Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 41 de 120 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE CUARENTA Y UNO

VIVIR POR LA FE

En toda la historia humana, ningún libro ha sido tan maravilloso como la Biblia. El Génesis, el primer libro de la Biblia, no es un libro de doctrina, sino de historia. No es una historia de estilo humano, sino de estilo totalmente divino. Génesis usa las biografías de algunos santos antiguos para comunicarnos algo sumamente divino. La revelación divina está contenida en las vidas humanas, en las historias humanas, de la personas mencionadas en Génesis. En este mensaje veremos la revelación divina hallada en la experiencia de Abraham, quien vivió por la fe.

b. Vivir por la fe

En mensajes anteriores vimos que la experiencia de los llamados presenta tres aspectos: los aspectos de Abraham, Isaac y Jacob. La primera etapa del primer aspecto, el de Abraham, fue el llamado que éste recibió de Dios. Ya tratamos este punto detalladamente en los dos mensajes anteriores. Ahora llegamos a la segunda etapa de la experiencia de Abraham: vivir por la fe, o podemos decir, llevar una vida por fe. Cuando hablamos de una vida por fe, no nos referimos a la vida interior sino a la vida exterior, es decir, el vivir diario, el andar diario de los llamados. El andar diario no es conforme a la vista, sino que se lleva a cabo por la fe (2 Co. 5:7).

La historia de Abraham es una semilla. Toda la biografía de Abraham constituye una semilla. No se trata de una semilla doctrinal sino de la semilla de nuestra historia. La historia de Abraham es la semilla de nuestra historia porque nuestra historia se desarrolla a partir de su historia. En cierto sentido, nosotros y Abraham somos uno en la experiencia de vida. Nosotros los creyentes somos los verdaderos descendientes de Abraham, y él es el verdadero padre de todos los que han sido llamados por Dios. Cuando leemos su biografía, leemos también la nuestra. Su historia nos concierne a nosotros. Al leer todos los capítulos de Génesis acerca de Abraham, debemos leerlos teniendo en cuenta que su historia es la nuestra.

Necesitamos considerar los pasos que debemos dar para seguir al Señor. El primer paso es el llamado, y el segundo es el vivir por la fe. ¿Ha sido usted llamado? Usted debe responder con firmeza: “Amén, he sido llamado”. Abraham fue el primero en ser llamado, y como ya vimos, él no respondió al llamado de Dios de una forma definida, sino con indecisión, deteniéndose en el lodo y en el agua. Nuestra historia es idéntica. Nuestra respuesta al llamado del Señor fue exactamente la misma que la suya. En principio, la semilla se encuentra en pequeña escala, el crecimiento está en una escala superior, y la cosecha en una escala aún mayor. Vimos ya que cuando Abraham salió de Harán, tomó consigo a Lot. ¿No trajo usted a Lot consigo? Si Abraham, la semilla, trajo consigo a un solo Lot, entonces es probable que cada uno de nosotros haya traído a muchos Lot. Me temo que algunos lectores se han llevado más de diez Lot con ellos. Con eso vemos que nuestra historia se encuentra en la biografía de Abraham.

Por mucho que Abraham se haya detenido en el lodo y en el agua, Dios de todos modos seguía siendo soberano. Dios es Dios. Abraham no sólo fue llamado, sino también capturado. El salió de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre, y fue llevado a More, el lugar donde Dios quería que se estableciera y donde se le volvió a aparecer (12:6-7). La segunda aparición de Dios fue un sello para la respuesta de Abraham a Su llamado. El llamado de Dios fue claro, pero la respuesta de Abraham no lo fue. No obstante, Dios finalmente recibió una respuesta definitiva a Su llamado. No me preocupa lo mucho que los hermanos y hermanas jóvenes se detengan en su indecisión. Tarde o temprano serán totalmente cautivados. Los obreros cristianos y los hermanos que van delante deben tener una fe que nunca se desilusione de los hermanos y las hermanas. No piensen jamás que cierto hermano es un caso perdido. Por el contrario, debemos decir que ese hermano tiene mucha esperanza. Simplemente espere un tiempo y verá que todos irán a More.

1) La fuerza: la aparición de Dios

En More Dios se volvió a aparecer a Abraham y éste volvió a encontrarse con Dios (12:6). A usted que afirma ser llamado, quisiera preguntarle: ¿Cuál es el sello de su llamado? El sello de nuestro llamado es la nueva aparición de Dios. La segunda aparición de Dios, Su regreso a nosotros, es el sello de nuestra respuesta a Su llamado. La segunda aparición de Dios a Abraham fue la fuerza que lo capacitó para vivir por la fe.

Si usted lee el relato de Génesis, verá que en los días de Abraham, la humanidad construía una ciudad fuerte para su protección y erigía una torre alta para hacerse un nombre. En esto consistía el vivir de la humanidad en Babel. Pero Abraham vivió de manera totalmente distinta. Su vivir fue un testimonio en contra de la manera en que vivía la humanidad, la cual se manifestó plenamente en Babel. Como vimos en el mensaje treinta y seis, en Babel había una gran ciudad construida por los hombres. Esta ciudad no fue construida con piedras, las cuales Dios creó, sino con ladrillos hechos por los hombres. Estos ladrillos fueron hechos aniquilando el elemento de la tierra que produce vida. Sin embargo, Abraham, el llamado, no vivía así. Abraham no tenía ninguna relación con la ciudad ni con la torre. Después de la segunda aparición de Dios, lo cual sirvió como sello de la respuesta de Abraham a dicho llamado, éste construyó inmediatamente un altar, no para hacerse un nombre, sino para invocar el nombre del Señor. ¿Por qué hizo Abraham eso? Porque había recibido la segunda aparición de Dios. ¿Cómo pudo hacerlo? También por haber recibido la segunda aparición de Dios. Recuerde que el relato de Génesis acerca de Abraham constituye una biografía, y no una doctrina ni una religión ni una tradición. Abraham no construyó un altar por causa de la enseñanza ni de la tradición religiosa, sino porque Dios se le había aparecido. La segunda aparición de Dios lo fue todo para él. No sólo selló la respuesta de Abraham al llamado de Dios, sino que también le dio la fuerza para vivir de una manera totalmente distinta a esta humanidad. Lo hizo vivir como un testimonio en contra de su generación. El altar que Abraham construyó era un testimonio en contra de la torre de Babel.


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