Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 59 de 120 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE CINCUENTA Y NUEVE

VIVIR EN COMUNION CON DIOS:
MUERTE Y SEPULTURA DE SARA

9) Muerte y sepultura de Sara

En este mensaje llegamos a Génesis 23, el capítulo que relata la muerte y sepultura de Sara. Cuando yo era joven, no entendía por qué este capítulo estaba incluido en el libro de Génesis. No podía comprender por qué razón, aunque Abraham debió de haber hecho muchas cosas importantes que no están relatadas, tenemos veinte versículos que describen la manera en que él dedicó su tiempo, sus energías, su dinero y hasta su cortesía para adquirir un sepulcro. Sin embargo, la Biblia no desperdicia ninguna palabra. Cada palabra de la Biblia es el aliento de Dios; por esta razón, Génesis 23 debe de tener mucho significado. Si consideramos Génesis 1 y 2 como algo importante, también debemos considerar Génesis 23 como un capítulo importante. Todos los cristianos valoran Génesis 1 porque presenta el relato de la creación. Estimamos Génesis 1 no sólo como un relato de la creación sino también como un relato de la vida, pues habla de la imagen y el dominio de Dios en relación con el hombre que El creó. También apreciamos Génesis 2 porque nos habla del árbol de la vida. No obstante, somos pocos los que apreciamos un sepulcro. Sin embargo, Génesis 23 se centra en el sepulcro y nos relata con detalles la compra de éste. Esta historia incluye más detalles que cualquier otro relato del libro de Génesis. Los demás relatos son bastante breves, mientras que esta narración nos da los detalles de la ubicación de la tumba, su propietario, la manera en que fue adquirida y la cantidad de dinero que pagó Abraham. Este sepulcro tiene mucha importancia, pues vemos que no sólo Sara fue sepultada allí, sino también Abraham, Isaac, Rebeca, Jacob y Lea. Resulta muy significativo que los nombres de Abraham, Isaac y Jacob son los componentes del título divino de Dios cuando se alude al Dios de resurrección (Mt. 22:32).

Génesis 23 es una ventana a través de la cual podemos ver la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén no se encuentra en este capítulo, pero se puede ver ahí. Este capítulo es como un telescopio; por él podemos ver el tabernáculo eterno que está en el futuro lejano.

Génesis 21 nos relata el nacimiento de Isaac. Indudablemente esto es digno de mencionarse. Después de eso, en el mismo capítulo vemos que Abraham redimió un pozo, plantó un árbol tamarisco e invocó el nombre de Jehová, El Olam. Según vimos, en el capítulo veintidós tenemos la ofrenda de Isaac. Luego, en el capítulo veintitrés, tenemos la muerte y sepultura de Sara. Estos tres capítulos abarcan un período de por lo menos treinta y siete años. Aunque Abraham debe de haber pasado por muchas cosas durante estos treinta y siete años, se mencionan solamente cuatro acontecimientos: el nacimiento de Isaac, la vida en Beerseba, la ofrenda de Isaac, y la muerte y sepultura de Sara. Estos tres capítulos excluyen muchas cosas que, en nuestro concepto, son importantes, pero incluyen un relato detallado de la muerte y sepultura de Sara. Por esta razón, debemos prestar mucha atención a Génesis 23.

a) En Hebrón: el lugar de comunión con Dios

Al final del capítulo veintidós, Abraham, Sara e Isaac moraban en Beerseba, y vivían cerca del pozo del juramento y del árbol tamarisco. Esta era una miniatura de la vida de iglesia, pues ésta siempre se vive cerca del pozo de agua viva y del árbol tamarisco. De repente, al principio del capítulo veintitrés nos enteramos de la muerte de Sara. Abraham, Sara e Isaac vivían en Beerseba, pero ella murió en Hebrón, el lugar de comunión con Dios. Sara pasó de Beerseba a Hebrón. Del mismo modo, si el Señor demora Su regreso, yo quisiera morar en la vida de iglesia y morir en comunión con Dios.

En el mapa, Hebrón se encuentra entre Beerseba, al sur, y Jerusalén, al norte. Está en el camino que va de Beerseba a Moriah, donde se halla Jerusalén. Si el Señor demora Su regreso, quisiera ser sepultado en un lugar que se encuentre en el camino a la Nueva Jerusalén. ¿Dónde vive usted ahora? Todos debemos contestar que vivimos en Beerseba, en la iglesia, cerca del pozo de agua viva y del árbol tamarisco. Nuestra vida de iglesia es la Beerseba actual. Antes del regreso del Señor, algunos santos de más edad quizás salgan de Beerseba, la vida de iglesia, y mueran en Hebrón, y esperen allí la Nueva Jerusalén. Hebrón no es solamente un lugar de comunión con Dios, sino también el camino a Jerusalén. La cueva de Macpela en Hebrón es la entrada a la Nueva Jerusalén. Tal vez algún día oiremos a Sara testificar: “Cuando entré en la cueva de Macpela, entré por la puerta que conduce a la Nueva Jerusalén”. Sara no sólo fue sepultada en la cueva de Macpela, sino que duerme allí, esperando el día en que despertará y se encontrará en la Nueva Jerusalén.


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