Información del libro

Estudio-vida de Isaíaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6375-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 51 de 54 Sección 1 de 5

ESTUDIO-VIDA DE ISAÍAS

MENSAJE CINCUENTA Y UNO

EL CRISTO TODO-INCLUSIVO
EN SUS CUATRO ETAPAS CONFORME
A LA ECONOMÍA NEOTESTAMENTARIA DE DIOS

(2)

Lectura bíblica: Is. 53:10c-11b; 1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; Jn. 14:17-20; Col. 1:18; Ap. 1:5a; Gá. 6:15; 2 Co. 5:17; Hch. 13:33; Ro. 8:29; 1 P. 1:3; He. 2:10a, 11b-12; Ef. 2:19; Gá. 6:10; Ef. 1:11; Jn. 12:24; 3:30a; Ef. 1:22-23; 1 Co. 10:17; Ap. 1:18a; Ef. 1:5, 9; Fil. 2:13; Ro. 4:25b; Col. 3:4a, 10-11

Oración: Señor, queremos decirte que seguimos necesitándote. Te necesitamos como Espíritu vivificante. Te necesitamos como ungüento de la unción. Señor, habla por medio de nuestro hablar y sé un espíritu con nosotros. Señor, cúbrenos contra todos los ataques del enemigo. Nos escondemos en Ti. Creemos que Tú estás aquí con nosotros. Nos reunimos dentro de Tu nombre. Señor, honra Tu nombre y unge a todos los presentes. Visítanos a todos y toca todos los corazones. Amén.

Este mensaje es el segundo de una serie de tres mensajes sobre el Cristo todo-inclusivo en Sus cuatro etapas conforme a la economía neotestamentaria de Dios. En este mensaje consideraremos la etapa de la resurrección de Cristo.

Isaías 53:10b-11b dice: “Cuando Él se entregue como ofrenda por el pecado, / verá descendencia, prolongará Sus días, / y el deleite de Jehová será en Su mano prosperado. / Verá el fruto de la aflicción de Su alma, / y quedará satisfecho; / por el conocimiento de Él, el Justo, Siervo Mío, hará justos a muchos”. En este pasaje de la Palabra hay cuatro puntos: (1) Cristo se entrega como ofrenda por el pecado; (2) Él verá descendencia y prolongará Sus días; (3) Él verá el fruto de la aflicción de Su alma y quedará satisfecho; y (4) por el conocimiento de Él hará justos a muchos. El primer ítem de los cuatro pertenece a la segunda etapa, la etapa de la crucifixión de Cristo. Los otros tres puntos pertenecen a la tercera etapa, la etapa de la resurrección de Cristo.

En Isaías 53:11a, las palabras el fruto han sido insertadas; éstas no se encuentran en el texto hebreo. El fruto es el producto, el resultado, de la aflicción del alma de Cristo. Cristo padeció al derramar Su alma hasta la muerte (v. 12b). Ciertamente debe haber un fruto, un producto, resultado de tal aflicción. Isaías dice que Cristo vería el producto, esto es, el fruto, de la aflicción de Su alma y que, entonces, habría de quedar satisfecho.

Después, Isaías 53:11b dice: “Por el conocimiento de Él, el Justo, Siervo Mío, hará justos a muchos”. La frase por el conocimiento de Él no significa el conocimiento que Cristo posee, sino el hecho de conocerle a Él, el Justo, el Cristo resucitado en calidad de Siervo de Dios. Por tal conocimiento de Él, Cristo hará justos a muchos. Muchas versiones de la Biblia traducen este versículo: “justificará a muchos”. El texto hebreo tiene ambos significados. Pero preferimos traducirlo: “hará justos a muchos”, porque esto se refiere a Cristo en Su resurrección. La justificación se relaciona principalmente con la muerte de Cristo. Sin embargo, que Cristo nos haga justos no sólo consiste en justificarnos objetivamente mediante Su muerte por Su sangre; más bien, significa primordialmente hacernos justos subjetivamente. Tiene que ser en resurrección que el Cristo viviente viva en nosotros a fin de ser expresado en nuestro vivir como justicia. Por eso, Apocalipsis 19:7-8 dice que cuando la novia esté preparada para su matrimonio con el Cordero, ella estará vestida de lino fino, el cual es las acciones justas de los santos. Las acciones justas de los santos se refieren a la justicia subjetiva expresada en nuestro vivir cuando vivimos a Cristo. Cristo en Su resurrección nos hará justos en virtud de Sí mismo como vida de resurrección que se expresa en nuestro vivir.

Isaías 53:12a dice: “Por tanto, Yo le daré porción con el Grande, / y Él con el Fuerte repartirá el botín”. Este breve pasaje en Isaías 53 hace referencia a la ascensión de Cristo. Fue en Su ascensión que Cristo nos llevó a los cielos como cautivos Suyos. Éramos cautivos de Satanás, pero mediante Su muerte y resurrección, Cristo nos libertó. Después, en cierto sentido, nos hizo cautivos. Ahora, somos Sus cautivos. En Su ascensión Él nos llevó a todos nosotros, Sus cautivos, con Él a los cielos. Efesios 4:8 dice que en Su ascensión Él, “subiendo a lo alto, llevó cautivos a los que estaban bajo cautiverio, y dio dones a los hombres”. Una versión traduce así: “Él llevó un séquito de enemigos derrotados” (The Amplified New Testament). Esto quiere decir que Cristo venció a Satanás e hizo cautivos a los cautivos de Satanás, haciéndolos Sus cautivos. En Su ascensión, Cristo llevó a todos estos cautivos al Padre. Allí en los cielos Él y el Padre, quien es el Grande y el Fuerte, compartieron la presa y se repartieron el botín.


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