Información del libro

Estudio-vida de Filipensespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0338-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 15 de 62 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE FILIPENSES

MENSAJE QUINCE

LA PREOCUPACION QUE SENTIA
EL APOSTOL POR LOS CREYENTES

Lectura bíblica: Fil. 2:19-30

En Filipenses 2:19-30 vemos que el apóstol se preocupaba por los creyentes. Después de expresar que estaba dispuesto a derramarse en libación sobre el sacrificio y el servicio de la fe de ellos, les dijo que enviaría a Timoteo y a Epafrodito, sus dos colaboradores íntimos. Tal vez nos preguntemos por qué Pablo habla de algo que al parecer no guarda ninguna relación con el tema de experimentar a Cristo. Pero si profundizamos en este pasaje de Filipenses, veremos que efectivamente este asunto está estrechamente relacionado con dicho tema.

EXPERIMENTAR A CRISTO Y
PREOCUPARSE POR LOS SANTOS

En 2:20 y 21 Pablo declara: “Pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús”. Estos versículos muestran claramente que la preocupación que Pablo sentía por los creyentes era en realidad su preocupación por los intereses de Cristo y por la experiencia genuina de Cristo. A excepción de Timoteo, Pablo no tenía a nadie que tuviese el mismo ánimo. Su alma estaba preocupada por los intereses de Cristo. ¿Cuáles son los intereses de Cristo? Sus intereses son: las iglesias y todos los santos.

He aquí un principio fundamental: si nuestra búsqueda de Cristo no despierta en nosotros una verdadera preocupación por la iglesia, esto indica que no es normal ni equilibrada. En la actualidad muchos cristianos procuran ser espirituales, pero no se preocupan por la iglesia ni por los santos. Una actitud así no es normal. ¿Dónde podemos encontrar hoy en día creyentes que verdaderamente busquen a Cristo y se preocupen por la iglesia y los santos? Todos debemos preguntarnos si nuestra búsqueda de Cristo va acompañada de una preocupación por la iglesia y por los santos. Muchos cristianos desean ser “espirituales”, “santos” o “victoriosos”. Sin embargo, los que buscan la espiritualidad y no se preocupan por las iglesias yerran al blanco. Pero si buscamos a Cristo de una manera normal, espontáneamente nos preocuparemos por las iglesias y por los santos.

En esta epístola, Pablo no aborda el tema de experimentar a Cristo de una manera doctrinal. En lugar de ello, se ocupa de asuntos prácticos y de situaciones reales, mediante las cuales revela cómo se puede experimentar y disfrutar a Cristo de una manera genuina. En 2:19-30 él indicó que si verdaderamente experimentamos a Cristo, debemos sentir preocupación por la iglesia y por los santos. Tal vez pensemos que experimentar a Cristo es una cosa y que preocuparnos por la iglesia es otra. Tal vez pocos hemos visto que experimentar y disfrutar a Cristo, es de hecho preocuparse por la iglesia, y que preocuparse por la iglesia, equivale en realidad a experimentar y disfrutar a Cristo. Por naturaleza, tendemos a separar estos dos asuntos. Quizás pensemos que puesto que disfrutamos a Cristo, no nos queda tiempo para la iglesia, o por el contrario, que por estar tan ocupados en la iglesia nos falta tiempo para disfrutar a Cristo. Es imprescindible que veamos que estos dos asuntos presentados en 2:19-30 son en realidad uno solo. Si verdaderamente experimentamos a Cristo y lo disfrutamos, nos preocuparán las iglesias y los santos. La Biblia establece el siguiente principio: si nuestra búsqueda y nuestra experiencia de Cristo no despiertan en nosotros un interés genuino por las iglesias y por los santos, esto indica que nuestra búsqueda y experiencia son anormales. Experimentar a Cristo debe redundar en el beneficio de Su Cuerpo.

No cabe duda de que, mientras Pablo declaraba que estaba dispuesto a ser derramado en libación sobre la fe de los creyentes, él sentía una profunda preocupación por ellos. Era como si en estos versículos, él dijera: “Deseo ser derramado en libación sobre el sacrificio y el servicio de vuestra fe. Me es imposible ir a veros puesto que estoy encarcelado, pero si estuviera en libertad, iría inmediatamente a vosotros. Ya que no puedo ir, os envío a Timoteo. La experiencia que él tiene de Cristo lo ha llevado a sentir una profunda carga por las iglesias y por los santos”. Quisiera recalcar una vez más que si verdaderamente experimentamos a Cristo, nos preocuparemos por las iglesias y por los santos.

A menudo, he afirmado que si tenemos un buen tiempo de comunión con el Señor por la mañana, estaremos ansiosos de reunirnos con la iglesia por la noche. Este es otro hecho que comprueba que cuando realmente experimentamos a Cristo, somos atraídos a la iglesia y sentimos preocupación por los hermanos.

La preocupación que sentimos por la iglesia, esto es, aquella que se basa en la experiencia genuina que se tiene de Cristo, no tiene nada que ver con lo que los cristianos de hoy comúnmente llaman obra pastoral. Dicha obra puede convertirse en una distracción que impide que los creyentes experimenten verdaderamente a Cristo. No obstante, la preocupación por la iglesia que proviene de experimentar a Cristo, nunca desviará a nadie de disfrutar a Cristo. Ya que la obra pastoral por lo general se torna en una preocupación que impide a las personas disfrutar a Cristo, muchos pastores hoy no tienen tiempo para disfrutar al Señor.

La preocupación que Pablo sentía por la iglesia y por los santos, provenía de la experiencia que él tenía de Cristo. Por tanto, la verdadera preocupación por la iglesia sólo puede nacer de la experiencia y disfrute que uno ha tenido de El.

Ciertamente Timoteo y Epafrodito debían ser más jóvenes que Pablo. En el versículo 22, Pablo dice de Timoteo: “Pero ya conocéis su carácter aprobado, que como hijo a padre ha servido conmigo para el progreso del evangelio”. La palabra griega traducida “aprobado” significa mérito aprobado, lo cual es un indicio de haber sido puesto a prueba. También en el versículo 20 vimos que Pablo dijo que Timoteo tenía el mismo ánimo suyo. Tener el mismo ánimo que el del apóstol era el secreto que le permitía a Timoteo experimentar a Cristo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top