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Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 73 de 79 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE SETENTA Y TRES

LA RESURRECCION DEL SALVADOR-HOMBRE

(4)

Lectura bíblica: 1 Co. 15:45; Jn. 14:16-20; 12:24b; 1 P. 1:3; Ef. 1:20-23

Este mensaje es la continuación del anterior, en el cual comenzamos a estudiar el aspecto subjetivo de la resurrección del Salvador-Hombre. El primer asunto que vimos al respecto fue que cuando el Salvador-Hombre resucitó, se transfiguró en Espíritu vivificante para entrar en Sus creyentes (1 Co. 15:45; Jn. 14:16-20).

EL PROCESO DE LA RESURRECCION

La resurrección del Salvador-Hombre fue un proceso. Este proceso comenzó inmediatamente después de que el Señor nació. Por lo tanto, no debemos pensar que Su resurrección comenzó en el tercer día después de Su crucifixión.

Si examinamos a fondo el Nuevo Testamento, entenderemos que la resurrección comienza con la muerte. En los treinta y tres años en que el Señor vivió como humano en la tierra, El experimentó la muerte, o sea, murió para Sí y para con todo lo que no era Dios. Por lo tanto, la vida que El llevó estaba en la muerte.

En Lucas 12:50 el Salvador-Hombre indicó que estaba muy angustiado y deseaba ser liberado: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!” La palabra griega traducida angustio puede también traducirse “constriño”. El Salvador-Hombre estaba constreñido en Su carne, de la cual se había vestido en la encarnación. Por lo tanto, necesitaba morir, ser bautizado en la muerte física, de manera que Su ser divino ilimitado e infinito, junto con Su vida divina, pudiesen ser liberados de El. En este versículo vemos que el Señor llevó una vida en la muerte, o sea murió para Sí, y que esta clase de vivir está relacionada con el proceso de resurrección.

Lo dicho por el en cuanto a considerarse como un grano de trigo nos muestra el hecho de que la resurrección comienza con la muerte: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Jn. 12:24). Cuando se siembra un grano de trigo en la tierra, allí muere, pero mientras que muere, también crece. Lo extraño es que, si un grano de trigo no muere, no crece. Supongamos que ponemos un grano de trigo en una mesa. Dicho grano no morirá, ni tampoco crecerá. Para que el grano de trigo crezca, debemos enterrarlo para que muera, ya que crece cuando muere. Si no muere, el grano de trigo no crecerá.

Ahora, tenemos que ver que la resurrección de un grano de trigo no comienza cuando brota de la tierra. Cuando el grano de trigo brota de esta manera, algunos tal vez digan: “¡Mirad, vemos la resurrección del grano de trigo!” No es incorrecto decir que el brote del grano de trigo tiene que ver con la resurrección. Pero lo que estamos recalcando aquí es que la resurrección de un grano de trigo no comienza con el brote del grano, sino mucho antes. La resurrección de un grano de trigo comienza con la muerte del grano.

Teniendo presente el ejemplo de un grano de trigo que muere y crece, podemos ver que mientras Cristo moría, al mismo tiempo resucitaba. ¿Cuándo comenzó la resurrección de Cristo? No debemos decir que comenzó tres días después de Su crucifixión. Según el cuadro del grano de trigo que muere y crece, la resurrección de Cristo comenzó mientras moría. El mismo se comparó con un grano de trigo que cae en la tierra para morir, a fin de que se produzcan muchos granos. El Señor Jesús, como el grano de trigo, crecía, brotaba y resucitaba, aún cuando moría.

MUERE PARA VIVIR

Ahora que tenemos el principio de que la resurrección del Salvador-Hombre comenzó cuando El moría, tenemos que hacernos una pregunta: ¿Cuándo murió el Señor Jesús? ¿Murió en el día de la Pascua? El Nuevo Testamento indica que El comenzó a morir inmediatamente al nacer. A lo largo de los años que estuvo en la tierra, El moría para vivir. Diariamente, a cada instante, moría. Esto quiere decir que cuando vivía en la casa de un carpintero pobre, en realidad moría. Por lo tanto, el proceso de Su resurrección comenzó mientras moría.

Es significativo que el Señor Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn. 11:25). El Señor no dijo que El es la vida y la resurrección, sino que El es la resurrección, y luego, la vida. ¿Por qué se menciona primero la resurrección en Juan 11:25? Porque a lo largo de Su vida, el Señor Jesús moría y resucitaba al mismo tiempo.

Cuando el Señor Jesús dijo a Marta que su hermano resucitaría otra vez, ella contestó: “Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero”. Marta veía la resurrección como algo del futuro, antes del milenio. Por lo tanto, el Señor le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida”. Dijo que El es la resurrección ahora, la resurrección en el presente. No dijo: “Yo seré la resurrección”, sino: “Yo soy la resurrección”. El Señor podía decir esto porque mientras vivía como ser humano, resucitaba al morir.

¿Cuándo comenzó la muerte del Señor? Su muerte comenzó inmediatamente después de nacer. ¿Cuándo comenzó la resurrección del Señor? Su resurrección comenzó mientras moría. El Salvador-Hombre moría para vivir, y vivía al morir.

La vida que el Señor llevó en la tierra por treinta y tres años y medio fue una vida de morir para vivir, o sea, una vida en la cual vivía al morir. Finalmente, Su muerte se completó en la cruz, y Su resurrección se completó en el tercer día después de Su crucifixión. Su muerte tuvo un comienzo y también un final, al igual que Su resurrección. Les animo a llevar este asunto al Señor en oración.

¡Alabado sea el Señor porque El era el Salvador-Hombre, quien moría para vivir, y vivía al morir! Cuando vivía, moría y al mismo tiempo que moría, resucitaba. Los treinta y tres años y medio de vivir en la tierra fue un largo proceso de muerte y de resurrección. En El, la resurrección y la muerte iban juntas.

Conforme a nuestra opinión, quizás pensemos que el Señor Jesús debió haberle dicho a Marta: “¿Sabes que Yo soy la vida? Un día moriré, y luego seré la resurrección”. Sin embargo, el Señor le dijo que El era la resurrección y la vida. El hecho de que El era la resurrección demuestra también que El era la vida. Si El no hubiera resucitado, no habría podido vivir.

Cuando una persona nace, ¿empieza a vivir o a morir? En realidad, tan pronto como una persona nace, empieza a morir. La muerte, por lo tanto, no es un accidente. Al contrario, la muerte es un proceso. Para algunos, este proceso es corto; para otros, es muy largo. Pero sin importar el caso, todos los incrédulos están en el proceso de muerte.

¿Cuál es nuestra situación los creyentes? ¿Morimos o vivimos? Hoy nosotros, los creyentes, morimos para vivir, y vivimos al morir. Los incrédulos sólo mueren, pero nosotros morimos y vivimos, o sea, estamos en la muerte y en la resurrección. En realidad, cuanto más morimos, más resucitamos.


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