no es algo meramente ético, moral, religioso o espiritual. Lo que dice aquí manifiesta una preocupación íntima, una profunda, tierna y afectuosa preocupación por los creyentes. En el versículo 2, Pablo dice: “Dadnos cabida”, y en el versículo 3, dice: “Estáis en nuestro corazón, para morir juntos y para vivir juntos”. Estas palabras no son ordinarias; más bien, son palabras que proceden del cielo, palabras que provienen del corazón de Dios. El anhelo de Pablo era que así como él tenía a los corintios en su corazón, él también pudiera estar en el corazón de ellos. Los creyentes corintios estaban en el corazón de Pablo, para vivir juntos y para morir juntos. Esto ciertamente expresa una íntima preocupación por ellos.

En el versículo 8 Pablo dice además: “Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa. Aunque sí me pesó entonces (porque veo que aquella carta, aunque por poco tiempo, os contristó)”. Con la palabra “carta” Pablo se refiere a la primera epístola que escribió a los corintios. Lo que dice en cuanto al pesar que sentía indica que él no solamente fue osado y franco al reprender a los creyentes en su primera epístola, sino que también fue tierno y dócil para con ellos. Las palabras “os contristé” del versículo 8 muestran que la primera epístola que el apóstol dirigió a los creyentes corintios, tuvo efecto en ellos.

PALABRAS SUAVES Y TIERNAS

En el versículo 8 Pablo usa la palabra “aunque” tres veces. Él dice: “Aunque os contristé”, “aunque sí me pesó”, y “aunque por poco tiempo”. ¿Por qué Pablo sigue diciendo: “aunque”? Según mi entendimiento, si elimináramos la palabra “aunque”, el tono de Pablo en este versículo sería demasiado recio. La adición de la palabra “aunque” tiene el efecto de suavizar lo que él dijo. Además, si no hubiera usado esta palabra, en el versículo 8, Pablo habría estado vindicándose firmemente y defendiéndose a sí mismo. Al añadir la palabra “aunque” tres veces, él reduce la impresión de que se está justificando.

Los hermanos casados deberían aprender de Pablo si desean evitar discusiones con sus esposas. Mientras el hermano conversa con su esposa, descubrirá que al insertar la palabra “aunque”, él puede suavizar lo que le dice y evitar ofenderla.

Además, con la palabra “aunque”, Pablo le da a sus palabras un matiz agradable. El uso de la palabra “aunque” en el versículo 8 puede compararse a añadir miel a una taza de té. Así como el sabor del té puede ser demasiado fuerte sin la miel, las palabras de Pablo habrían sido demasiado fuertes sin el repetido uso de la palabra “aunque”. Al usar esta palabra tres veces, Pablo suaviza sus palabras y las endulza.

Mientras Pablo escribía a los corintios, todos los hechos y los argumentos estaban a su favor. Los corintios no tenían caso alguno con qué refutarle. Puesto que Pablo había ganado el caso, fácilmente habría podido escribir algo que a los corintios les habría sido demasiado difícil de aceptar. Así que, al escribirles, Pablo fue sabio y tierno.

Si tenemos una preocupación íntima por los demás, seremos tiernos para con ellos. Una persona tosca e insensible no puede mostrar una profunda preocupación por otros. Si un marido no siente la debida preocupación por su esposa, posiblemente será estricto y exigente con ella. Pero si siente una preocupación íntima por ella, esto hará que él se vuelva tierno con ella. Una vez que nos convertimos en personas tiernas, nuestra manera de hablar será suave y dulce.

El versículo 8 definitivamente contiene el elemento de suavidad. Pablo dice: “Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa. Aunque sí me pesó entonces”. Con esto vemos lo blando que era en su manera de hablar. Pero supongamos que Pablo hubiese dicho: “Al escribirles la primera epístola, yo no hice nada malo y no siento ningún pesar”. Indudablemente, esa manera de hablar habría sido ofensiva. No obstante, Pablo no se expresó de esa manera. Él suavizó sus palabras al añadir la palabra “aunque”. De esta manera, Pablo expresó su tierno sentir por los creyentes.

Debe dejar una profunda impresión en nosotros el hecho de que la manera de hablar de Pablo en este versículo sea suave y dulce. Puesto que él habla de esta manera, sin importar lo que dice, no causa ninguna ofensa. La clase de expresión que Pablo usa en el versículo 8 no ofende a los demás. En lugar de ser duro y amargo, es dócil y dulce.

Al escribir a los corintios, Pablo no habló de manera apresurada. A menudo, cuando hablamos apresuradamente, expresamos enojo. Por ejemplo, si una hermana se queja de algo que ha hecho su marido, es posible que él conteste rápidamente: “¿Acaso he hecho algo mal? ¡Muéstrame en qué estoy equivocado!” Esta manera de hablar provoca el enojo. Para poder calmar la situación con su esposa, es mejor que el hermano no se apresure para hablar. Él debe hablar de una manera blanda y agradable. Así escribió Pablo a los corintios en el capítulo siete.

En este capítulo no encontramos teología, ética ni religión. En cierto sentido, ni siquiera encontramos espiritualidad. Sin la debida experiencia, no podemos describir lo que se revela en 2 Corintios 7. He empezado a entender este capítulo no solamente a través del estudio, sino también basado en la experiencia, aunque la mía ha sido limitada. Por experiencia, me he dado cuenta de que lo que Pablo habla aquí no es ni teología ni doctrina, ni ética ni moralidad, ni religión ni espiritualidad. Él comunica una preocupación tierna, profunda e íntima por los corintios. Sus palabras son muy conmovedoras.

Debido a que las palabras de Pablo expresaban lo tierno que él era y el hecho de que sentía una íntima preocupación por los creyentes, éstas tuvieron poder e impacto. Con ellas él los pudo conmover profundamente. Proverbios 25:15 dice: “La lengua blanda quebranta los huesos”. Aun un hueso duro puede ser quebrantado con suaves palabras de mansedumbre. Al hablar Pablo la verdad a los corintios y al presentarles los hechos con franqueza, él sabía que era difícil no condenar a los corintios. Sin embargo, la preocupación y ternura que sentía por ellos lo llevó a pronunciar palabras suaves y frases llenas de dulzura. Espero que todos podamos aprender de él.

En el versículo 9 Pablo dice: “Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte”. El arrepentimiento mencionado aquí era el resultado que el apóstol deseaba obtener al escribir su primera epístola. La primera epístola del apóstol contristó a los corintios según Dios, y no debido a ninguna otra cosa. Esto indica que habían sido conducidos de nuevo a Dios, o sea, reconciliados con Él.

En el versículo 9 pareciera que Pablo sólo trae a colación un punto pequeño, pero a propósito alarga su expresión. Esto también demuestra su ternura, su íntima preocupación.

En este versículo vemos que Pablo tenía un espíritu tierno y que todo su ser estaba lleno de dulzura. Tal vez se pregunten cómo sabemos esto. Sabemos que Pablo era una persona tierna con un espíritu y un ser interior dulces, debido a como él se expresa en este versículo. No obstante, no actuaba con diplomacia ni cortesía. El ser tierno, dócil y dulce es diferente de ser cortés. Una persona puede ser muy cortés, y no ser dócil o dulce en lo absoluto. Esa clase de cortesía carece de hermosura. Por una parte, alguien puede ser cortés; y por otra, al mismo tiempo puede ser tosco, altivo y orgulloso. Pablo, por el contrario, no era ni cortés ni diplomático, lo cual es aun peor que ser cortés. Él era tierno, dócil y dulce.


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