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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 42 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE CUARENTA Y DOS

LA SENDA QUE CONDUCE A LA GLORIA

(1)

El Evangelio de Mateo trata del reino de los cielos, y por eso Cristo es revelado en él como el Rey celestial. En los otros evangelios El es revelado como hombre (en Lucas), como esclavo (en Marcos), y como el Hijo de Dios (en Juan).

Los primeros trece capítulos de Mateo presentan muchos asuntos cruciales relacionados con Cristo. En el capítulo uno tenemos la genealogía y el nacimiento de Cristo. En el capítulo dos se presenta un relato de la juventud de Cristo. En el capítulo tres Cristo es recomendado por Juan el Bautista mediante el bautismo en agua, y ungido con el Espíritu. En el capítulo cuatro El es puesto a prueba, y luego comienza Su ministerio. Después de ser recomendado, ungido y probado, Cristo inició Su ministerio, al principio del cual, en los capítulos cinco, seis y siete, El promulgó la constitución del reino de los cielos. Después de emitir este decreto, descendió del monte para continuar Su ministerio. Dicho ministerio le proporcionaba excelentes oportunidades para revelar diferentes aspectos de Su persona a la gente. En el capítulo nueve Cristo se reveló como el Médico. Nosotros los seres caídos estamos enfermos y por eso necesitamos un médico. Debido a la urgente necesidad que tenemos de la sanidad del Señor, El primeramente se reveló como nuestro Médico, nuestro Sanador. Después de esto se reveló como el Novio, la persona más agradable; como nuestro Pastor, quien cuida de nosotros; y como el Señor de la mies de Dios. En el capítulo doce Cristo se reveló a Sí mismo como el David verdadero, el templo superior, el Señor del sábado, y como uno superior a Jonás y a Salomón. Si juntamos todos estos títulos —el Médico, el Novio, el Pastor, el Señor de la mies, el David verdadero, el Señor del sábado, el templo superior, el Jonás superior y el Salomón superior— comprenderemos lo mucho que es Cristo, el Rey de los cielos, para nosotros.

Además de todas estas revelaciones acerca de la persona de Cristo, en el capítulo nueve, el Señor reveló que El es la tela nueva no tratada, para la nueva vestidura, la cual es también El mismo. Además, El es el vino nuevo y aun el odre nuevo. ¿No desea usted disfrutar a Cristo como la nueva tela y como la nueva vestidura? ¿No quiere beber de El como el vino nuevo y preservar este disfrute como el odre nuevo? Yo ciertamente deseo esto.

Hemos señalado que Cristo como el Salvador y Rey es nuestro Médico. ¿Está usted enfermo o moribundo? Estoy preocupado de que algunos lectores de este mensaje estén moribundos, pero deben saber que Cristo es nuestro Médico, nuestro Sanador. Todo aquel que se encuentre enfermo o en condiciones de muerte, puede decir: “Señor Jesús, gracias, Tú eres mi Médico, mi Sanador. Yo creo que Tú me sanarás completamente”. Estoy seguro de que todos estamos bajo Su sanidad. Por lo tanto, tenemos buena salud. ¡Qué maravilloso es que Cristo sea nuestro Médico!

¡Cristo lo es todo para nosotros! Es nuestro Novio, y no hay persona más agradable que un novio. Tenemos el privilegio de disfrutar la mejor vida matrimonial con Cristo, nuestro Novio. Como nuestro Pastor, Cristo conoce nuestras necesidades y las suple. De manera que podemos olvidarnos de nuestras carencias porque El es nuestro Pastor. Cristo es el Señor de la mies de Dios. El es también el David verdadero, y nosotros somos Sus seguidores. Además, El es el templo superior, y nosotros somos los sacerdotes que sirven, adoran y ministran en El. No estamos ministrando en una religión, sino en una Persona que es el templo superior. Cristo es también el Señor del sábado, el Señor del reposo; así que no únicamente tenemos reposo sino al Señor del reposo. No necesitamos buscar reposo, porque tenemos al Señor. Finalmente, Cristo es uno mayor que Jonás y que Salomón, y es nuestro. El es el Profeta, el que nos dice lo que debemos hacer, el que nos guía, y es también nuestro maravilloso Rey, nuestro amado Salomón que vive en nosotros. ¡Oh, éste es nuestro Cristo!

