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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 91 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE NOVENTA Y UNO

LA FE, NO LA DOCTRINA

Lectura bíblica: Ef. 4:13-14; Jud. 3; 1 Ti. 1:19; 3:9; 6:12a;
2 Ti. 4:7; Tit. 1:4, 13b

En 4:13 Pablo habla de la unidad de la fe, y en 4:14, de los vientos de enseñanza, esto es, de la doctrina. Esto indica que debemos distinguir entre la fe y la doctrina. En cuanto a la fe, es decir, en lo que debemos creer para ser salvos, el Nuevo Testamento es firme, preciso y coherente. En Judas 3 se nos dice que debemos incluso “contender ardientemente por la fe que ha sido trasmitida a los santos una vez para siempre”. En cuanto a la fe, debemos estar listos para contender. No simplemente debemos insistir en la fe y defenderla, sino pelear por ella a cualquier precio, aun a costo de nuestra propia vida. La fe por la cual debemos contender es la común fe, la fe cristiana, la fe que nos salva.

LIBERALES PARA CON LOS DEMAS
EN RELACION CON LA DOCTRINA

Por otro lado, el Nuevo Testamento nunca nos exhorta a contender por la doctrina; antes bien, toma una postura liberal al respecto. Tomemos el ejemplo de comer de lo sacrificado a los ídolos. Tal vez nos sorprenda lo que Pablo escribió al respecto en Romanos y en 1 Corintios. En algunos pasajes él indica que es permitido hacerlo, mientras que en otros, firmemente nos exhorta en contra de esta práctica. Hace años, dediqué bastante tiempo tratando de entender esto. Preocupado por lo que parecía ser una contradicción en los escritos de Pablo, me preguntaba por qué él no nos dijo de una manera clara y definitiva si se puede o no comer cosas sacrificadas a los ídolos. No fue sino hasta después que fui liberado de la preocupación doctrinal que logré entender que Pablo, al escribir sobre este asunto, expresó una opinión diferente en distintas ocasiones porque él era liberal con respecto a la doctrina. El sabía que bajo ciertas circunstancias era permitido comer de lo sacrificado a ídolos, mientras que en otras, no. Sólo cuando dejamos de preocuparnos por la doctrina entendemos que la respuesta a ciertos asuntos doctrinales depende de las circunstancias. Por esta razón Pablo pudo decir una cosa en una ocasión, y algo distinto en otra.

CUATRO ELEMENTOS NEGATIVOS

Pablo no tomó una postura concreta en cuanto a comer carne o a observar ciertos días; con relación a esto, él fue más bien liberal. Sin embargo, en Romanos 16:17, dijo firmemente: “Ahora bien, os exhorto, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la enseñanza que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”. En cuanto a las doctrinas, Pablo era liberal, pero con respecto a la división, se expresó de manera muy precisa. El nos pide que señalemos a los que causan división y que los evitemos.

En 1 Corintios 5:7-11 Pablo habla sobre la fornicación y la idolatría. En el versículo 9, él exhorta a los santos a no mezclarse con los fornicarios. La fornicación daña la humanidad, y la idolatría ofende a Dios. Aunque Pablo fue liberal con respecto a la doctrina, no toleró nada que estuviese relacionado con la fornicación o la idolatría. En cuanto a esto, tomó una postura firme y definida.

En Tito 3:10, Pablo declara: “Al hombre que cause disensiones, después de una y otra amonestación deséchalo”. El que causa divisiones es un disidente, es sectario, así que, si después de recibir dos o tres amonestaciones, persiste en causar divisiones, se le debe desechar; no debe haber concesión ni neutralidad. Por tanto, con relación a la idolatría, a la fornicación y a la división, Pablo fue muy estricto, y así también debemos ser nosotros.

Según 2 Juan vemos que debemos rechazar también a los que niegan la encarnación de Cristo. El versículo 7 dice: “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo”. Este versículo indica que aun en el primer siglo hubo quienes se llamaban cristianos, aunque no confesaban que Cristo era Dios que había venido en carne; en otras palabras, negaban el hecho de que Cristo era Dios encarnado. En el versículo 9, el escritor añade: “Cualquiera que se extravía, y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en esta enseñanza, ése sí tiene al Padre y al Hijo”. La palabra “extravía” significa ir más allá. La Biblia revela que Cristo es el Dios encarnado. Los que negaban esto se extraviaron, abandonaron la enseñanza de que Cristo es el Dios encarnado. Por ello, el apóstol Juan previene a los creyentes en cuanto a esta clase de personas, diciendo: “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta enseñanza, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Regocíjate! Porque el que le dice: ¡Regocíjate! participa en sus malas obras” (vs. 10-11). No podemos recibir a los que niegan la encarnación de Cristo.

Conforme al Nuevo Testamento, hay cuatro cosas que no se deben tolerar: la idolatría, la fornicación, la división y la negación de la deidad de Cristo. En cuanto a la fe, debemos ser valientes, firmes y claros, listos para contender por la fe que fue trasmitida a los santos, pero, en cuanto a las doctrinas, debemos ser liberales para con otros. No obstante, no debemos tolerar la idolatría, la fornicación, la división, ni la negación de la encarnación de Cristo.


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