Información del libro

Estudio-vida de Gálataspor Witness Lee

ISBN: 0-87083-671-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 32 de 46 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE GALATAS

MENSAJE TREINTA Y DOS

NACIDOS DEL ESPIRITU
PARA RECIBIR EL ESPIRITU
(1)

Lectura bíblica: Gá. 3:2-3, 5, 14; 4:4-6, 29

Como creyentes en Cristo, todos nosotros hemos nacido del Espíritu para recibir el Espíritu. Habiendo sido regenerados, es decir, habiendo nacido del Espíritu, diariamente debemos recibir el Espíritu.

EL MILAGRO DE
LA REGENERACION

Aunque estas palabras parezcan comunes, revisten mucha importancia. Nacer del Espíritu es algo grandioso, porque en realidad significa nacer de Dios. Debido a que hemos sido creados por Dios, somos criaturas de Dios, y debido a que somos caídos, somos pecadores. A pesar de todo, nosotros, siendo seres creados y siendo pecadores, hemos nacido de Dios. ¡Cuán maravilloso!

Supongamos que un perro pudiera nacer de su amo y recibir la vida y la naturaleza de su amo. Un evento como ese con seguridad atraería la atención de los medios de noticias. ¿No sería acaso un gran milagro que la vida y la naturaleza de un ser humano fueran impartidas en un perro para hacer que ese perro llegara a ser un hombre-perro? No sería simplemente un perro bañado, adornado y embellecido, sino que en realidad tendría la vida y la naturaleza de un ser humano. Por muy asombroso que parezca, por medio de la regeneración hemos recibido la vida y la naturaleza de Dios.

Entender de este modo la regeneración aniquila el concepto natural. Al usar el ejemplo de un perro que recibiera la vida humana, podemos ver que el concepto humano consiste simplemente en pensar que un perro sea limpiado y embellecido. En principio, muchos cristianos están ocupados en limpiar y embellecer a la gente, en vez de ayudarles a recibir la vida y la naturaleza divinas mediante la regeneración. La manera de Dios no consiste simplemente en lavarnos, embellecernos y adornarnos por fuera. Su intención en Su economía es regenerarnos, hacer que seamos hijos de Dios, nacidos de El. Este asunto es indeciblemente grandioso.

No hay duda de que la salvación que Dios provee incluye la purificación mediante la sangre redentora de Cristo. De una manera muy real, nosotros, los que hemos sido salvos, hemos sido limpiados por Dios. Ser limpiados, sin embargo, no es el punto sobresaliente de la salvación de Dios. El punto sobresaliente es que Dios nos ha regenerado, que El en realidad ha impartido Su vida y Su naturaleza en nosotros para hacernos hijos Suyos. Ahora no somos hijos políticos de Dios, sino hijos de Dios en vida. Sin duda, la más grande maravilla de todo el universo consiste en que, por medio de la regeneración, hombres pecadores puedan ser hijos de Dios. Hoy en día muchas personas andan en busca de milagros y maravillas. Pero no se dan cuenta de que no existe un milagro más grande que la regeneración. Mediante la regeneración, personas caídas vienen a ser hijos de Dios. En la salvación que Dios ha provisto para nosotros, El ha hecho que nosotros, pecadores caídos, seamos Sus hijos divinos.

EL SIGNIFICADO DE LA REGENERACION

Entre los cristianos conservadores de hoy se habla muy poco de Dios como el Espíritu que genera. Cuando fui regenerado, hace más de cincuenta años, me di cuenta de que la regeneración era algo maravilloso y traté de encontrar algún libro que pudiera darme una definición adecuada de la regeneración. Por fin, compré un libro titulado The Genuine Definition of Regeneration [La verdadera definición de la regeneración], con la esperanza de que ese libro me daría la definición que yo buscaba. Sin embargo, fue una gran decepción encontrar que ese libro no dijera nada acerca de que Dios como el Espíritu entrara en nosotros para regenerarnos. Más bien, solamente decía que la regeneración significaba tener un nuevo comienzo y que todo lo viejo queda atrás. Pero después de años de experiencia y de estudiar la Biblia y los escritos de otras personas, hemos llegado a ver que ser regenerado simplemente consiste en nacer de Dios. En la regeneración, Dios como el Espíritu vivificante entra en nuestro espíritu para regenerarnos con Su vida y Su naturaleza. A esto se debe que el Señor Jesús dijera: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn. 3:6). Lo que es nacido del Espíritu de Dios es nuestro espíritu regenerado. Cuando fuimos regenerados, el Espíritu de Dios entró en nuestro espíritu muerto y lo avivó con la vida y la naturaleza divinas para así hacernos hijos de Dios. ¡Qué hecho tan maravilloso que seamos hijos de Dios! Tenemos la certeza de que verdaderamente somos hijos de Dios porque en nuestro espíritu podemos clamar tiernamente “Abba, Padre” (Ro. 8:15; Gá. 4:6).


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top