Aunque por medio de Su ministerio Cristo fue revelado en tantos aspectos, este ministerio fue completamente rechazado. Al final del capítulo doce este rechazo llegó a su clímax, pues Cristo fue totalmente rechazado por aquella obstinada generación de judíos religiosos. El rechazo que ocurrió en el capítulo doce expuso el hecho de que esa generación había rechazado al Señor tan profunda y completamente que no quedaba manera de reformarlos; por eso, en cierto sentido el rechazo es imperdonable no sólo en esta era sino también en la venidera. Debido a que los judíos rechazaron al Rey celestial a tal grado, El los abandonó. El abandonó la relación natural que tenía con el pueblo judío, la cual se basaba en la carne, y negó la relación natural que tenía con Sus familiares. Al final del capítulo doce vemos que la consecuencia de que los judíos rechazaran al Rey fue que El los abandonara.

En el capítulo trece el Rey subió a una barca en el mar, lo cual significa que entró en la iglesia. En ella El reveló el misterio del reino de Dios. En otras palabras, reveló el misterio de la iglesia, la cual es el pulso vital, la misma realidad, del reino. Debido a que los misterios del reino fueron expresados en parábolas, sólo aquellos que lo amaban, lo seguían y eran uno con El, podían entenderlas. Hemos visto que el Señor promulgó la constitución del reino a la multitud sobre un monte. Pero en el capítulo trece El reveló el misterio del reino a Sus seguidores.

Después de que hemos visto la revelación de la persona de Cristo y la del misterio del reino de Dios, nosotros Sus seguidores tenemos que aprender la manera de seguirle. Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, y todos los otros discípulos sabían que el Señor era el Médico, el Novio, y el Pastor. Ellos entendieron muchos aspectos de Su persona; además, escucharon los misterios del reino. Pero ellos necesitaban descubrir la manera de seguirle. Por lo tanto, lo revelado a partir de la última sección del capítulo trece es el camino que debemos tomar para seguir a este Rey rechazado.

¿Cómo podemos seguir al Rey rechazado? Recordemos que Mateo no es principalmente un libro de hechos históricos sino de doctrinas. El Evangelio de Mateo no se narra según la secuencia de los hechos históricos, sino conforme a la secuencia doctrinal. En su evangelio, Mateo presenta la doctrina respecto al Rey celestial y a Su genealogía, nacimiento, juventud, recomendación, ungimiento, prueba, ministerio, revelación de Su persona, y la revelación de los misterios del reino. Después de ver todo esto, podemos decir: “¡Qué maravilloso! Ahora sabemos muchas cosas acerca del Rey y del reino. ¿Qué más necesitamos?” Lo que necesitamos es la manera de seguirlo. El es maravilloso, y el reino también lo es, pero lo que necesitamos saber es cómo entrar a este reino y cómo seguirle a El. Por lo tanto, desde la última sección del capítulo trece hasta la mitad del capítulo diecisiete, una larga sección de este libro de doctrinas, nos presenta un mapa que claramente nos enseña la senda que debemos tomar para seguir al Rey rechazado.

Si somos sinceros y fieles para con El, debemos estar en este camino siguiendo al Cristo que ha sido rechazado por esta generación. ¿Dónde estamos hoy? Podemos decir que estamos en el recobro del Señor, pero el recobro del Señor es la senda por la cual seguimos al Rey celestial rechazado. Este Rey fue rechazado por esta generación y todavía lo es. Sin embargo, nosotros optamos por seguirlo sabiendo que participaremos de Su rechazo. ¡Aleluya! Nosotros disfrutamos al Señor, pero también participamos de Su rechazo! El es el Rey rechazado y nosotros somos sus seguidores rechazados. El fue el primero en ser rechazado y sigue igual, y nosotros lo seguimos en la senda que conduce a la gloria. Al inicio de este camino no encontramos otra cosa que rechazos; no obstante, al final está la gloria, la manifestación del reino.

En este mensaje y en los siguientes tengo la carga de mostrarle a usted la manera de andar por esta senda que lleva a la gloria. Aunque usted puede estar siguiendo a Cristo, tal vez no conozca la manera de andar por esta senda. Para ir por ella, uno necesita un mapa. En este mensaje aprenderemos cómo leer este mapa. Nos encontramos siguiendo al Rey rechazado y nuestro destino es la gloria. ¡Cuánto agradecemos a Mateo por haber incluido en su libro de doctrinas, no sólo un diagrama del reino, sino también un mapa del camino, para que pudiéramos así entrar a este reino. Desde el final del capítulo trece hasta la mitad del diecisiete tenemos un mapa que nos muestra claramente la manera de ir por este camino mientras seguimos a nuestro amado Rey hacia la gloria.


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