Información del libro

Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 33 de 79 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE TREINTA Y TRES

EL SALVADOR-HOMBRE LLEVA A CABO
SU MINISTERIO EN SUS VIRTUDES HUMANAS
CON SUS ATRIBUTOS DIVINOS
DE GALILEA A JERUSALEN

(11)

Lectura bíblica: Lc. 14:25-35

Lucas 14 nos muestra la salvación que Dios efectúa, la cual nos trae el disfrute del jubileo en esta era. Luego, dicho capítulo revela lo que se requiere para disfrutar del jubileo en la era venidera, es decir, los requisitos necesarios para entrar en el reino durante el milenio. Como veremos, el Señor habla explícitamente de esto en 14:25-35.

ABORRECER LA VIDA DEL ALMA

En Lucas 14:25-26 dice: “Grandes multitudes iban con El; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a Mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun la vida de su alma, no puede ser Mi discípulo”. En los versículos del 26 al 33 el Señor manifiesta a las multitudes que iban con El (v. 25) el costo de seguirle. Recibir la salvación significa ser salvo (13:23); seguir al Señor es disfrutarle como la bendición de la salvación. Esto requiere que uno renuncie a todo, aun a su propia vida, y lleve la cruz (vs. 27, 33).

Tal vez pensemos que el Señor Jesús nos enseña sólo a amar, pero en el versículo 26 nos enseña a aborrecer. Esto no tiene relación con la religión, sino con la economía de Dios. Conforme a lo que el Señor dice aquí, debemos aborrecer a los que amamos, y no a los que no amamos, especialmente tenemos que aborrecernos a nosotros mismos, incluso la vida de nuestra alma.

Lo que amamos de nuestro ser no es principalmente nuestro espíritu ni nuestro cuerpo, sino nuestra alma. Por ejemplo, es posible que usted vaya a un restaurante no porque ama a su cuerpo, sino porque ama su alma y quiere disfrutar la vida, lo cual equivale a disfrutar de su alma. En realidad, toda clase de pasatiempos, entretenimientos y placeres tienen como fin complacer al alma. En 14:26, el Señor dice claramente que si no aborrecemos la vida del alma, no podremos ser Sus discípulos. Ya recibimos la salvación, pero debemos cumplir con el requisito mencionado en el versículo 26 para recibir la recompensa.

LLEVAR NUESTRA CRUZ

En el versículo 27 el Señor añade: “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser Mi discípulo”. El propósito de la cruz no es causar sufrimiento, sino ponerle fin a la persona. Los creyentes de Cristo fueron crucificados (terminados) con El (Gá. 2:20; Ro. 6:6). Después de ser orgánicamente unidos con El por fe, deben permanecer en la cruz, manteniendo a su viejo hombre bajo la obra aniquiladora de ella (Ro. 6:3; Col. 2:20). Esto es llevar la cruz. Cristo primero llevó la cruz, y luego fue crucificado (Jn. 19:17-18). Pero los creyentes primero fueron crucificados y luego llevan la cruz para mantener en la muerte a su viejo hombre. De este modo, experimentan y disfrutan a Cristo como su vida y su suministro de vida.

Nos debe impresionar el hecho de que llevar la cruz significa permanecer en ella y mantener nuestro viejo hombre bajo la obra aniquiladora de la cruz. Cristo ya nos crucificó. Como creyentes, recibimos a Cristo y nos unimos a El orgánicamente. Por esta unión, podemos participar de Su crucifixión. Mientras permanezcamos en esta crucifixión, bajo la obra aniquiladora, llevamos la cruz y experimentamos y disfrutamos a Cristo como nuestro jubileo.

RENUNCIAR A LO QUE TENEMOS
PARA SEGUIR AL SEÑOR

En los versículos del 28 al 30 el Señor añade: “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar”. Lo que se dice aquí y en el versículo 31 indica que para seguir al Señor se requiere que dediquemos a ello todo lo que tengamos y todo lo que podamos hacer. De no ser así, fracasaremos y nos convertiremos en la sal insípida que será arrojada del dominio glorioso a una esfera de vergüenza (vs. 34-35).

No debemos pensar que seguir al Señor Jesús es insignificante, ya que seguir al Señor debe ser una carrera de toda la vida.

En los versículos 31 y 32 el Señor dice: “¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Si no, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz”. Este ejemplo también tiene que ver con el costo de seguir al Señor, pues al hacerlo necesitamos renunciar a todo lo que tenemos.

En el versículo 33 el Señor dice: “Así, pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser Mi discípulo”. El problema no radica en cuánto tengamos, sino en que para seguir al Señor debemos abandonar todo lo que tengamos. Para ser Sus discípulos, debemos renunciar a todo lo que poseemos.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top