Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 59 de 185 Sección 1 de 5

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CINCUENTA Y NUEVE

LA BENDICION QUE RECIBEN LOS QUE BUSCAN
A DIOS CON AMOR A TRAVES DE SU LEY COMO
LA PALABRA VIVIENTE
(1)

Lectura bíblica: Sal. 119:130, 105; 19:8b; 119:25, 50; 1:1a, 2-3; 19:7a; 119:41, 110, 170, 28, 76, 103, 116-117

La ley como palabra viviente de Dios tiene muchas funciones. Los que buscan a Dios con amor reciben estas funciones como una bendición a través de la ley de Dios como Su palabra viviente. En este mensaje y en el siguiente, estudiaremos la bendición que recibimos de la Palabra viva de Dios.

Los que buscan a Dios con amor reciben bendición por medio de Su Palabra, pero es posible que vayamos a ésta y no recibamos nada. Conozco muchas personas que han leído la Biblia y que incluso la han estudiado sin recibir nada. Esta es la situación actual entre los cristianos. Cuando leen las escrituras, muchos cristianos no reciben ninguna bendición. Lo único que consiguen es conocimiento vano. Usan el conocimiento que obtienen de la lectura de la Biblia para entrar en controversias sobre temas bíblicos, en lugar de recibir verdadera ayuda. Como resultado, primero son amortecidos por el conocimiento bíblico que obtienen, luego usan este conocimiento para amortecer a otros. Para ellos, la Biblia no es un libro que da vida, sino un libro que mata.

En el transcurso de los siglos, muchos han sido amortecidos al tomar la Biblia como un libro de conocimiento. Quizá el mejor ejemplo de esta clase de personas son los llamados críticos de las Escrituras en el siglo XIX. En su estudio de la Biblia, estos críticos usaron demasiado su mente. Por consiguiente, no recibieron ninguna bendición.

Bajo condiciones normales, cuando vamos a la Palabra debemos recibir ayuda y mucha bendición. Si no recibimos ninguna bendición, algo debe estar mal con nosotros. Toda Escritura es el aliento de Dios (2 Ti. 3:16); por tanto, las palabras de la Biblia son el aliento de Dios. Además, como corporificación de Dios (Col. 2:9), el Señor mismo es llamado el Verbo (Jn. 1:1, 14; Ap. 19:13). Por tanto, ir a la Palabra equivale a ir a Dios. Por ser la corporificación de Dios, la Palabra contiene las riquezas de Dios. La Palabra de Dios contiene todo lo que El es. Esta es la razón por la cual la Palabra de Dios es tan rica, sustancial, viviente y llena de iluminación. Todo lo que Dios es para nosotros, la Palabra lo puede ser también. Si en nosotros no hay ningún obstaculo, debemos recibir la bendición cuando acudimos a la Palabra.

PROBLEMA DEL CORAZON

Si no usamos el corazón

Si usted no recibe ayuda cuando acude a la Palabra, probablemente exista algún problema en su corazón. Su corazón no está correcto. Puede ser que no use genuinamente su corazón al llegar a la Palabra. Usted lee la Biblia, pero no pone su corazón en ella. En la vida humana, podemos hacer muchas cosas por necesidad sin querer hacerlas. Por ejemplo, un joven puede ser obligado a asistir a la escuela, pero tal vez no sienta interés por la educación. El va a la escuela simplemente porque está obligado. Del mismo modo, podemos leer la Palabra de Dios, quizá por deber, y no sentir nada por ella.

Un corazón dividido

Usted puede tener otro problema: un corazón dividido. Es posible que su corazón esté dividido en dos o tres partes, quizá aún más. Esto pasa especialmente a los jóvenes. Un joven puede amar muchas cosas. Esto divide el corazón. Su corazón tiene muchos intereses. Supongamos que un joven sienta interés por sus estudios, pero que también tenga interés por algún entretenimiento mundano. Esto dividirá su corazón.

Si el corazón de una persona está dividido, una parte para algo bueno, y otra para algo malo, la tendencia maligna prevalecerá siempre. Eso parece ser una ley o principio natural. En su corazón, una persona puede tener dos intenciones opuestas: quizá intente mentir y decir la verdad al mismo tiempo. La intención maligna, prevalecerá sobre la buena intención. Cuando nuestro corazón está dividido, la lectura de la Palabra de Dios no nos servirá. Si vamos a la Biblia sin un deseo o con un corazón dividido, no recibiremos bendición. Cuando vamos a la Palabra, debemos ir con todo nuestro corazón y con un corazón sencillo. No nos beneficia leer la Palabra de Dios con poco deseo.


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