Información del libro

Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 41 de 69 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE CUARENTA Y UNO

EL NUEVO PACTO Y EL TESTAMENTO NUEVO

En este mensaje hablaremos de dos asuntos de suma importancia: el nuevo pacto y el testamento nuevo. En griego se usa la misma palabra tanto para pacto como para testamento. Se traduce pacto o testamento, dependiendo de si la persona que consuma el pacto aún vive o ha muerto. Si la persona aún vive, el pacto sigue siendo un pacto; pero si ha muerto, entonces el pacto inmediatamente se convierte en un testamento. Un pacto es un acuerdo que contiene algunas promesas para llevar a cabo ciertas cosas a favor de las personas con quienes fue hecho el pacto, mientras que un testamento es un documento que contiene ciertas cosas ya cumplidas y legadas al heredero. El nuevo pacto que fue consumado con la sangre de Cristo no es solamente un pacto, sino también un testamento en el cual nos han sido legadas todas las cosas logradas por la muerte de Cristo. La palabra testamento es equivalente a la palabra moderna legado, lo que se da por herencia. Por lo general, cuando un padre se entera de que pronto va morir, prepara un testamento en el que adjudica sus bienes a sus hijos. Un testamento sólo se hace efectivo después de que el testador muere. Resumiendo, las palabras pacto y testamento significan lo mismo; la única diferencia es que, mientras que el testador vive, lo llamamos pacto, y cuando éste muere, lo llamamos testamento, legado. La Biblia se compone de dos legados: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Por consiguiente la Biblia no es principalmente un libro de enseñanzas, sino un testamento.

I. EL NUEVO PACTO

A. Un mejor pacto

El nuevo pacto que el Señor Jesús estableció, es superior al antiguo pacto hecho por medio de Moisés. En el antiguo pacto, todo era sombra de la realidad, mientras que en el nuevo pacto todo es realidad. Todo lo que comprendía el antiguo pacto fue cumplido y hecho realidad en el nuevo pacto. Es por eso que el nuevo pacto es un mejor pacto (7:22; 8:6).

B. Establecido sobre mejores promesas

El nuevo pacto fue establecido sobre mejores promesas (8:6), las cuales fueron dadas en Jeremías 31:31-34. Estas mejores promesas, como vimos en mensajes anteriores, incluye cuatro asuntos muy importantes, que son: la ley interna de vida, la bendición de tener a Dios como nuestro Dios y de ser Su pueblo, la capacidad de conocer al Señor subjetivamente, y el perdón de nuestros pecados. Entre estos cuatro asuntos, el más importante es la ley interna de vida. El antiguo pacto fue efectuado con una ley de mandamientos externos, mientras que el nuevo pacto ha sido establecido con la ley interna de vida. El antiguo pacto sólo consistía de mandamientos, mientras que el nuevo pacto está relacionado con la vida.

C. Consumado con mejores sacrificios
y con la sangre que habla mejores cosas

Hebreos 9:23 dice: “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos”. El tabernáculo y todas las cosas relacionadas con él eran rociados y purificados con la sangre de toros y machos cabríos (9:21-23). Esta figura nos muestra que las cosas celestiales necesitaban ser purificadas por la sangre de mejores sacrificios, los sacrificios de Cristo (7:27; 9:14, 28; 10:10, 12, 14). El cielo y todas las cosas que estaban en el cielo fueron contaminadas por la rebelión de Satanás y de los ángeles caídos, quienes siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Así que, todas las cosas celestiales necesitaban ser purificadas. Cristo llevó a cabo esta purificación con Su propia sangre, cuando entró en el cielo mismo (9:12).

El nuevo pacto fue consumado con mejores sacrificios y con la sangre que habla mejores cosas. Cristo se ofreció a Sí mismo como el único sacrificio (9:14; 10:12). Este único sacrificio, visto en sus muchos aspectos, puede ser considerado como muchos sacrificios. Cristo es el eterno Hijo del Dios viviente, quien se encarnó para ser el Hijo del Hombre, y se ofreció a Dios por medio del Espíritu eterno. Por esta razón Sus sacrificios, los cuales son Él mismo, son mejores que los sacrificios animales. Aquellos sacrificios fueron sombras que nunca pudieron quitar los pecados (10:11). No obstante, los sacrificios de Cristo son verdaderos y quitaron el pecado de una vez para siempre (9:26). Así que, Él obtuvo una redención eterna para nosotros (9:12). El versículo 22 dice que “sin derramamiento de sangre no hay perdón”. Sin perdón de pecados es imposible que los requisitos de la justicia de Dios sean satisfechos para que el pacto sea puesto en vigencia. Sin embargo, la sangre de Cristo fue derramada para el perdón de pecados, y el pacto fue establecido con Su sangre (Mt. 26:28). En 12:24 se nos dice que la sangre de Cristo “habla mejor que la de Abel”. La sangre de Cristo habla a Dios pidiendo perdón, justificación, reconciliación y redención. Además, esta sangre preciosa habla a Dios en nuestro favor, diciendo que por medio de la sangre (como lo revela este libro), el nuevo pacto, el cual es eterno, ha sido establecido. De ahí que sea llamada la sangre del pacto eterno (10:29; 13:20).


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