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Estudio-vida de Josué, Jueces y Rutpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6224-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Josué 9 de 15 Capítulo 9 de 33 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE JOSUÉ

MENSAJE NUEVE

LA SALVACIÓN DE GABAÓN

Lectura bíblica: Jos. 9

Al estudiar las historias y profecías del Antiguo Testamento debemos tomar en cuenta el panorama completo, la perspectiva completa, de todo lo que las Escrituras abarcan respecto a la economía de Dios en torno a Cristo y la iglesia, cuya consumación es la Nueva Jerusalén. Mi carga en este mensaje es aplicar dicho principio a Josué 9 a fin de que podamos ver el significado intrínseco de este capítulo.

Josué 9 relata cómo los hijos de Israel fueron engañados por los gabaonitas. Ellos fueron engañados debido a que actuaron como una esposa que olvida a su marido. Lo que ellos hicieron aquí fue exactamente igual a lo que Eva hizo en Génesis 3. La astuta serpiente quiso tentar, seducir, a Adán, pero no se atrevió ir a él directamente. En lugar de ello, Satanás fue al complemento de Adán, una mujer, pues sabía que es más fácil engañar a una mujer (2 Co. 11:3; 1 Ti. 2:14).

La Biblia revela que en el universo hay un romance divino entre Dios y Sus elegidos. La Biblia es el relato de un romance, en el sentido más puro y santo, el romance de una pareja universal. El varón en esta pareja es Dios mismo, y la mujer es el pueblo redimido de Dios, un ser corporativo. La Biblia nos muestra que nosotros, los elegidos de Dios, somos la esposa de Dios; así que, entre Él y nosotros tiene que darse una unión matrimonial basada en el amor mutuo. Por tanto, el universo es el lugar donde esta boda se realiza, el lugar donde el Esposo, el Dios Triuno procesado y consumado, se une en matrimonio al hombre tripartito, quien ha sido redimido, regenerado, santificado, transformado y glorificado. El Esposo es triuno y la esposa es tripartita, por lo cual ellos se complementan perfectamente a fin de vivir juntos como una pareja única en todo el universo. La consumación de este romance, de esta vida matrimonial, es vista en Apocalipsis 21 y 22, dos capítulos que debemos leer una y otra vez hasta lograr ver claramente la vida matrimonial de esta pareja universal.

Este romance divino es revelado repetidas veces a lo largo de la Biblia. Después de la caída del hombre, Dios eligió a un hombre, Abraham. Esta persona, junto con todos sus descendientes, tanto judíos como gentiles, llegó a ser la esposa de Dios. En el Antiguo Testamento, Dios a menudo se refiere a Sí mismo como el Marido y se refiere a Su pueblo como la esposa (Is. 54:5; 62:5; Jer. 2:2; 3:1, 14; 31:32; Ez. 16:8; 23:5; Os. 2:7, 19). Al final, la Biblia concluye con la Nueva Jerusalén, la máxima consumación de los elegidos de Dios en los cielos nuevos y la tierra nueva, quien es la esposa universal por la eternidad (Ap. 21:9-10).

En Jeremías 2:2, Jehová le dijo a Israel: “Me acuerdo de ti ... / del amor de tu noviazgo”. Hubo un “noviazgo”, lo cual se refiere al período durante el cual Dios “cortejó” a Israel. Para cuando Dios sacó a Israel de Egipto y lo trajo al Sinaí, ciertamente Israel se había “enamorado” de este Varón universal, este Héroe singular. Todo cuanto Israel quería, Dios lo podía hacer. Lo que ellos necesitaban, Él lo tenía. Él poseía la sabiduría, la capacidad, la aptitud, la fortaleza, la fuerza, el poder y la autoridad necesarios para hacerlo todo. Él parecía decir a Israel: “Para ti, Yo soy Único y Yo soy suficiente. Puesto que Yo soy el mejor, no debieras acudir a ninguna otra persona, sino simplemente tomarme a Mí. Yo soy el que te ama y tú eres Mi amada”. Creo que cuando Israel llegó al Sinaí, ellos habían tomado la firme determinación de “casarse” con esta persona.

Ellos se casaron en el Sinaí y siguieron adelante como una pareja. Dondequiera que iban, eran una pareja que andaba junta: el esposo y la esposa, el Dios Triuno y Sus elegidos, andaban como una sola persona. Éste era el cuadro del Dios-hombre, una parte Dios y una parte hombre. La parte que es Dios, es el Marido, y la parte que es hombre, es la esposa.

Una esposa jamás debe dejar a su esposo; más bien, ella siempre debe apoyarse en él y ser uno con él. Si Eva hubiera observado este principio, cuando Satanás vino a seducirla, ella hubiera corrido hacia su esposo. Ello hubiera sido su protección, su salvaguardia.

Supongamos que yo soy una esposa, y una mujer pobre viene a mí pidiéndome alguna ayuda. Como esposa, ¿debo hacer algo directamente, por cuenta propia, a favor de esta mujer pobre? Puesto que éste parece ser un asunto tan insignificante, quizás simplemente le dé a esta mujer un poco de dinero o un poco de pan, sin preguntarle a mi esposo al respecto. Esto fue lo que sucedió en Josué 9. Los gabaonitas acudieron a Israel como una mujer pobre acudiría a una dama rica que procede de una familia poderosa y de alto rango. Israel, la esposa, debía haber ido a su Marido y consultado con Él. Pero los hombres de Israel actuaron “sin pedir el consejo de Jehová” (v. 14). En lugar de ello, Israel fue engañado por los gabaonitas e hicieron pacto con ellos. Una vez que el pueblo de Israel hizo tal pacto, jurando a los gabaonitas por el nombre de Jehová, tal pacto ya no pudo ser alterado, y los israelitas no pudieron tocar a los gabaonitas.

La verdadera vida matrimonial consiste en que la esposa viva juntamente con su marido, siempre uno con él. Esto significa que la única manera de tener una vida matrimonial placentera consiste en que la esposa sea uno con su marido. Sin embargo, esta querida esposa, Israel, jamás aprendió a ser fiel en este aspecto. En Hai ellos sufrieron una derrota y aprendieron la lección de ser uno con el Señor, pero no aprendieron cabalmente dicha lección. En el noveno capítulo vemos que los gabaonitas se acercaron a ellos de una manera diferente. Mientras que el pueblo de Hai combatió en contra de Israel, los gabaonitas vinieron a ellos rogándoles que les permitieran ser sus siervos. El resultado fue que Israel, esta esposa independiente e individualista, fue engañada. Ella perdió su protección, su salvaguardia. En este capítulo necesitamos aprender que, por ser la esposa del Señor, debemos ser uno con Él todo el tiempo. Éste es el significado intrínseco del capítulo 9 de Josué.

Ahora que hemos visto el significado intrínseco de este capítulo, prosigamos a considerar qué dice respecto a la salvación de Gabaón.


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