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Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
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ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE DIECIOCHO

EL REPOSO SABÁTICO
QUE QUEDA PARA EL PUEBLO DE DIOS

(1)

En este mensaje hablaremos del reposo sabático (4:9). ¿En qué consiste el reposo sabático? Como dije anteriormente, a lo largo de los siglos ha sido difícil para los cristianos entender lo que significa la buena tierra de Canaán. Del mismo modo, los cristianos tampoco han podido entender adecuadamente en qué consiste el reposo sabático revelado en Hebreos 4. Algunos dicen que el reposo sabático en este capítulo se refiere al milenio. Afirman que el reino milenario, que durará mil años (Ap. 20:4), será el séptimo periodo de mil años y que los primeros seis mil años transcurren desde el tiempo de la creación de Adán hasta el tiempo del regreso del Señor. Esta idea se basa en el hecho de que a los ojos del Señor mil años son como un día (2 P. 3:8). Según aquellos que sostienen esta idea, seis días equivalen a seis mil años, y el séptimo día corresponde al séptimo periodo de mil años, que será el reposo sabático durante el milenio. Nunca estuve satisfecho con esta interpretación. Afirmar que el reposo sabático mencionado en 4:9 sencillamente se refiere al reino milenario, no es muy exacto; es sólo parcialmente correcto.

I. LA PRIMERA MENCIÓN DEL REPOSO SABÁTICO

A fin de entender correctamente lo que significa el reposo sabático, debemos estudiar la primera vez que este asunto se menciona en la Biblia. La primera vez que la Biblia menciona el sábado es inmediatamente después de la creación del hombre (Gn. 2:2-3). Muchos cristianos consideran este asunto de forma muy superficial y lo único que ven es que el sábado correspondía al séptimo día, el día en que Dios descansó después de concluir Su labor de creación. Si bien esto es correcto, debemos estudiar el contenido de este pasaje. ¿Por qué no descansó Dios en el quinto día? Quizá algunos digan que no descansó en el quinto día porque aún no había finalizado Su labor. Esto es cierto, pero ¿qué le faltaba a Dios? Es muy importante que veamos esto.

Conforme a la narración de Génesis 1, Dios creó todas las cosas por medio de Su palabra, llamando las cosas que no son como existentes. No obstante, la creación del hombre no se efectuó de la misma manera. Dios no creó al hombre simplemente exclamando: “Sea el hombre”, para que la humanidad llegase a existir. No, más bien, Dios hizo al hombre del polvo de la tierra (2:7). Ninguna otra cosa fue hecha con una sustancia material. Cuando Dios quiso que existiera la luz, Él dijo: “Sea la luz”, y fue la luz. Sin embargo, la creación del hombre fue completamente distinta. Cuando Dios creó al hombre, Él no llamó las cosas que no son como si existiesen. En lugar de ello, vemos que primero hubo una conferencia entre las Personas de la Deidad (1:26), y luego Dios usó cierto material, el polvo de la tierra, para crear al hombre. Si el hombre no hubiera sido creado en el sexto día, Dios no habría podido reposar en el séptimo día, aun cuando todo lo demás ya hubiera sido creado. En realidad, lo que hizo que Dios descansara no fue la finalización de la labor, sino la creación del hombre. Después de que Dios creó al hombre, Él se sintió satisfecho y pudo descansar.

¿Cómo podemos demostrar esto? Observando que en todos los días de la creación, con excepción del segundo día, Dios vio lo que había hecho y dijo que era bueno. Pero al final del sexto día, después de que el hombre había sido creado, Dios vio todo lo que había hecho y dijo que era bueno “en gran manera” (v. 31). Al decir que todo era “bueno en gran manera”, quiso decir que se sentía satisfecho. Así que, al final del sexto día, al ver que el hombre tenía Su imagen para expresarle y que se le había encomendado Su autoridad para representarle, Dios se sintió satisfecho y dijo que esto era “bueno en gran manera”.

La manera en que estudiamos la Biblia se halla grandemente influenciada por el bagaje religioso que traemos. Aun antes de empezar a leer la Biblia, ya teníamos nuestras propias ideas de ella. Estos conceptos resultan dañinos. Antes de que pudiéramos ver los “colores” de la Biblia, ya nos habíamos puesto lentes de un determinado color. Como resultado, no pudimos ver los verdaderos colores de las Escrituras. Debemos, por tanto, despojarnos de esos “lentes” y estudiar la Biblia con toda pureza. Es por eso que recalco, una y otra vez, que debemos regresar a la palabra pura de Dios y volverla a leer y estudiar. Debemos olvidarnos de lo que escuchamos en el pasado sobre Génesis 1. Si usted vuelve a leer Génesis 1 y 2, descubrirá que Dios reposó en el séptimo día, no principalmente porque hubiera concluido Su labor, sino porque había obtenido lo que deseaba. Lo que Dios deseaba no era terminar Su labor; más bien, lo que deseaba era que la humanidad le expresara y representara aquí en la tierra. Éste es el anhelo de Su corazón. Siempre y cuando Dios obtenga esto, Él quedará satisfecho. Lo que satisface Su corazón es que el hombre lo exprese y represente aquí en la tierra. Después de que Dios obtuvo esto, Él reposó en el séptimo día.


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