Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 116 de 185 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO DIECISEIS

LAS VESTIDURAS SACERDOTALES
(1)

Lectura bíblica: Ex. 28:1-4; 1 P. 2:5, 9; Ap. 1:6; 5:9-10

Si queremos entender cualquier libro de la Biblia, o cualquier capítulo, del Antiguo o del Nuevo Testamento, necesitamos conocer el pensamiento fundamental del mismo. Necesitamos conocer cuál es su concepto oculto. En este caso, debemos saber cuál es el pensamiento fundamental que conecta a los capítulos veintisiete y veintiocho de Exodo. ¿Por qué el relato divino habla acerca de las vestiduras sacerdotales justo luego de la descripción del tabernáculo? Es un poco difícil encontrar la respuesta. Nunca he leído algún escrito que explique por qué al final del capítulo veintisiete, luego del relato del tabernáculo, tenemos una sección extensa acerca del sacerdocio. Por lo tanto, necesitamos descubrir por qué al relato del sacerdocio le sigue al tabernáculo.

EL TABERNACULO Y EL SACERDOCIO

Los últimos dos versículos del capítulo veintisiete hablan acerca del alumbrado de las lámparas del tabernáculo. Estos versículos nos proporcionan la respuesta que buscábamos: no podemos tener el tabernáculo sin el sacerdocio, tampoco podemos tener el sacerdocio sin el tabernáculo. Estos versículos demuestran que una vez edificado el tabernáculo, se necesitaba que el sacerdocio encendiera las lámparas. Esto indica, desde el punto de vista espiritual, que el sacerdocio y el tabernáculo forman una sola entidad. En la tipología de estos dos capítulos, Dios nos revela que Su pueblo redimido es el tabernáculo y también el sacerdocio.

El tabernáculo es la morada de Dios. Pero, ¿cómo es posible que tal morada sea un pueblo viviente? El cumplimiento de estos tipos en el Nuevo Testamento pone al tabernáculo y al sacerdocio juntos. En 1 Pedro 2:5 dice que somos edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo. La gramática de este versículo nos muestra que la casa espiritual y el sacerdocio santo están en aposición. Esto quiere decir que estos términos se refieren a la misma cosa. Así que la casa espiritual es el sacerdocio santo.

La palabra sacerdocio se refiere a dos cosas. En primer lugar, denota el conjunto de sacerdotes, un grupo de sacerdotes que trabajan y sirven juntos. Segundo, denota el servicio sacerdotal, el trabajo o ministerio que llevan a cabo los sacerdotes. Muchos lectores de la Biblia dan énfasis al segundo significado. ¿Qué entendía usted antes cuando leía la palabra sacerdocio en 1 Pedro 2:5? El original en griego tiene dos palabras distintas que denotan el sacerdocio como un cuerpo sacerdotal y como el servicio sacerdotal.

En 1 Pedro 2:5 el sacerdocio no se refiere a la función de los sacerdotes, sino al grupo de sacerdotes que viven, sirven, y trabajan juntos. Aquí el sacerdocio no es un servicio; es un conjunto de sacerdotes que han sido edificados juntos para vivir y servir como una entidad. Este sacerdocio es una casa. De igual modo, los santos que han sido edificados juntos son una casa espiritual. Esta es un pueblo. Mi punto es que la casa y el sacerdocio son una sola entidad.

La iglesia hoy es primeramente la casa de Dios. Nosotros, los creyentes estamos siendo edificados juntamente hasta ser una casa espiritual. Esta casa es un cuerpo que sirve, a saber, un pueblo que sirve. El término bíblico para esta unidad es el sacerdocio.

UNA CASA VIVIENTE

No somos una casa sin vida. Por el contrario, somos una casa llena de vida. Aunque me gusta mucho el salón de reunión en Anaheim, no se compara con la casa espiritual de Dios, ya que no tiene vida. La acústica es excelente, y las escaleras son muy apropiadas, pero, en este edificio no hay vida. La iglesia como la casa espiritual de Dios no puede carecer de vida. Sin embargo, por muchas generaciones los cristianos no se han dado cuenta de que la iglesia debe ser algo viviente. Algunos al hablar de la iglesia se refieren a un edificio tal como una capilla o una catedral. La iglesia no es una entidad sin vida. Más bien, la iglesia se constituye de Cristo y su pueblo redimido. Esto significa que la iglesia es viviente. Por lo tanto, nunca debemos referirnos a la iglesia como un edificio. Una capilla, una catedral o un salón de reunión no son la iglesia. Todos necesitamos ser liberados de la tradición y dejar de referirnos al lugar donde nos reunimos como la iglesia. La iglesia es una casa edificada con vida, llena de vida y se constituye de vida.

Si la iglesia como la casa de Dios no se constituyera de vida y no fuese edificada con vida, ¿cómo podría ser el sacerdocio? Esto sería imposible. El sacerdocio es un grupo de personas que están llenas de vida.

Por un lado, nosotros los creyentes, somos una casa espiritual, por otro, somos el sacerdocio, un conjunto de sacerdotes. La casa y el sacerdocio son uno. La casa espiritual es el sacerdocio, y el sacerdocio es la casa espiritual.


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