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Estudio-vida de Marcospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1437-4
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Actualmente disponible en: Capítulo 47 de 70 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE MARCOS

MENSAJE CUARENTA Y SIETE

LA MUERTE Y LA RESURRECCION
QUE EL SALVADOR-ESCLAVO EXPERIMENTO
PARA CUMPLIR LA OBRA REDENTORA DE DIOS

(2)

Lectura bíblica: Mr. 15:16-41

En este mensaje llegamos a Marcos 15:16-41, una sección que habla de la crucifixión del Salvador-Esclavo.

SE BURLAN DEL SALVADOR-ESCLAVO

Marcos 15:16 dice: “Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la cohorte”. El pretorio era la residencia oficial del gobernador.

El versículo 17 dice: “Y le vistieron de púrpura, y trenzando una corona de espinas, le ciñeron con ella la cabeza”. Las espinas son un símbolo de la maldición (Gn. 3:17-18). En la cruz, el Señor Jesús se hizo maldición por nosotros (Gá. 3:13). Una corona denota realeza, pero en 15:17 se usó una corona de espinas para escarnecer al Salvador-Esclavo (v. 20).

En los versículos 18-19, los soldados escarnecen al Señor Jesús: “Y comenzaron a saludarle: ¡Alégrate, Rey de los judíos! Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y doblando las rodillas se postraban ante El”. Posteriormente, “le quitaron la púrpura, y le pusieron Sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle” (v. 20). El Señor, como Cordero pascual que iba a ser sacrificado por nuestros pecados, fue llevado como cordero al matadero, cumpliéndose así Isaías 53:7-8.

ES CRUCIFICADO EN GOLGOTA

El versículo 21 dice: “Y obligaban a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz”. Cirene era una ciudad colonizada por los griegos, capital de Cirenaica localizada en el norte de Africa. Al parecer Simón era un judío cireneo.

Según 15:22 llevaron al Señor “al lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera”. Gólgota es una palabra hebrea (Jn. 19:17) que significa calavera. Su equivalente latín es calvarium, y pasó al español como calvario. No significa lugar de calaveras, sino simplemente calavera.

El versículo 23 continúa: “Y trataron de darle a beber vino mezclado con mirra; mas El no lo tomó”. El vino mezclado con mirra (y también con hiel, Mt. 27:34) se usaba como bebida estupefaciente. Pero el Señor no quiso ser adormecido; quería beber toda la amargura de la copa.

El versículo 24 dice: “Y le crucificaron y se repartieron Sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno”. Los pecadores le robaron todo al Señor, cumpliéndose así Salmos 22:18. Esto también manifestó la oscuridad de los políticos romanos.

Marcos 15:25 dice: “Era la hora tercera cuando le crucificaron”, es decir, las nueve de la mañana.

MALTRATADO POR EL HOMBRE Y JUZGADO POR DIOS

Los versículos 29-31 dicen que los que pasaban “blasfemaban contra El, meneando la cabeza y diciendo: ¡Ah! ¡Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a Ti mismo, y desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes junto con los escribas se burlaban entre ellos, diciendo: A otros salvó, a Sí mismo no se puede salvar”. Los que blasfemaban contra el Señor Jesús distorsionaron lo que El dijo en Juan 2:19: “Destruid este templo”. También le decían que había salvado a otros pero que El mismo no podía salvarse. Si se hubiera salvado a Sí mismo, no habría podido salvarnos a nosotros.

Según 15:33, “llegada la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena”. La hora sexta corresponde a las doce del día, y la hora novena, a las tres de la tarde. El Señor estuvo crucificado desde la hora tercera (las nueve de la mañana) hasta la hora novena (las tres de la tarde). El sufrió en la cruz durante seis horas. En las primeras tres fue perseguido por los hombres por haber hecho la voluntad de Dios; durante las últimas tres horas fue juzgado por Dios para efectuar nuestra redención. Durante este período, Dios lo consideró nuestro sustituto, quien sufrió por nuestro pecado (Is. 53:10). Las tinieblas cubrieron toda la tierra porque nuestro pecado, nuestros pecados y todo lo negativo estaban siendo juzgados allí. A causa de nuestro pecado, Dios abandonó al Señor (v. 34).

En 15:16-32 dice que el Salvador-Esclavo fue maltratado por el hombre: fue escarnecido, golpeado, blasfemado y crucificado. Todo esto fue obra de Sus perseguidores.

El versículo 33 dice que llegada la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra. Esto sucedió exactamente al mediodía y se extendió hasta la hora novena, es decir, hasta las tres. Esta oscuridad fue provocada por Dios, lo cual indicaba que El había venido a juzgar a Aquel que se hallaba fijado en la cruz.

Ya vimos que el Salvador-Esclavo estuvo en la cruz por seis horas, desde la nueve de la mañana hasta las tres de la tarde. En las primeras tres horas fue perseguido por los hombres, y podemos decir que durante ese tiempo el Señor sufrió como mártir. Luego, al mediodía, cuando las tinieblas cayeron sobre toda la tierra, Dios vino. Estas tinieblas eran una señal del juicio de Dios sobre el pecado. El hombre persiguió al Salvador-Esclavo durante las primeras tres horas de Su crucifixión, mientras que Dios vino durante las últimas tres para juzgar a Cristo como nuestro sustituto. Fue en estas tres horas que Dios puso nuestros pecados sobre El y le tuvo por pecador como nuestro sustituto. Así que, el Señor Jesús, durante las primeras tres horas de Su crucifixión, fue un mártir. Pero durante las últimas tres, era el Redentor. En calidad de mártir, sufrió la persecución bajo la mano del hombre. Como nuestro Redentor sufrió el juicio por nosotros bajo la mano de Dios. Las tinieblas eran un símbolo de que Dios había venido a juzgar a Cristo, nuestro Sustituto, a causa de nuestros pecados.

Marcos 15:34 dice: “Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has desamparado?” Dios desamparó a Cristo en la cruz porque El tomó el lugar de los pecadores (1 P. 3:18), es decir, llevó nuestros pecados (1 P. 2:24; Is. 53:6) y fue hecho pecado por causa de nosotros (2 Co. 5:21). Vamos a examinar este versículo con más detalle en el siguiente mensaje.

Los versículos 35-36 dicen: “Y algunos de los que estaban cerca decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías. Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle”. Este vinagre se lo ofrecieron al Señor como burla (Lc. 23:36) para saciar Su sed (Jn. 19:28-30).

El vino mezclado con hiel y con mirra en Mateo 27:34 y en Marcos 15:23, se lo ofrecieron al Señor antes de Su crucifixión como una bebida estupefaciente, la cual El no quiso beber. Pero el vinagre de Marcos 15:36 se lo ofrecieron hacia el final de Su crucifixión de manera escarnecedora.

El versículo 37 añade: “Mas Jesús, dando una gran voz, expiró”. Esto significa que dejó de respirar. Mateo 27:50 dice que en ese momento, el Señor clamó a gran voz y “entregó Su espíritu”. Esto quiere decir que el Señor cedió Su espíritu (Jn. 19:30), entregó voluntariamente Su vida.


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