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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 147 de 185 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO CUARENTA Y SIETE

EL ALTAR DE ORO PARA EL INCIENSO
(1)

Lectura bíblica: Ex. 30:1-5; 37:25-28

Después de tantos mensajes acerca del capítulo veintinueve, ahora llegamos a un asunto maravilloso que aparece en el capítulo treinta: el altar del incienso dorado para el incienso (30:1-5).

Al estudiar los tipos que aparecen en el Antiguo Testamento, en especial los de Exodo y Levítico, lo más difícil de ver es como aplicarlos a nuestra vida cristiana cotidiana. No es tan difícil estudiarlos y entenderlos de una forma doctrinal. Pero aplicar estos tipos de una manera practica a nuestra vida diaria como cristianos requiere de cierta experiencia.

ES EL LUGAR DONDE COMIENZA
EL SERVICIO SACERDOTAL

En cuanto al altar del incienso, quisiera preguntarles esto: ¿Por qué el altar del incienso es una de las últimas cosas que se revelan en el libro de Exodo? Si leemos el capítulo veinticinco nos damos cuenta de que la primera cosa que se revela es el arca. El relato continúa con la mesa, el candelero y la edificación del tabernáculo. Mientras leemos los capítulos veinticinco y veintiséis, nos preguntaremos por qué no se menciona el altar del incienso es esta sección. Además, el capítulo veintisiete describe el altar de bronce y el atrio del tabernáculo; el veintiocho habla de las vestiduras sacerdotales; y el veintinueve se relaciona con la santificación de los sacerdotes. De hecho, Exodo 29 se trata de la comida de los sacerdotes. Por lo tanto, el capítulo veintiocho habla acerca de la vestimenta de los sacerdotes, y el veintinueve, de su comida. Después de todo esto en 30:1-5 tenemos la descripción del altar dorado para el incienso. Por ende, el altar del incienso el último mobiliario del tabernáculo que se revela. Este se describe después de la revelación del tabernáculo con el resto del mobiliario y la preparación del sacerdocio. O sea, el altar del incienso es mencionado una vez el tabernáculo junto con el resto del mobiliario ha sido revelado.

Ya vimos que el altar del incienso se describe después del capítulo concerniente a la santificación de los sacerdotes. Cuando los sacerdotes están vestidos y comen, son manos están llenas, y están listos para servirle a Dios. Al final del capítulo veintinueve el tabernáculo junto con su mobiliario está listo, así como el sacerdocio. En ese momento es que comienza el servicio santo. Pero, ¿con qué debe comenzar este servicio santo, este servicio sacerdotal? Tal vez algunos piensen que este servicio sacerdotal debería comenzar con el altar del holocausto. Sin embargo, según el relato divino que aparece en Exodo, este servicio comienza con el candelero dorado para el incienso, el cual es el segundo altar.

En cuanto al tabernáculo, hay dos altares: el altar del holocausto que estaba en el atrio, el primer altar, y el altar dorado para el incienso que estaba en el Lugar Santo, el segundo altar. Ante los ojos de Dios, el servicio sacerdotal comienza en el altar del incienso, el lugar donde se ofrecen las oraciones a Dios. Yo creo que en nuestra vida cristiana es muy útil que estudiemos por un tiempo la importancia de que el servicio sacerdotal comience en el altar del incienso.

LA POSICION DEL ALTAR DEL INCIENSO

A fin de que nos impresione la importancia del altar del incienso, les pido que presten atención al diagrama del tabernáculo que se encuentra en este mensaje. La entrada al atrio está al este, hacia la salida del sol. El altar del holocausto y el lavacro estaban en el atrio. El tabernáculo, una estructura que medía treinta codos de largo, diez de ancho y diez de alto, se dividía en dos partes: el Lugar Santo, el cual medía veinte codos por diez, y el Lugar Santísimo, que era un cubo que medía diez codos de largo, de ancho y de alto. La mesa estaba al lado norte del Lugar Santo, y el candelero estaba al sur. El arca, el punto de enfoque de todo el tabernáculo, estaba en el Lugar Santísimo. Pero, ¿dónde estaba el altar del incienso? En el Lugar Santo, muy cerca del velo que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo.

De hecho existe cierta ambigüedad en las Escrituras en cuanto a la localización del altar del incienso. Es difícil decir si estaba fuera del velo o dentro de este. En relación con la localización del altar del incienso, aparentemente hay una discrepancia entre lo que se menciona en el Antiguo Testamento y lo que se menciona en el Nuevo Testamento. Exodo 30:6 dice que el altar del incienso estaba “antes del velo”, es decir, fuera del velo. Esto indica claramente que el altar del incienso se encontraba en el Lugar Santo, el cual estaba fuera del velo, y no en el Lugar Santísimo, el cual estaba dentro del velo. Pero en Hebreos 9:4 dice que el Lugar Santísimo contenía el altar del incienso. Por lo tanto, muchos maestros cristianos y lectores de la Biblia piensan que debe haber ocurrido algún error. ¡Sin embargo este no es el caso! Conforme a varios puntos la aparente discrepancia tiene un gran significado espiritual.

En primer lugar, el relato del Antiguo Testamento acerca de la localización del altar del incienso implica la relación más cercana del altar con el arca del testimonio, sobre el cual estaba la cubierta del propiciatorio, donde Dios se reunía con su pueblo (Ex. 30:6). El relato dice que el altar del incienso estaba colocado “antes del arca del testimonio”, sin hacer mención de la separación del velo que estaba entre ellos (Ex. 40:5).

Segundo, según otra versión, en 1 Reyes 6:22 dice que el altar del incienso “pertenecía al oráculo”. El “oráculo” aquí significa el lugar donde Dios habla; denota el Lugar Santísimo, en el cual estaba el arca del testimonio junto con la cubierta del propiciatorio, donde Dios hablaba a Su pueblo. Por lo tanto, el Antiguo Testamento ya había indicado que el altar del incienso pertenecía al Lugar Santísimo. (Aunque estaba en el Lugar Santo, su función se relacionaba con el arca del testimonio dentro del Lugar Santísimo. En el día de la expiación, tanto el altar del incienso como el la cubierta del propiciatorio del arca del testimonio se rociaban con la misma sangre para expiación, Exodo 30:10; Lv. 16:15-16). Por lo tanto, en Exodo 26:35 sólo se menciona que la mesa y el candelero estaban en el Lugar Santo. No se menciona el altar del incienso.

En tercer lugar, el altar del incienso está relacionado con la oración (Lc. 1:10-11), y en Hebreos vemos que orar es entrar en el Lugar Santísimo (He. 10:9) e ir al trono de la gracia, representado por la cubierta del propiciatorio sobre le arca del testimonio que estaba en el Lugar Santísimo. A menudo nuestras oraciones comienzan en nuestra mente, la cual es parte de nuestra alma, y que es representada por el Lugar Santo. Pero nuestras oraciones nos deben llevar a nuestro espíritu, que es representado por el Lugar Santísimo. Debido a todos estos puntos, el escritor de Hebreos calcula que el altar del incienso pertenecía al Lugar Santísimo. Hebreos 9:4 no dice que el altar de oro para el incienso estaba en el Lugar Santísimo, como el candelero y la mesa estaban en el Lugar Santo en el versículo 2. Lo que dice es que el Lugar Santísimo tenía un altar de oro, ya que pertenecía al Lugar Santísimo. Este concepto encaja con todo el énfasis del libro de Hebreos, este es, que debemos pasar del alma (representada por el Lugar Santo) al espíritu (representado por el Lugar Santísimo).


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